Tasas básicas: Estados Umidos espera 5% en pocos meses

La contracción en precios de bonos –no sólo los de economías en desarrollo- puede extenderse con vaivenes hasta promediar 2006, año electoral. De ahí que algunos analistas proyecten en más de 5% el tipo de interés referencial hacia junio.

17 octubre, 2005

La volatilidad accionaria, en Wall Street y otras plazas principales, se suma a la inestabilidad de la paridad euro-dólar y a un dólar artificiosamente caro en Japón (no en China, como suele decirse). Eso define un horizonte internacional azaroso.

En el fondo, crece la desconfianza de los mercados especulativos respecto de la economía norteamericana y su moneda. Por supuesto, los rebotes del petróleo agudizan un cuadro signado por el deterioro político de George W. Bush, cuyo segundo mandato se ve plagado de errores, escándalos y señales de corrupción. Entretanto, la situación no mejora en Irak y Afganistán.

En general, los expertos estiman que el Sistema de la Reserva Federal (SRF) continuará elevando en 25 puntos básicos el redescuento a cortísimo plazo (ahora en 3,75% anual) hasta promediar 2006. Recién entonces, con los comicios parlamentarios más cercanos, podría haber un cambio de política monetaria.

Dos recientes encuestas entre operadores norteamericanos (Bloomberg’s, Reuters) indican que dos tercios de los sondeados esperan por lo menos cuatro retoques a las tasas básicas (este mes, diciembre, febrero). Esto las llevaría a 4,5% para entonces. El tercio restante apuesta a cinco alzas, es decir 5% hacia mayo próximo. Ninguna de las encuestas extrapola el cambio de guardia en el SRF, pues todavía no hay indicios claros sobre el sucesor de Alan Greenspan.

Como siempre, el SRF deja de lado los fenomenales déficit en presupuesto, cuenta corriente (pagos externos) y comercio exterior. Su obsesión radica en presiones inflacionarias, atribuidas a la persistencia de la burbuja inmobiliaria y los precios de combustibles. Al parecer, los efectos de Katrina y Rita no han sido tan duros como se suponía, salvo en refinación de crudos, cuya capacidad en uso sigue siendo hasta 50% inferior en Tejas, Luisiana y estados vecinos.

Los vaivenes bursátiles, financieros y cambiarios en varias economías dependientes no son otra cosa que reflejos de esos problemas. No es técnicamente correcto sostener –como hacen gurúes locales- que exista un movimiento global de colocaciones especulativas hacia activos en países centrales. Lo hay, sí, de EE.UU. a la Unión Europea y Asia oriental.

La volatilidad accionaria, en Wall Street y otras plazas principales, se suma a la inestabilidad de la paridad euro-dólar y a un dólar artificiosamente caro en Japón (no en China, como suele decirse). Eso define un horizonte internacional azaroso.

En el fondo, crece la desconfianza de los mercados especulativos respecto de la economía norteamericana y su moneda. Por supuesto, los rebotes del petróleo agudizan un cuadro signado por el deterioro político de George W. Bush, cuyo segundo mandato se ve plagado de errores, escándalos y señales de corrupción. Entretanto, la situación no mejora en Irak y Afganistán.

En general, los expertos estiman que el Sistema de la Reserva Federal (SRF) continuará elevando en 25 puntos básicos el redescuento a cortísimo plazo (ahora en 3,75% anual) hasta promediar 2006. Recién entonces, con los comicios parlamentarios más cercanos, podría haber un cambio de política monetaria.

Dos recientes encuestas entre operadores norteamericanos (Bloomberg’s, Reuters) indican que dos tercios de los sondeados esperan por lo menos cuatro retoques a las tasas básicas (este mes, diciembre, febrero). Esto las llevaría a 4,5% para entonces. El tercio restante apuesta a cinco alzas, es decir 5% hacia mayo próximo. Ninguna de las encuestas extrapola el cambio de guardia en el SRF, pues todavía no hay indicios claros sobre el sucesor de Alan Greenspan.

Como siempre, el SRF deja de lado los fenomenales déficit en presupuesto, cuenta corriente (pagos externos) y comercio exterior. Su obsesión radica en presiones inflacionarias, atribuidas a la persistencia de la burbuja inmobiliaria y los precios de combustibles. Al parecer, los efectos de Katrina y Rita no han sido tan duros como se suponía, salvo en refinación de crudos, cuya capacidad en uso sigue siendo hasta 50% inferior en Tejas, Luisiana y estados vecinos.

Los vaivenes bursátiles, financieros y cambiarios en varias economías dependientes no son otra cosa que reflejos de esos problemas. No es técnicamente correcto sostener –como hacen gurúes locales- que exista un movimiento global de colocaciones especulativas hacia activos en países centrales. Lo hay, sí, de EE.UU. a la Unión Europea y Asia oriental.

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