Alitalia ya no podrá cerrar 2006 con utilidades, una promesa clave de Cimoli, y esto puede costarle el cargo. Tras la caída bursátil, Deutsche Bank –que había timoneado el último aumento de capital- bajó a chatarra la calificación de la deuda.
Peor ha sido la reacción gremial. Las dos federaciones de tercer grado (UGL, UP) invitaron a adherir al paro de cuatro horas declarado, para el 18, por Sult, Snaut, Anpac, Anpav, Avia, Sincobas, CNL y ATMPP. Entretanto, se busca formar un comando unificado “para acabar con Cimoli y su gente”.
En esencia, la parte laboral rechaza el programa del interventor, basado en separar divisiones (por ejemplo, informática y administración), vender al centro de llamadas y los servicios en tierra, equipaje inclusive. Sólo los pilotos (Anpac) parecen dispuestos a negociar, pero con una condición de hierro: encarar una fusión con AirFrance-KLM, salida frustrada ya un par de veces.
Pero, el viernes, nadie menos que Francesco Rutelli –viceprimer ministro- propuso buscar alianza con algún operador en Asia sudoriental. Precisamente, mientras parte del gabinete llegaba a Singapur, cuya aerolínea es una de las más prósperas del mundo. No obstante, la bolsa milanesa siguen pensando en AirFrance-KLM, aunque París y Amsterdam no se muestren entusiastas.
Por el momento, es imposible hacer nada. El primer ministro Romano Prodi, el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, y otros altos funcionarios estaban en China y luego visitarían la ciudad estado sobre los estrechos. Además, hay divergencias en el gabinete sobre el destino de Alitalia y Cimoli, a quien le ratificaron la confianza –con cierto apresuramiento- hace un mes. Contra el interventor están ahora el ministro de transportes Alessandro Bianchi, el de desarrollo, Pierluigi Bersani y Oliviero Diliberto –dirigente de la coaliciòn gobernante-, que piden la cabeza de Cimoli.
Alitalia ya no podrá cerrar 2006 con utilidades, una promesa clave de Cimoli, y esto puede costarle el cargo. Tras la caída bursátil, Deutsche Bank –que había timoneado el último aumento de capital- bajó a chatarra la calificación de la deuda.
Peor ha sido la reacción gremial. Las dos federaciones de tercer grado (UGL, UP) invitaron a adherir al paro de cuatro horas declarado, para el 18, por Sult, Snaut, Anpac, Anpav, Avia, Sincobas, CNL y ATMPP. Entretanto, se busca formar un comando unificado “para acabar con Cimoli y su gente”.
En esencia, la parte laboral rechaza el programa del interventor, basado en separar divisiones (por ejemplo, informática y administración), vender al centro de llamadas y los servicios en tierra, equipaje inclusive. Sólo los pilotos (Anpac) parecen dispuestos a negociar, pero con una condición de hierro: encarar una fusión con AirFrance-KLM, salida frustrada ya un par de veces.
Pero, el viernes, nadie menos que Francesco Rutelli –viceprimer ministro- propuso buscar alianza con algún operador en Asia sudoriental. Precisamente, mientras parte del gabinete llegaba a Singapur, cuya aerolínea es una de las más prósperas del mundo. No obstante, la bolsa milanesa siguen pensando en AirFrance-KLM, aunque París y Amsterdam no se muestren entusiastas.
Por el momento, es imposible hacer nada. El primer ministro Romano Prodi, el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, y otros altos funcionarios estaban en China y luego visitarían la ciudad estado sobre los estrechos. Además, hay divergencias en el gabinete sobre el destino de Alitalia y Cimoli, a quien le ratificaron la confianza –con cierto apresuramiento- hace un mes. Contra el interventor están ahora el ministro de transportes Alessandro Bianchi, el de desarrollo, Pierluigi Bersani y Oliviero Diliberto –dirigente de la coaliciòn gobernante-, que piden la cabeza de Cimoli.