“Tanto esta iniciativa como open banking proponen un mejor acercamiento al consumidor y plantean potencialidad de alianzas en el marco de una deseable y necesaria especialización de segmentos”, sostiene Fernando Quiroga Lafargue, socio de Impuestos Corporativos de KPMG Argentina.
¿Qué factores estructurales explican que Argentina tenga uno de los índices de bancarización más bajos de la región? ¿Cuál considera que es el principal obstáculo a remover?
Es una conjunción de muchos aspectos: volatilidad macroeconómica, inflación, confianza plena no del todo recuperada, híper regulaciones, incertidumbre, marco de economía altamente informal, alta presión impositiva, falta de incentivos, protagonismo del sistema bancario en re-perfilamientos de deuda pública. El primer obstáculo que debe atacarse y que condiciona luego que el resto de los factores se ordenen positivamente es el de la volatilidad macroeconómica.
Ante la irrupción de actores no bancarios en pagos y servicios financieros, ¿qué están haciendo los bancos para no perder relevancia? ¿La respuesta ha sido suficientemente ágil?
Se advirtió una reacción evidente en aquellos espacios en que existe un interés de negocio. Entiendo que el apalancamiento tecnológico y la especialización seguirán profundizando ese proceso condicionado también por el marco regulatorio.
Las nuevas oportunidades
¿Qué balance hace entre las oportunidades y los riesgos que trae open banking? ¿El sector está preparado técnica y culturalmente para este cambio?
Claramente, open banking genera expectativas favorables desde la óptica del acercamiento al cliente y su conocimiento integral. Eso sería un paso adelante indudable. Para ese objetivo hay que trabajar fuerte en el diseño de la implementación, asegurando que existan los incentivos suficientes que permitan que el intercambio resulte fluido en la práctica.
¿Cuál considera que será la evolución de las finanzas embebidas en la Argentina? ¿Está preparada la estructura para potenciar su uso, como sucede en otros países del mundo?
Con el bajo nivel de bancarización real y el alto desarrollo tecnológico que se advierte en muchas plataformas de canales digitales del mercado local, las finanzas embebidas tienen en Argentina (y en América Latina) un potencial de crecimiento aún mayor al que ya evidencian. Tanto esta iniciativa como open banking proponen un mejor acercamiento al consumidor y plantean potencialidad de alianzas en el marco de una deseable y necesaria especialización de segmentos.












