En momentos en que toda la profesión contable se replantea su modelo de negocios, la consultora abandona el sistema societario tradicional y sus socios se convertirán en accionistas y empleados.
BDO USA LLP, con sede en Chicago, pasó a denominarse BDO USA P.A. (Professional Association) a partir del 1 de julio, después de que la sexta mayor firma de contabilidad del Estados Unidos por ingresos cambie oficialmente su actual estructura societaria por una empresa de servicios profesionales con sede en Delaware.
BDO USA, la sexta en Estados Unidos por tamaño, tiene en este momento 860 socios que desde agosto se convierten en accionistas y empleados. La medida permitirá a la compañía tomar decisiones más rápidamente, sin el respaldo de toda la sociedad y racionalizar su estructura fiscal, entre otras ventajas. Las sociedades suelen recurrir a comités para examinar las estrategias, pero esos esfuerzos pueden obstaculizar el cambio, afirma Allan Koltin, consultor que ayuda a empresas de contabilidad y abogados a desarrollar sus estrategias empresariales.
“A medida que las empresas crecen, los socios no pueden ser consultados todo el tiempo sobre la mayoría de los movimientos estratégicos importantes”, dijo Koltin a Bloomberg Tax. “Las firmas necesitan estar preparadas para la velocidad si quieren sobresalir y competir”.
La medida ha acaparado la atención de la profesión en un momento en que muchas firmas se replantean sus modelos de negocio. Se produce poco después del drástico plan de EY de separar su negocio de consultoría y lanzarlo a bolsa, que fracasó tras el bloqueo de un grupo de socios estadounidenses. Para las grandes empresas, la toma de decisiones se ha convertido en una tarea difícil porque cuentan con miles de socios.
El modelo societario tiene inconvenientes en todos los niveles, admiten los ejecutivos, pero fomenta un sentido de propiedad que une a la empresa culturalmente. Si la decisión de BDO USA es un éxito, es probable que otros la copien. Kevin McCarty, cofundador de la consultora digital West Monroe, que en una etapa anterior de su carrera ocupó un alto cargo en la consultora Arthur Andersen, afirma: “Creo que el modelo de asociación ha llegado a su fin”.
Según McCarty, esta estructura ya no funciona para los profesionales que quieren progresar en su carrera ni para los ejecutivos ambiciosos que quieren ampliar su empresa. “Si estás dispuesto a aguantar y eres lo suficientemente bueno, puedes subirte al tren de los socios, pero cada vez es más difícil y lleva más tiempo”, afirmó McCarty. “Mientras tanto, es un error repartir todos los beneficios y no concentrarse en los beneficios, en el valor de la empresa y en la revalorización del capital”.
Las personas que han hablado con el CEO de BDO, Wayne Berson, dicen que las ventajas fiscales fueron el principal motor. Una sociedad colectiva no paga impuestos. Sus socios tributan por su parte de los ingresos, a menudo con tasas personales elevadas. En cambio, una sociedad anónima tributa directamente por sus beneficios, a tasas que fueron reducidas sustancialmente por el expresidente Donald Trump.
Convertirse en una sociedad anónima también significa que los socios no tendrán que presentar declaraciones de impuestos en cada estado de EE.UU. donde la empresa hace negocios, un proceso que se ha vuelto muy complicado desde que los ingresos anuales de BDO USA crecieron de US$ 618 millones a US$3.000 millones.
Según algunos observadores, el cambio de estructura podría aumentar la agilidad financiera de la empresa a la hora de contemplar grandes operaciones. Se comenta en los foros que con esta decisión BDO estaría buscando una inyección de dinero de inversores externos. En Estados Unidos varias empresas contables han recibido inversiones de grupos de capital riesgo para pagar adquisiciones.
Koltin, cree que una empresa capaz de retener gran parte de sus beneficios anuales podría constituir más rápidamente un fondo de reserva o mostrar un historial de beneficios que le permitiera endeudarse. También puede tomar decisiones importantes con mayor rapidez, afirma. “Aunque la mayoría de las empresas se jactan de su apego al modelo societario, a menudo se sienten frustradas por la disfuncionalidad de la toma de decisiones”, dijo. “Cuando una empresa crece mucho, los socios no pueden ser consultados todo el tiempo sobre la mayoría de los grandes movimientos estratégicos. Las empresas tienen que ser rápidas si quieren sobresalir y competir”