Aerolíneas corre contra el reloj

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El gobierno argentino está dispuesto a colaborar en el salvataje de la compañía, pero no parece seguro que el estado español, que es el principal accionista, tenga el mismo propósito.

Por Alejandro J. Lomuto*

Aunque esta semana el gobierno argentino dio señales de su voluntad para colaborar en el salvataje de Aerolíneas Argentinas, la situación de la compañía parece aún estar lejos de una solución que despeje definitivamente las sombras que se ciernen sobre su continuidad.

El último lunes, el jefe del Gabinete, Rodolfo Terragno, y el ministro de Infraestructura y Vivienda, Nicolás Gallo, comprometieron ante el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de España, Pedro Ferreras, el apoyo del gobierno argentino.

La Sepi posee 42% de las acciones de Andes Holding, propietario de 80% de Interinvest, el grupo que controla 85% del paquete de Aerolíneas. A la vez, la Sepi es dueña de 53% de Iberia, la aerolínea de bandera española que participa de Interinvest con 10%.

El gobierno argentino respondió con la inmediata suspensión del acuerdo de cielos abiertos que la administración de Carlos Menem suscribió con el gobierno de Estados Unidos y manifestó al representante español la voluntad de aportar el dinero necesario para garantizar el funcionamiento de Aerolíneas, naturalmente en proporción al 5% de las acciones que están en poder del Estado nacional.

Sin embargo, cuando los funcionarios argentinos quisieron aproximarse a la dimensión del desembolso se encontraron con que no existe un plan de negocios para el salvataje de Aerolíneas y que difícilmente haya uno antes de dos meses.

Desde hace tiempo se sabe que el gobierno español desea desembarazarse del problema que representa su participación en la actividad aerocomercial, un negocio que en los últimos años sólo fue generador de pérdidas económicas.

Por esa razón resolvió privatizar su participación en Iberia. Pero la oferta pública de sus acciones, prevista inicialmente para octubre pasado, debió postergarse porque el Consejo Consultivo de Privatizaciones –otro organismo oficial– cuestionó seriamente la valuación de la empresa hecha por la Sepi.

El ministro de Industria de España, Josep Piqué, anunció a mediados de diciembre que la oferta pública de las acciones de Iberia sería pospuesta hasta después de las elecciones nacionales del 12 de marzo próximo.

Si bien parece improbable que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Izquierda Unida lleguen a un acuerdo para ofrecer candidaturas comunes –el plazo para la presentación de las listas vence el próximo lunes 7–, con lo cual quedará allanado el camino para triunfe el Partido Popular y José María Aznar sea reelecto como jefe del Gobierno, el oficialismo prefiere evitar decisiones polémicas hasta después de los comicios.

Sin embargo, el miércoles 26, mientras Ferreras se preparaba para viajar a la Argentina y entrevistarse con Terragno y Gallo, el diario español Cinco Días, especializado en economía y finanzas, aseguró que la Sepi “estudia dejar quebrar Aerolíneas”, ya que, una vez “encarrilada la privatización de Iberia, el Estado español no está dispuesto a asumir las pérdidas de la compañía de bandera de otro país”, sobre todo luego de que American Airlines fracasara en la búsqueda de un nuevo socio.

Más allá de las gestiones formales, que continuarán, varios analistas privados y funcionarios del gobierno sospechan que la verdadera intención del gobierno español con respecto a Aerolíneas está más cerca del artículo publicado por Cinco Días que de la visita de Ferreras.

*El autor es secretario general de redacción de MERCADO.

Aunque esta semana el gobierno argentino dio señales de su voluntad para colaborar en el salvataje de Aerolíneas Argentinas, la situación de la compañía parece aún estar lejos de una solución que despeje definitivamente las sombras que se ciernen sobre su continuidad.

El último lunes, el jefe del Gabinete, Rodolfo Terragno, y el ministro de Infraestructura y Vivienda, Nicolás Gallo, comprometieron ante el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de España, Pedro Ferreras, el apoyo del gobierno argentino.

La Sepi posee 42% de las acciones de Andes Holding, propietario de 80% de Interinvest, el grupo que controla 85% del paquete de Aerolíneas. A la vez, la Sepi es dueña de 53% de Iberia, la aerolínea de bandera española que participa de Interinvest con 10%.

El gobierno argentino respondió con la inmediata suspensión del acuerdo de cielos abiertos que la administración de Carlos Menem suscribió con el gobierno de Estados Unidos y manifestó al representante español la voluntad de aportar el dinero necesario para garantizar el funcionamiento de Aerolíneas, naturalmente en proporción al 5% de las acciones que están en poder del Estado nacional.

Sin embargo, cuando los funcionarios argentinos quisieron aproximarse a la dimensión del desembolso se encontraron con que no existe un plan de negocios para el salvataje de Aerolíneas y que difícilmente haya uno antes de dos meses.

Desde hace tiempo se sabe que el gobierno español desea desembarazarse del problema que representa su participación en la actividad aerocomercial, un negocio que en los últimos años sólo fue generador de pérdidas económicas.

Por esa razón resolvió privatizar su participación en Iberia. Pero la oferta pública de sus acciones, prevista inicialmente para octubre pasado, debió postergarse porque el Consejo Consultivo de Privatizaciones –otro organismo oficial– cuestionó seriamente la valuación de la empresa hecha por la Sepi.

El ministro de Industria de España, Josep Piqué, anunció a mediados de diciembre que la oferta pública de las acciones de Iberia sería pospuesta hasta después de las elecciones nacionales del 12 de marzo próximo.

Si bien parece improbable que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Izquierda Unida lleguen a un acuerdo para ofrecer candidaturas comunes –el plazo para la presentación de las listas vence el próximo lunes 7–, con lo cual quedará allanado el camino para triunfe el Partido Popular y José María Aznar sea reelecto como jefe del Gobierno, el oficialismo prefiere evitar decisiones polémicas hasta después de los comicios.

Sin embargo, el miércoles 26, mientras Ferreras se preparaba para viajar a la Argentina y entrevistarse con Terragno y Gallo, el diario español Cinco Días, especializado en economía y finanzas, aseguró que la Sepi “estudia dejar quebrar Aerolíneas”, ya que, una vez “encarrilada la privatización de Iberia, el Estado español no está dispuesto a asumir las pérdidas de la compañía de bandera de otro país”, sobre todo luego de que American Airlines fracasara en la búsqueda de un nuevo socio.

Más allá de las gestiones formales, que continuarán, varios analistas privados y funcionarios del gobierno sospechan que la verdadera intención del gobierno español con respecto a Aerolíneas está más cerca del artículo publicado por Cinco Días que de la visita de Ferreras.

*El autor es secretario general de redacción de MERCADO.

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