viernes, 27 de diciembre de 2024

Alitalia pasará a llamarse Compagnia Aerea Italiana

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La nueva sociedad será encabezada por Roberto Colaninno y Rocco Sabelli. “Otro fraude de Silvio Berlusconi, que –en nombre de un salvataje- socializa pérdidas”, sostienen los socialdemócratas Walter Veltroni y Antonio di Pietro”.

<p>A juicio del ex fiscal del caso “mani pulite”, el objetivo “es hacer recaer los costos en todo los italiano, creando una empresa a medida del primer ministro y sus amigos. Vale decir, se socializan los quebrantos y se privatizan las ganancias”. Resulta ilustrativo que el primer acto de Compagnia Aerea Italiana (CAI) haya sido volar a París para negociar con AirFrance-KLM una participación minoritaria.</p>
<p>En verdad, quien viajó es la cúpula del banco Intesa-SanPaolo, asesor de la privatización parcial (49,9% del paquete, hasta ahora). La acompañaban Salvatore Mancuso (fondo especulativo Equinox), Marco Fossati (Findim, ya en el paquete Telecom Italia). Mancuso y Equinox son socios de Berlusconi desde la creación de su holding Fininvest.</p>
<p>Tras una serie de denuncias y causas judiciales –ante las cuales el primer ministro se ha amparado mediante inmunidades parlamentarias a medida-, Equinox y Findim reaparecen junto con Mediaset, el semimonopolio sucesor de Fininvest.</p>
<p>Al grupo de accionistas privados de la ex Alitalia se unen Marcegaglia, Bellavista-Caltagirone, Gruppo Gavio, Davide Maccagnani, el inevitable Trochetti Provera y, claro, Intesa-SanPaolo. Pero ya hay disidencias: el banco y AirFrance-KLM prefieren que la CAI cotice en la bolsa de Milán, satélite de Londres desde 2007.</p>
<p>Como se sabe, la comunidad de negocios británica y sus medios no confían en Berlusconi ni en su entorno empresario. Motivos tiene: tras proclamar “misión cumplida”, el primer ministro admitió que no es una privatización sino un salvataje liso y llano.</p>
<p>El nuevo bloque de accionistas privados debe aportar € 1.000 millones propios para la caja y los gastos operativos de la ex Alitalia, una firma virtualmente en quiebra. En algunos aspectos, su situación se parece a la Aerolíneas Argentinas-Austral. Con una diferencia: el paquete de la futura CAI seguirán en apariencia controlado por al estado (50,1%) y ello va contra las normas de la Unión Europea. En Bruselas, Berlusconi es casi tan impopular como en Londres. Pero hay un nexo con AA-A: si la compañía italiana cambia de razón social, deberá renegociar rutas, espacios en aeropuertos de todo el mundo, etc.</p>

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