Naturalmente, la operación provocará realineamientos radicales en la industria de calzado y ropa deportiva. El acuerdo final conforma el mayor rival serio de Nike, algo que no sucedía en más de diez años. Para empezar, tendrá un cuarto del mercado mundial. Claro, seguirá detrás del líder, que controlajunsto un tercio en una actividad que, en total, factura US$ 70.000 millones anuales (sin incluir copias, falsificaciones, etc.).
La transacción une dos de las marcas internacionalmente más conocidas (Adidas es casi sinónimo de zapatillas deportivas). Juntas, abarcan un sólido equipo estable de auspiciantes; sean atletas y jugadores, sean figuras del espectáculo. Entre ellos, el futbolista David Beckham, el basquetboplista Allen Iverson y algunos raperos en boga.
Aparte de las dos marcas principales, la fusión incluye secundarias. Por ejemplo, Rockport y Greg Norman (golf, de Reebok) o Solomon (esqui) y TaylorMade (también golf), ambas de la alemana Adidas. Por otra parte, la doble gama de ropas y accesorios reúne marcas adicionales. De momento, no se alteran marcas, logotipos ni isotipos
El promotor del casamiento ha sido Erich Stamminger, empeñado en penetrar el mercado norteamericano. A juicio de John Horan –editor de la revista “Sporting goods intelligence”-, el mercado de zapalillas de marca, que factura en Estados Unidos US$ 9.000 millones anuales, crecerá 8% durante el año en curso. Sin duda, la nueva compañía pesará entre los minoristas y podrá presionar por mejores espacios en las góndolas de las grandes cadenas. Comenzando por Wal-Mart Stores. También tendrá más margen para renegociar auspicios y pautas publicitarias.
Al momento de la fusión, Adidas controla 15,5% del mercado global, lejos de 33,3% que posee Nike. El 9,6% de Reebok elevará a poco más de 25% la porción conjunta. En ventas del último ejercicio, Nike registra US$ 13.740 millones, Adidas 7.900 millones y 3.785 millones Reebok. En cuanto a utilidades, el orden es igual, aunque muy sesgado en favor de Nike: US$ 1.210 millones, contra 383 millones (Adidas) y 190 millones (Reebok). Los conductores máximos con el hispano William Pérez (Nike), el alemán Herbert Hainer (Adidas) y el sudafricano Paul Fireman (Reebok).
No obstante, la fusión puede plantear problemas a accionistas e inversores. En partcular, porque -justamente ahora- el público parece inclinarse más hacia calzado de moda y caro. Así lo notó Nike el año pasado, por lo cual compró pantuflas Converse y las incorporó a la línea Converse. A la inversa, los analistas no esperan trabas por parte de las autoridades reguladoras de competencia en la Uinión Europe o EE.UU., pues se trata de un mercado de demanda muy fluido y diversificada.
Quizás el mayor beneficiario del acuerdo sea Paul Fireman, que llevó la británica Reebok a EE.UU. en 1979. Esta marca aprovechó mucho más que otras el auge registrado, a medidos de los 80, por el trote para mantenerse en forma. Especialmente entre mujeres. Por breve lapso (1987/8), vendía más que Nike. En lo tocante a Adidas, su actual prioridad es China, máxime tras obtener los aupicios para los juegos olímpicos de Beijing (2008). No obstante, de acuerdo con una reciente encuesta, 52% de los chinos urbanos clasifican a Nike de “marca más piola” (coolest), comparados con 38% para Adicas y 15% para Reebok. Irónicamente, China es la mayor falsificadora de calzado deportivo para uso interno y exportación.
Naturalmente, la operación provocará realineamientos radicales en la industria de calzado y ropa deportiva. El acuerdo final conforma el mayor rival serio de Nike, algo que no sucedía en más de diez años. Para empezar, tendrá un cuarto del mercado mundial. Claro, seguirá detrás del líder, que controlajunsto un tercio en una actividad que, en total, factura US$ 70.000 millones anuales (sin incluir copias, falsificaciones, etc.).
La transacción une dos de las marcas internacionalmente más conocidas (Adidas es casi sinónimo de zapatillas deportivas). Juntas, abarcan un sólido equipo estable de auspiciantes; sean atletas y jugadores, sean figuras del espectáculo. Entre ellos, el futbolista David Beckham, el basquetboplista Allen Iverson y algunos raperos en boga.
Aparte de las dos marcas principales, la fusión incluye secundarias. Por ejemplo, Rockport y Greg Norman (golf, de Reebok) o Solomon (esqui) y TaylorMade (también golf), ambas de la alemana Adidas. Por otra parte, la doble gama de ropas y accesorios reúne marcas adicionales. De momento, no se alteran marcas, logotipos ni isotipos
El promotor del casamiento ha sido Erich Stamminger, empeñado en penetrar el mercado norteamericano. A juicio de John Horan –editor de la revista “Sporting goods intelligence”-, el mercado de zapalillas de marca, que factura en Estados Unidos US$ 9.000 millones anuales, crecerá 8% durante el año en curso. Sin duda, la nueva compañía pesará entre los minoristas y podrá presionar por mejores espacios en las góndolas de las grandes cadenas. Comenzando por Wal-Mart Stores. También tendrá más margen para renegociar auspicios y pautas publicitarias.
Al momento de la fusión, Adidas controla 15,5% del mercado global, lejos de 33,3% que posee Nike. El 9,6% de Reebok elevará a poco más de 25% la porción conjunta. En ventas del último ejercicio, Nike registra US$ 13.740 millones, Adidas 7.900 millones y 3.785 millones Reebok. En cuanto a utilidades, el orden es igual, aunque muy sesgado en favor de Nike: US$ 1.210 millones, contra 383 millones (Adidas) y 190 millones (Reebok). Los conductores máximos con el hispano William Pérez (Nike), el alemán Herbert Hainer (Adidas) y el sudafricano Paul Fireman (Reebok).
No obstante, la fusión puede plantear problemas a accionistas e inversores. En partcular, porque -justamente ahora- el público parece inclinarse más hacia calzado de moda y caro. Así lo notó Nike el año pasado, por lo cual compró pantuflas Converse y las incorporó a la línea Converse. A la inversa, los analistas no esperan trabas por parte de las autoridades reguladoras de competencia en la Uinión Europe o EE.UU., pues se trata de un mercado de demanda muy fluido y diversificada.
Quizás el mayor beneficiario del acuerdo sea Paul Fireman, que llevó la británica Reebok a EE.UU. en 1979. Esta marca aprovechó mucho más que otras el auge registrado, a medidos de los 80, por el trote para mantenerse en forma. Especialmente entre mujeres. Por breve lapso (1987/8), vendía más que Nike. En lo tocante a Adidas, su actual prioridad es China, máxime tras obtener los aupicios para los juegos olímpicos de Beijing (2008). No obstante, de acuerdo con una reciente encuesta, 52% de los chinos urbanos clasifican a Nike de “marca más piola” (coolest), comparados con 38% para Adicas y 15% para Reebok. Irónicamente, China es la mayor falsificadora de calzado deportivo para uso interno y exportación.