lunes, 25 de noviembre de 2024

Advierten sobre la hidrovía Paraguay-Paraná

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“Enfrenta enemigos muy fuertes”, afirmó el ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle y señaló que las presiones “más duras surgen de organismos defensores del medioambiente y, especialmente, de EE.UU.”

(EFE).- La hidrovía a través de los ríos Paraguay y Paraná es una “valiosa herramienta” para el desarrollo económico y social de varias regiones de la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, pero “enfrenta enemigos muy fuertes”, afirmó ayer (lunes 28), el ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle.

Las presiones en contra de la hidrovía “son diversas, desde el ámbito diplomático hasta de muchas empresas vinculadas al transporte por carretera, pero las más duras surgen de organismos defensores del medioambiente y, especialmente, de Estados Unidos”, aseguró Lacalle al inaugurar el seminario “Hidrovía: la integración posible”, en el que participan autoridades de los cinco países.

“Debemos desmitificar la idea de que la hidrovía va a dañar de manera irreversible el medio ambiente” y destacar que los ríos serán navegados por barcos que sólo exigen obras menores en los cauces de agua, agregó.

El ex jefe de Estado uruguayo entre 1990 y 1995 aseguró que “todos queremos un medioambiente sano, pero el mejor funcionamiento de la hidrovía permitirá más y mejor educación, más salud y más trabajo para mucha gente”.

Las obras que están pendientes se refieren especialmente a mantenimiento de dragado y señalización, tienen un costo estimado en US$ 100 millones y “a pesar de la presiones en su contra, hay organismos internacionales a favor de financiarlas”, agregó Lacalle.

El presidente uruguayo, Jorge Batlle, afirmó que el tema de la hidrovía “está en el corazón de nuestra vida” como parte de la integración regional “que procura mayor prosperidad y armonía entre los cinco países”.

El seminario está organizado por el Instituto Manuel Oribe del Partido Nacional o “Blanco” que preside Lacalle, y la Comisión Permanente de Transporte de la Cuenca del Plata, con el apoyo de la Comisión Andina de Fomento (CAF).

En la inauguración participaron el ex presidente de Bolivia Jaime Paz Zamora, el canciller de Paraguay, José Antonio Moreno Ruffinelli; el embajador de la Argentina en Uruguay, Juan Manuel Casella, y el presidente en funciones del Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay-Paraná, el brasileño Pedro Fernando Bretas.

También participan en las deliberaciones el boliviano Isaac Maidana, asesor de la CAF; el secretario general de la Aladi, el venezolano Juan Francisco Rojas, y empresarios de los sectores financiero, exportador y servicios.

Entre los temas del seminario están el proyecto geopolítico de la hidrovía, su impacto en el comercio regional, la mejora de la navegabilidad, repercusiones para los empresarios privados, el dinamismo económico de los Estados, las obras proyectadas y su impacto ambiental y la institucionalización de la hidrovía, señalaron fuentes de la organización.

La hidrovía, entre el puerto boliviano de Cáceres y el uruguayo de Nueva Palmira, tiene 3.442 kilómetros de extensión y permite la salida al mar con menores costes de exportación de varias zonas de Bolivia y Paraguay, pero su desarrollo demanda obras demoradas desde hace meses.

(EFE).- La hidrovía a través de los ríos Paraguay y Paraná es una “valiosa herramienta” para el desarrollo económico y social de varias regiones de la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, pero “enfrenta enemigos muy fuertes”, afirmó ayer (lunes 28), el ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle.

Las presiones en contra de la hidrovía “son diversas, desde el ámbito diplomático hasta de muchas empresas vinculadas al transporte por carretera, pero las más duras surgen de organismos defensores del medioambiente y, especialmente, de Estados Unidos”, aseguró Lacalle al inaugurar el seminario “Hidrovía: la integración posible”, en el que participan autoridades de los cinco países.

“Debemos desmitificar la idea de que la hidrovía va a dañar de manera irreversible el medio ambiente” y destacar que los ríos serán navegados por barcos que sólo exigen obras menores en los cauces de agua, agregó.

El ex jefe de Estado uruguayo entre 1990 y 1995 aseguró que “todos queremos un medioambiente sano, pero el mejor funcionamiento de la hidrovía permitirá más y mejor educación, más salud y más trabajo para mucha gente”.

Las obras que están pendientes se refieren especialmente a mantenimiento de dragado y señalización, tienen un costo estimado en US$ 100 millones y “a pesar de la presiones en su contra, hay organismos internacionales a favor de financiarlas”, agregó Lacalle.

El presidente uruguayo, Jorge Batlle, afirmó que el tema de la hidrovía “está en el corazón de nuestra vida” como parte de la integración regional “que procura mayor prosperidad y armonía entre los cinco países”.

El seminario está organizado por el Instituto Manuel Oribe del Partido Nacional o “Blanco” que preside Lacalle, y la Comisión Permanente de Transporte de la Cuenca del Plata, con el apoyo de la Comisión Andina de Fomento (CAF).

En la inauguración participaron el ex presidente de Bolivia Jaime Paz Zamora, el canciller de Paraguay, José Antonio Moreno Ruffinelli; el embajador de la Argentina en Uruguay, Juan Manuel Casella, y el presidente en funciones del Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay-Paraná, el brasileño Pedro Fernando Bretas.

También participan en las deliberaciones el boliviano Isaac Maidana, asesor de la CAF; el secretario general de la Aladi, el venezolano Juan Francisco Rojas, y empresarios de los sectores financiero, exportador y servicios.

Entre los temas del seminario están el proyecto geopolítico de la hidrovía, su impacto en el comercio regional, la mejora de la navegabilidad, repercusiones para los empresarios privados, el dinamismo económico de los Estados, las obras proyectadas y su impacto ambiental y la institucionalización de la hidrovía, señalaron fuentes de la organización.

La hidrovía, entre el puerto boliviano de Cáceres y el uruguayo de Nueva Palmira, tiene 3.442 kilómetros de extensión y permite la salida al mar con menores costes de exportación de varias zonas de Bolivia y Paraguay, pero su desarrollo demanda obras demoradas desde hace meses.

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