Tasas, petróleo y China perturban los mercados de riesgo

Beijing quizás enfríe su economía por el alza de crudos: casi US$ 40 en Nueva York y más de 37 en Londres. A su vez, Alan Greenspan volvió a hablar de subir tasas básicas. Los tres factores juntos provocaron una cadena de bajas bursátiles.

7 mayo, 2004

En realidad, lo ocurrido el jueves no fue un “derrumbe”, sino una corrección en bolsas tan sobrevaluadas como Fráncfort (cedió 2,8%, porque la economía alemana sigue débil), Londres (-1,17%) o París (-2%). En el caso de San Pablo (-4,17%), pesan incertidumbre políticas y caída del consumo, debido al tono monetarista de la gestión federal. En cuanto a Buenos Aires (-2,58%), es una plaza inestable, manejada por pocos y dependiente de Brasil.

“La economía estadounidense puede ya asimilar un aumento de tipos referenciales, pues no hay señales de desequilibrio comercial inquietante ni de una burbuja inmobiliaria”, sostuvo en Chicago el CEO de la Reserva Federal. Al punto, varios analistas le recordaron que hay, sí, una burbuja de consumo y demanda inmobiliaria, fogoneadas por el creciente endeudamiento del público. Aparte, la balanza comercial continúa demasiado deficitaria.

Otro enorme problema no mencionado por Greenspan se cifra en el déficit y la deuda fiscales. El urgente pedido de US$ 25.000 millones para gastos militares en Irak (cuya situación obliga a enviar más tropas, en vez de reducirlas como estaba previsto) pone en evidencia el rojo federal se acerca a 4,2% del producto bruto interno. Además, entre agosto y octubre próximos, el gobierno llegará al límite legal del endeudamiento.

En lo tocante a petróleo, también errores y malas interpretaciones de datos. El jueves, los crudos tejanos alcanzaron US$ 39,97 en Nueva York y, en Londres, el Brent nórdico pasó de US$ 37. En el segundo caso, supera el récord nominal de 1991 (US$ 36,94). En el primero, se acerca a los US$ 40,10 del mismo año. La cifra que circula en varios despachos (40,90) es incorrecta.

Sea como fuere, se trata siempre de dólares nominales, por lo cual cuarenta de 1991 equivalen a más de 50 hoy. Para advertirlo, basta expresas ambos precios (Londres, Nueva York) en libras esterlina o francos suizos. Inclusive, si se pasan a euros las cotizaciones desde 1999, se notará el mismo fenómeno, aunque acotado a cinco años.

Volviendo a tasas, la de largo plazo en Estados Unidos (T 10, o sea el rinde de letras a diez años) pasa ya de 4,6% anual. Esto elevó el dólar a ¥ 109,75. Por el contrario, el euro se mantuvo alrededor de US$ 1,21.

En realidad, lo ocurrido el jueves no fue un “derrumbe”, sino una corrección en bolsas tan sobrevaluadas como Fráncfort (cedió 2,8%, porque la economía alemana sigue débil), Londres (-1,17%) o París (-2%). En el caso de San Pablo (-4,17%), pesan incertidumbre políticas y caída del consumo, debido al tono monetarista de la gestión federal. En cuanto a Buenos Aires (-2,58%), es una plaza inestable, manejada por pocos y dependiente de Brasil.

“La economía estadounidense puede ya asimilar un aumento de tipos referenciales, pues no hay señales de desequilibrio comercial inquietante ni de una burbuja inmobiliaria”, sostuvo en Chicago el CEO de la Reserva Federal. Al punto, varios analistas le recordaron que hay, sí, una burbuja de consumo y demanda inmobiliaria, fogoneadas por el creciente endeudamiento del público. Aparte, la balanza comercial continúa demasiado deficitaria.

Otro enorme problema no mencionado por Greenspan se cifra en el déficit y la deuda fiscales. El urgente pedido de US$ 25.000 millones para gastos militares en Irak (cuya situación obliga a enviar más tropas, en vez de reducirlas como estaba previsto) pone en evidencia el rojo federal se acerca a 4,2% del producto bruto interno. Además, entre agosto y octubre próximos, el gobierno llegará al límite legal del endeudamiento.

En lo tocante a petróleo, también errores y malas interpretaciones de datos. El jueves, los crudos tejanos alcanzaron US$ 39,97 en Nueva York y, en Londres, el Brent nórdico pasó de US$ 37. En el segundo caso, supera el récord nominal de 1991 (US$ 36,94). En el primero, se acerca a los US$ 40,10 del mismo año. La cifra que circula en varios despachos (40,90) es incorrecta.

Sea como fuere, se trata siempre de dólares nominales, por lo cual cuarenta de 1991 equivalen a más de 50 hoy. Para advertirlo, basta expresas ambos precios (Londres, Nueva York) en libras esterlina o francos suizos. Inclusive, si se pasan a euros las cotizaciones desde 1999, se notará el mismo fenómeno, aunque acotado a cinco años.

Volviendo a tasas, la de largo plazo en Estados Unidos (T 10, o sea el rinde de letras a diez años) pasa ya de 4,6% anual. Esto elevó el dólar a ¥ 109,75. Por el contrario, el euro se mantuvo alrededor de US$ 1,21.

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