Algunos obsservadores, en efecto, recordaron el “gran juego” que –durante el siglo XIX- enfrentó a los imperios ruso y británico en Asia central, Afganistán y Persia. Como señalaba en esta revista, hace algo más de un año, Jorge Beinstein, lo que entonces hacía al control político de una vasta zona se cifra ahora en el manejo de recursos económicos. Empezando por los hidrocarburos.
Desde hace unos años, a la sazón, Occidente está perdiendos la batalla; salvo quizá los italianos en Kadzajstán. A fines de noviembre, directivos de Lukoi y funcionarios moscovitas estuvieron en Uzbekistán, donde se iniciaba la explotación de Jaudsak, un yacimiento que contiene unos 400.000 millones de metros cúbicos de gas natural. La compañía mixta rusa tiene vendidos los próximos 32 años de extracción a Gaxprom, el mayor monopolio estatal del mundo en ese sector.
Si bien algunos cambios polìticos regionales renuevan esperanzas occidentales en esos negocios, la ceremonia en Uzbekistán (29 de noviembre) señala claramente que –como habían anticipado Beinstein y este sitio- el “gran juego”del siglo XXI está en manos rusas.
“Arrancamos muy bien y aprovecharemos la ventaja”, sostuvo Syerghiéi Ivánov, viceprimer ministro, desde Tashkent. Hace ya bastante tiempo, el gobierno de George W.Bush veía en Asia central una promisoria opción a la volátil Asia occidental en cuanto a hidrocarburos. Por eso, los norteamericanos insisten en poliductos que no pasen por Rusia. Moscú neutraliza fácilemente esa estrategia y, de paso, traba potenciales inversiones occidentales en las autocracias de la región.
Este es un juego de apuestas fuertes. Rusia es el mayor productor global de gas natural y proveedor dominante de Europa occidental. Los recursos centroasiáticos le resultan claves. Además, las afinidades políticas entre Moscú y las autocracias corruptas de esa región (al lado de sus “presidentes”, Vladyímir Putin es un demócrata) facilitan las cosas. Atiborrada de efectivo gracias a su propio auge petrolero, Rusia pone en aprietos a compañías como Exxon Mobil, Chevron Texaco, Royal Dutch/Shell o ConocoPhillips. Este tipo de empresas parece ya un anacronismo del siglo XX.
Con inversiones por US$ 3.500 millones, el proyecto Lukoil ligará tres campos de gasíferos. El objeto es producir, para 2011, 11.000 millones de m3 por año. El año pasado, Lukoil ya había formado un consorcio con la petrolera estatal china CNPC para explorar depósitos bajo el mar de Aral, cuyo potencial se estima en alrededor de un billón de m3.
En el vecino Türkmenistán, Puton firmó un acuerdo meses atrás para aumentar exportaciones de gas natural tendniento un ramal del ducto que cruza al este del Caspio rumbo a Rusia. Poco después, China iniciaba cateos por gas en la orilla oriental el río Amu Darya. Ahora bien, ¿y Kadzajstán, la mayor potencia económica del área? Su mayor activo es la reserva petrolera de Kashagan, el mayor hallazgo internacional desde bahia Prudhoe, Alaska, hace 35 años.
Ahí, las autoridades han obligados a renegociar un convenio con ENI (Italia), InPex Holdings (Japón), RD/Shell, Exxon Mobil y ConocoPhillips. Según las nuevas condiciones, conocidas esta semana, el socio principal pasa a ser Ente Nazionale Idrocarburi.
Algunos obsservadores, en efecto, recordaron el “gran juego” que –durante el siglo XIX- enfrentó a los imperios ruso y británico en Asia central, Afganistán y Persia. Como señalaba en esta revista, hace algo más de un año, Jorge Beinstein, lo que entonces hacía al control político de una vasta zona se cifra ahora en el manejo de recursos económicos. Empezando por los hidrocarburos.
Desde hace unos años, a la sazón, Occidente está perdiendos la batalla; salvo quizá los italianos en Kadzajstán. A fines de noviembre, directivos de Lukoi y funcionarios moscovitas estuvieron en Uzbekistán, donde se iniciaba la explotación de Jaudsak, un yacimiento que contiene unos 400.000 millones de metros cúbicos de gas natural. La compañía mixta rusa tiene vendidos los próximos 32 años de extracción a Gaxprom, el mayor monopolio estatal del mundo en ese sector.
Si bien algunos cambios polìticos regionales renuevan esperanzas occidentales en esos negocios, la ceremonia en Uzbekistán (29 de noviembre) señala claramente que –como habían anticipado Beinstein y este sitio- el “gran juego”del siglo XXI está en manos rusas.
“Arrancamos muy bien y aprovecharemos la ventaja”, sostuvo Syerghiéi Ivánov, viceprimer ministro, desde Tashkent. Hace ya bastante tiempo, el gobierno de George W.Bush veía en Asia central una promisoria opción a la volátil Asia occidental en cuanto a hidrocarburos. Por eso, los norteamericanos insisten en poliductos que no pasen por Rusia. Moscú neutraliza fácilemente esa estrategia y, de paso, traba potenciales inversiones occidentales en las autocracias de la región.
Este es un juego de apuestas fuertes. Rusia es el mayor productor global de gas natural y proveedor dominante de Europa occidental. Los recursos centroasiáticos le resultan claves. Además, las afinidades políticas entre Moscú y las autocracias corruptas de esa región (al lado de sus “presidentes”, Vladyímir Putin es un demócrata) facilitan las cosas. Atiborrada de efectivo gracias a su propio auge petrolero, Rusia pone en aprietos a compañías como Exxon Mobil, Chevron Texaco, Royal Dutch/Shell o ConocoPhillips. Este tipo de empresas parece ya un anacronismo del siglo XX.
Con inversiones por US$ 3.500 millones, el proyecto Lukoil ligará tres campos de gasíferos. El objeto es producir, para 2011, 11.000 millones de m3 por año. El año pasado, Lukoil ya había formado un consorcio con la petrolera estatal china CNPC para explorar depósitos bajo el mar de Aral, cuyo potencial se estima en alrededor de un billón de m3.
En el vecino Türkmenistán, Puton firmó un acuerdo meses atrás para aumentar exportaciones de gas natural tendniento un ramal del ducto que cruza al este del Caspio rumbo a Rusia. Poco después, China iniciaba cateos por gas en la orilla oriental el río Amu Darya. Ahora bien, ¿y Kadzajstán, la mayor potencia económica del área? Su mayor activo es la reserva petrolera de Kashagan, el mayor hallazgo internacional desde bahia Prudhoe, Alaska, hace 35 años.
Ahí, las autoridades han obligados a renegociar un convenio con ENI (Italia), InPex Holdings (Japón), RD/Shell, Exxon Mobil y ConocoPhillips. Según las nuevas condiciones, conocidas esta semana, el socio principal pasa a ser Ente Nazionale Idrocarburi.