El exitoso fabricante del iPhone necesita asegurarse la provisión de varios miles de toneladas métricas del valioso y escaso mineral, que es parte fundamental del proceso de fabricación del celular.
Por ello, además de los tradicionales proveedores, Apple busca relación directa con las firmas mineras que lo extraen, para asegurarse contratos de al menos por cinco años.
La movida la pone en competencia directa con los fabricantes de autos eléctricos que demandan también cobalto. Un celular inteligente requiere 8 gramos de cobalto refinado para las baterías especiales de litio. En cambio, un auto requiere mil veces más. Pero Apple ha producido 1.300 millones de unidades en sus diversos modelos.
No solo entra en la lucha con las tradicionales empresas automotrices. También lo hace con China, cuyas empresas estatales operan en el Congo para intentar controlar la producción de cobalto. El Congo produce la mitad del cobalto que se produce en el planeta, y los actores dominantes son empresas chinas.
Lo que explica el papel creciente de China en la producción de todo tipo de vehículos impulsados a electricidad. La potencia asiática es el mercado global más importante en este tipo de vehículos.
Pero Apple no es el único actor privado en este campo. Firmas como BMW, Volkswagen y Samsung, operan intensamente con propósitos similares: asegurarse la provisión del cobalto que necesitan en su proceso productivo. El nuevo precio del mineral está en US$ 80.000 la tonelada. Dos tercios de la producción mundial provienen de la República Democrática del Congo. Trascendió que una de las empresas mineras (y uno de los productores mundiales de commodities más grande del globo), Glencore, estaba en negociaciones con Apple.
Glencore tuvo –después de varios años grises- resultados espectaculares en el último ejercicio. Ganó US$ 14.700 millones, y distribuyó dividendos por US$ 2.900 millones. La firma espera producir 39.000 toneladas de cobalto durante este año, contra 27.400 del año pasado.
