Una estadística ficta genera expectativas pesimistas sobre tasas

El llamado “índice pelado de precios al consumidor” subió por tercer mes seguido. Eso se esperaba pero, igual, enfrió algunas bolsas y hace sospechar que la Reserva Federal seguirá ajustando tipos básicos en el próximo trimestre.(14-VI)

15 junio, 2006

Ese indicador no es otra cosa que el de precios minoristas excluyendo alimentos, energía y combustibles. Vale decir, es una ficción técnica –promovida por Alan Greenspan, antecesor de Benjamin Bernanke en la RF-, pues nadie vive sin comer ni usar combustibles. Pero tal es la volatilidad de los mercados que, hoy, éstos lo toman en serio.

Pues bien, ese indicador avanzó 0,3% en mayo, según señala el departamento federal de Trabajo (extraña fuente para una estadística tan alejada de la realidad). Para peor, los gurúes esperaban no más de 0,2% . Así las cosas, esta “inflación básica” marca los máximos desde el primer trimestre de 1995. En lo trocante al IPC normal, tampoco depara buenas noticias: aumentó 0,4% el mes pasado.

Wall Street hizo una lectura pesimista de esas cifras, máxime porque operadores e intermediarios –azuzados desde Hacienda por Henry Paulson, ex Goldman Sachs- aprovechan los vaivenes en lo mercado para cargas las tintas sobre Bernanke. Algunos analistas lo contrastan con Greenspan .que no era un genio- y lo tachan de académico sin experiencia.

En este clima, los índices de precios podrían prolongar durante otros tres (o seis) meses la serie de retoques efectuados desde hace tiempo en los tipos referenciales por la RF. El pase de 5 a 5,25% ya era seguro para fin de mes. Pero ahora se habla de 5,75% como meta, o sea dos incrementos más en julio y agosto. Esto ha hecho cerrar con palidez la bolsa de Nueva York, también influida por la neutralidad de las europeas.

Lo que fue más explicable es la caída de precios para bonos de Tesorería, por lo cual la tasa a diez años remontó a de 4.94 a 5,04% anual. El dólar casi no se movió y el euro remontó, poco, a US$ 1,26.

Ese indicador no es otra cosa que el de precios minoristas excluyendo alimentos, energía y combustibles. Vale decir, es una ficción técnica –promovida por Alan Greenspan, antecesor de Benjamin Bernanke en la RF-, pues nadie vive sin comer ni usar combustibles. Pero tal es la volatilidad de los mercados que, hoy, éstos lo toman en serio.

Pues bien, ese indicador avanzó 0,3% en mayo, según señala el departamento federal de Trabajo (extraña fuente para una estadística tan alejada de la realidad). Para peor, los gurúes esperaban no más de 0,2% . Así las cosas, esta “inflación básica” marca los máximos desde el primer trimestre de 1995. En lo trocante al IPC normal, tampoco depara buenas noticias: aumentó 0,4% el mes pasado.

Wall Street hizo una lectura pesimista de esas cifras, máxime porque operadores e intermediarios –azuzados desde Hacienda por Henry Paulson, ex Goldman Sachs- aprovechan los vaivenes en lo mercado para cargas las tintas sobre Bernanke. Algunos analistas lo contrastan con Greenspan .que no era un genio- y lo tachan de académico sin experiencia.

En este clima, los índices de precios podrían prolongar durante otros tres (o seis) meses la serie de retoques efectuados desde hace tiempo en los tipos referenciales por la RF. El pase de 5 a 5,25% ya era seguro para fin de mes. Pero ahora se habla de 5,75% como meta, o sea dos incrementos más en julio y agosto. Esto ha hecho cerrar con palidez la bolsa de Nueva York, también influida por la neutralidad de las europeas.

Lo que fue más explicable es la caída de precios para bonos de Tesorería, por lo cual la tasa a diez años remontó a de 4.94 a 5,04% anual. El dólar casi no se movió y el euro remontó, poco, a US$ 1,26.

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