Desde todo punto de vista, la pandemia ha sido un golpe de muerte para el negocio de los viajes. Las imágenes de un mundo paralizado son aterradoras y los números apabullantes. Casi 100 millones de empleos en el sector fueron o serán eliminados, según cálculos globales.
El tráfico de pasajeros en los aerolíneas norteamericanas cayó 95% con relación al año anterior y se calcula que los ingresos por pasajeros internacionales se contraerán más de US$ 300.000 millones. Las tasas de ocupación hotelera nacional oscilan en 25%.
Hay regiones y países del mundo que comienzan a abrirse, pero la pandemia seguramente cambiará nuestra forma de pensar, de actuar y de viajar, por lo menos en el corto plazo.
La opinión de Frank Farley, profesor de psicología de la Temple University, Filadelfia, “la pandemia va a ir desapareciendo de a poco, pero muchos de los efectos posteriores serán psicológicos”. “Hay tanta incertidumbre que mucha gente no va a querer saber nada con viajar”.
Y sin embargo, el deseo de viajar no va a desaparecer. Una encuesta realizada por Skift Research, un tercio de los norteamericanos dijo que espera viajar en los próximos tres meses, cuando se levanten las restricciones.
Para tener una idea de cómo será el panorama, entrevistaron a una serie de personas relacionadas de algún modo con los viajes. A continuación, el núcleo de las respuestas a algunas de las preguntas más urgentes.
Aviones
¿Pueden las aerolíneas mantener apartada a la gente y aun así tener ganancias?
Resolver el distanciamiento social en un avión, que actualmente se intenta dejando libre el asiento del medio – y recuperar la rentabilidad parece imposible sin una solución médica. No obstante, es posible que las aerolíneas ofrezcan pasajes baratos para atraer a la gente.
Aeropuertos
¿Podría mejorar el check-in?
El espacio va a ser vital para que los pasajeros no se aglomeren, especialmente en la zona de seguridad. Los datos de ubicación que se obtengan por los teléfonos móviles podrían informar de la llegada de una persona al aeropuerto y permitirían hacer el check-in en la vereda y luego llevarla hacia un túnel de seguridad donde los pasajeros siguen avanzando mientras las autoridades sanitarias los escanea.
Cruceros
¿Volverá la gente a los barcos?
Pocos sectores han sido más dañados que los cruceros, ahora, con prohibición de salir. “El verdadero desafío será reducir la percepción de riesgo que se corre al subirse a un barco”, dice Robert Kwortnik, profesor en la escuela de hotelefía de Cornell University. Entre las nuevas prácticas, enumeró la revisión sanitaria de los pasajeros y los planes de contingencia para el caso de que ocurra una infección. Una de las exigencias actuales es asumir la responsabilidad de manejar los brotes a bordo, con panes para tomar muestras de laboratorio, protocolos de dsinfección y equipamiento para la tripulación.
Casas compartidas
¿El distanciamiento social matará el negocio de las casas compartidas?
El futuro de se negocio dependerá de si los viajeros siguen viendo las casas compartidas como una alternativa más cómoda, más barata y más interesante que la habitación de hotel.
Los hoteles ofrecieron generosas políticas de cancelación, las plataformas tipo Airbnb adoptaron diferentes actitudes. Antes de la pandemia permitían que los dueños fijaran sus propias reglas. Airbnb las anuló y devolvió el dinero a los huéspedes, quienes en otro momento habrían sido penalizados.
Sin duda, los dueños de casas para alquilar deberán cumplir con nuevas exigencias de higien y 24 horas de sapareción entre un alquiler y otro.