Roma debe definirse al respecto en 24/48 horas y no hay opciones a la vista para una empresa que a fin de año ya no tendrá liquidez para operar. La oferta francoholandesa prevé un canje de acciones por 15-20 % del paquete y colocar otro 10-15% entre socios preferiblemente financieros, no del sector. Si, en dos a tres años, mejoran los números de Alitalia, AirFrance.KLM comprará el resto, inclusive el 49,9% en manos de la tesorería italiana. Entretanto, habrá una drástica limpieza en niveles gerenciales, inclusive los del exterior.
Todo pende del informe que eleve este lunes Citigroup, consultor de la compañía. Se sabe que la lista de interesados potenciales abarca asimismo Lufthansa (se retiraría si se aceptase el plan AF-KLM), Aeroflot, AirOne y el fondo especulativo Texas Pacific group. La propuesta reservada llegó también a la Commissione nazionale per società e borse (Consob).
Por tercera vez, entonces, el estado busca vender o reducir el 49,9% que tiene en el paquete de una compañía que, pronto, no podrá siquiera pagar sueldos en el país y el extranjero. El anterior intento capotó en julio, cuando la competidora local, AirOne, y TPG (compras apalancadas) se retiraron acusando al propio gobierno -como habían hecho otros concurrentes- de poner trabas.
Poco antes, la linea estatal rusa Aeroflot también abandonaba la licitación. En septiembre, se confirmó que Alitalia había perdido más de € 2.000 millones en cuatro años. A principios de octubre cancelaba la mitad de sus vuelos internacionales, entre ellos casi todos los destinados a Latinoamérica (detalle que Buenos Aires parecía ignorar).
Pero las cosas no serán fáciles. “Restructurar Alitalia como compañía bajo control extranjero implicará hacer frente a una coalición de gerentes, sindicatos, parlamentarios y políticos”. Así presume un informe de JP Morgan Chase (Londres). En tono opuesto, medios italianos están seguros de que el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, y el propio premier” Romano Prodi están dispuestos a seguir adelante y olvidar la “línea de bandera”.
Roma debe definirse al respecto en 24/48 horas y no hay opciones a la vista para una empresa que a fin de año ya no tendrá liquidez para operar. La oferta francoholandesa prevé un canje de acciones por 15-20 % del paquete y colocar otro 10-15% entre socios preferiblemente financieros, no del sector. Si, en dos a tres años, mejoran los números de Alitalia, AirFrance.KLM comprará el resto, inclusive el 49,9% en manos de la tesorería italiana. Entretanto, habrá una drástica limpieza en niveles gerenciales, inclusive los del exterior.
Todo pende del informe que eleve este lunes Citigroup, consultor de la compañía. Se sabe que la lista de interesados potenciales abarca asimismo Lufthansa (se retiraría si se aceptase el plan AF-KLM), Aeroflot, AirOne y el fondo especulativo Texas Pacific group. La propuesta reservada llegó también a la Commissione nazionale per società e borse (Consob).
Por tercera vez, entonces, el estado busca vender o reducir el 49,9% que tiene en el paquete de una compañía que, pronto, no podrá siquiera pagar sueldos en el país y el extranjero. El anterior intento capotó en julio, cuando la competidora local, AirOne, y TPG (compras apalancadas) se retiraron acusando al propio gobierno -como habían hecho otros concurrentes- de poner trabas.
Poco antes, la linea estatal rusa Aeroflot también abandonaba la licitación. En septiembre, se confirmó que Alitalia había perdido más de € 2.000 millones en cuatro años. A principios de octubre cancelaba la mitad de sus vuelos internacionales, entre ellos casi todos los destinados a Latinoamérica (detalle que Buenos Aires parecía ignorar).
Pero las cosas no serán fáciles. “Restructurar Alitalia como compañía bajo control extranjero implicará hacer frente a una coalición de gerentes, sindicatos, parlamentarios y políticos”. Así presume un informe de JP Morgan Chase (Londres). En tono opuesto, medios italianos están seguros de que el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, y el propio premier” Romano Prodi están dispuestos a seguir adelante y olvidar la “línea de bandera”.
