“La solución que habíamos acordado, no por escrito, sino que extraoficialmente, era un pacto diplomático al cual habíamos llegado entre todos”, íbamos a apoyar a las dos superpotencias en la votación para el Mundial: es decir a Rusia y a Estados Unidos, y esto no se modificaría bajo ningún motivo, pero algo falló”, dijo, según rescató Euromericas Sport Marketing.
Además, el suizo reconoció que la decisión no se había tomado de manera oficial por el comité ejecutivo de la FIFA, sino que era un acuerdo realizado “entre bastidores”. “Se dispuso diplomáticamente “, añadió Gerardo Molina, presidente de la firma especializada en Marketing Deportivo.
En el informe de la empresa Euromericas se destaca que Blatter en su discurso expresó: “Si usted habrá visto ese día mi cara cuando abrí el sobre, por el que el país catarí sería el que organizaría el mundial, reflejaba que no fui el hombre más feliz, sino todo lo contrario”.
El suizo también añadió que los problemas en la FIFA comenzaron cuando se tomó esta decisión, ya que Catar es un país pequeño y desértico, sin tradición futbolística y donde las temperaturas diurnas pueden superar los 40 grados centígrados. Intenta quedar siempre fuera de toda discusión central, es decir es solo un mero espectador de decisiones de los demás.
Molina destaca que Blatter está haciendo un fuerte hincapié en que las investigaciones contra la FIFA han sido sólo producto del resultado directo de que Estados Unidos perdiesen el derecho a organizar la Copa del Mundo en 2022, y que esto ha tomó una dimensión política, en donde se han sumado las principales empresas patrocinadoras de la FIFA, como Coca-Cola, McDonald’s o Visa a petición de Estados Unidos.
Para completar una estrategia transversal de salida a una inminente crisis, finalmente declaró que “hubo un tipo de acuerdo entre España y Sudamérica junto a Catar. ´Tú me votas a mí y yo te voto a tí. No fue un acuerdo firmado, hubo alguna una conjura entre ellos. Pero en las votaciones, nunca puedes evitar eso, es imposible”, afirmó Blatter en el Financial Times, concluye el asesor empresarial deportivo y profesor emérito en Marketing Deportivo.