El ex ministro de Defensa Antonio Erman González volvió ayer a deslindar responsabilidades ante el juez federal Jorge Urso, al igual que el jueves pasado, durante una declaración que duró seis horas, en el marco de la causa en la que se investiga la venta ilegal de armas a Ecuador y a Croacia. El ex funcionario depositó culpas en la Cancillería, ya que sostuvo que era esa cartera la encargada de controlar los destinos del armamento, desconocidos por el ex ministro, según su propio testimonio. Erman dijo que el ex vicecanciller y actual diputado peronista Juan Carlos Olima recibió alertas del embajador Vicente Espeche Gil sobre la posibilidad de que las armas de Fabricaciones Militares terminaron en Croacia, cuando sufría un embargo de las Naciones Unidas, y sin embargo firmó la autorización para la operación que tenía a Panamá como destino falso. También complicó la situación del jefe del Ejército, teniente general Martín Balza, ya que sostuvo que él sólo autorizó la salida de armas nuevas, pese a que la mitad del desvío eran armas viejas del Ejército.
(Clarín, La Nación)
El ex ministro de Defensa Antonio Erman González volvió ayer a deslindar responsabilidades ante el juez federal Jorge Urso, al igual que el jueves pasado, durante una declaración que duró seis horas, en el marco de la causa en la que se investiga la venta ilegal de armas a Ecuador y a Croacia. El ex funcionario depositó culpas en la Cancillería, ya que sostuvo que era esa cartera la encargada de controlar los destinos del armamento, desconocidos por el ex ministro, según su propio testimonio. Erman dijo que el ex vicecanciller y actual diputado peronista Juan Carlos Olima recibió alertas del embajador Vicente Espeche Gil sobre la posibilidad de que las armas de Fabricaciones Militares terminaron en Croacia, cuando sufría un embargo de las Naciones Unidas, y sin embargo firmó la autorización para la operación que tenía a Panamá como destino falso. También complicó la situación del jefe del Ejército, teniente general Martín Balza, ya que sostuvo que él sólo autorizó la salida de armas nuevas, pese a que la mitad del desvío eran armas viejas del Ejército.
(Clarín, La Nación)