En un panel de Davos presionaron contra el canje argentino

Salvo el caso Brasil, el Foro Económico Mundial 2005 es aún menos trascendente que el anterior. China y el dólar débil fueron tema clave. En cuanto al canje argentino, aparecieron los habituales cabilderos y “analistas anónimos”.

28 enero, 2005

Una sedicente asesora de George W.Bush se lanzó el jueves con todo contra Argentina, su gestión económica, la consabida “inseguridad jurídica” y, especialmente, la gira que efectúa la propuesta de restructuración de deuda. Obviamente, su actuación se dirigía a Buenos Aires y, por tanto, no tuvo eco mediático en las economías centrales.

Kristin Forbes no reporta directamente al presidente. Su cargo de “asesora” refleja simplemente las influencias de su familia. Aparte de controlar la conocida revista financiera y el sitio epónimos, los Forbes contribuyen mucho para las campañas de candidatos republicanos. No obstante, sus publicaciones son muy críticas respecto de la política fiscal y cambiaria de la Casa Blanca.

Bien visto, Forbes se centró en las “reformas de mercado” que los banqueros ortodoxos recomiendan perpetuamente a los países en desarrollo. Su receta es todavía la del extinto consenso de Washington (1989), producto de la Comisión Trilateral (1973), uno de cuyos fundadores también esta operando estos días contra el canje.

La asesora se tomó hora y media, ante los bostezos de Anne Krueger –vicepresidente del FMI, que no quiso hablar con nadie- y las irónicas observaciones del financista húngaro George Sörös. En representación del “lobby” estaba Charles Dallara, que maneja fondos buitres –detalle que Sörös comentaba durante un receso- y a Nicola Stock, Hans Humes, etc.

El único técnico argentino de buen nivel era Mario Bléjer, ex Banco Central. Su presencia desorientó a un medio, que lo describe como “director del Banco de Inglaterra”. Un imposible, claro. En realidad, Bléjer asesora –sin relación de dependencia- a un gobernador del emisor inglés.

Fuera del cónclave en Suiza, ahora los círculos allegados al “comité global” e instancias de sesgo similar hablan de “tener cautela”. Uno “analista anónimo” señaló que el tope de aceptación, según el mercado, ha bajado de 70 a 65%. Por otra parte, algunas bancas y firmas de valores van más lejos y afirman que la aceptación no pasará de 50%. Sin embargo, la notable actividad en la franja internacional –y local- de bonos en cese selectivo de pagos y bonos posteriores apunta en otro sentido.

Una sedicente asesora de George W.Bush se lanzó el jueves con todo contra Argentina, su gestión económica, la consabida “inseguridad jurídica” y, especialmente, la gira que efectúa la propuesta de restructuración de deuda. Obviamente, su actuación se dirigía a Buenos Aires y, por tanto, no tuvo eco mediático en las economías centrales.

Kristin Forbes no reporta directamente al presidente. Su cargo de “asesora” refleja simplemente las influencias de su familia. Aparte de controlar la conocida revista financiera y el sitio epónimos, los Forbes contribuyen mucho para las campañas de candidatos republicanos. No obstante, sus publicaciones son muy críticas respecto de la política fiscal y cambiaria de la Casa Blanca.

Bien visto, Forbes se centró en las “reformas de mercado” que los banqueros ortodoxos recomiendan perpetuamente a los países en desarrollo. Su receta es todavía la del extinto consenso de Washington (1989), producto de la Comisión Trilateral (1973), uno de cuyos fundadores también esta operando estos días contra el canje.

La asesora se tomó hora y media, ante los bostezos de Anne Krueger –vicepresidente del FMI, que no quiso hablar con nadie- y las irónicas observaciones del financista húngaro George Sörös. En representación del “lobby” estaba Charles Dallara, que maneja fondos buitres –detalle que Sörös comentaba durante un receso- y a Nicola Stock, Hans Humes, etc.

El único técnico argentino de buen nivel era Mario Bléjer, ex Banco Central. Su presencia desorientó a un medio, que lo describe como “director del Banco de Inglaterra”. Un imposible, claro. En realidad, Bléjer asesora –sin relación de dependencia- a un gobernador del emisor inglés.

Fuera del cónclave en Suiza, ahora los círculos allegados al “comité global” e instancias de sesgo similar hablan de “tener cautela”. Uno “analista anónimo” señaló que el tope de aceptación, según el mercado, ha bajado de 70 a 65%. Por otra parte, algunas bancas y firmas de valores van más lejos y afirman que la aceptación no pasará de 50%. Sin embargo, la notable actividad en la franja internacional –y local- de bonos en cese selectivo de pagos y bonos posteriores apunta en otro sentido.

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