La compañía, que es la más grande firma de radiotaxis con 10 millones de pasajeros al año en la ciudad de Londres, dijo que operará 4.000 vehículos en Nueva York. Con el lanzamiento en Nueva York da su primer paso en su plan de expansión internacional. La compañía logrará una ganancia cada vez que un cliente pide un viaje a través de su software. Luego le enviará un conductor al mando de un auto de una compañía local de taxis.
En verdad, la británica se aventura en un mercado dominado por Uber, que con su aplicación móvil recibe solicitudes que la gente envía desde su teléfono. En los tres años de existencia que lleva ya reclutó a 15.000 conductores de los famosos taxis amarillos.
Liam Griffin, CEO de Addison Lee, no le teme a la competencia de Uber porque, dice, las dos se orientan a un tipo diferente de cliente. La británica apunta al cliente empresarial, la norteamericana no hace distinciones. Según el plan del negocio, Addison Lee no contratará conductores en forma directa en Nueva York, sólo será un agente. Llevará solo cuatro empleados y las llamadas serán manejadas desde la oficina en Londres. Sólo abrirá una oficina si la expansión resulta exitosa.