Surgen nuevos escándalos con epicentro en Liechtenstein

Ahora, se trata de un robo de 4.520 identidades digitales que encriptó en un DVD el señor Heinrich Kieber. Este ex empleado de la banca LGT (propiedad del príncipe Juan II Adán) vive protegido y bajo otro nombre.

27 febrero, 2008

Ese explosivo archivo incluye, según las autoridades alemanas, docenas de evasores fiscales italianos, norteamericanos, australianos neocelandeses, franceses, británicos, escandinavos, etc. Por de pronto, según el fiscal federal de Bochum, Hans-Ulrich Krück, casi cien evasores germanos han restituido € 28 millones.

En rigor, el DVD enumera 4.520 “fundaciones sin fines de lucros”. Proablemente, los montos mayores correspondan a mafias rusas, ucranianas y balcánicas, inclusive de Albania, Montenegro y Kósovo. A juicio de la justicia alemana, esos grupos operan en tráfico mayorista de drogas, estupefacientes, tecnología, armas y personas.

Vale decir, el viejo negocio de bancas y financieras establecidas en Vaduz, capital del principado que, de hecho, maneja Suiza. Hasta el martes, diez países han solicitado a Alemania datos sobre esa base de datos. Cabe señalar que el detonante de estos escándalos fue una evasión tributaria por € 4.200 millones, cuyo responsable era el ahora ex jefe de Deustche Post.

La canciller Angela Merkel ha ordenado indagaciones sobre Liechtenstein, Mónaco -a cuyo príncipe, Alberto Grimaldi, ha pedido explicaciones personales- y Suiza. Un nexo entre Berna y Vaduz, la banca Vontobel, interesa especialmente a Berlín.

Ese explosivo archivo incluye, según las autoridades alemanas, docenas de evasores fiscales italianos, norteamericanos, australianos neocelandeses, franceses, británicos, escandinavos, etc. Por de pronto, según el fiscal federal de Bochum, Hans-Ulrich Krück, casi cien evasores germanos han restituido € 28 millones.

En rigor, el DVD enumera 4.520 “fundaciones sin fines de lucros”. Proablemente, los montos mayores correspondan a mafias rusas, ucranianas y balcánicas, inclusive de Albania, Montenegro y Kósovo. A juicio de la justicia alemana, esos grupos operan en tráfico mayorista de drogas, estupefacientes, tecnología, armas y personas.

Vale decir, el viejo negocio de bancas y financieras establecidas en Vaduz, capital del principado que, de hecho, maneja Suiza. Hasta el martes, diez países han solicitado a Alemania datos sobre esa base de datos. Cabe señalar que el detonante de estos escándalos fue una evasión tributaria por € 4.200 millones, cuyo responsable era el ahora ex jefe de Deustche Post.

La canciller Angela Merkel ha ordenado indagaciones sobre Liechtenstein, Mónaco -a cuyo príncipe, Alberto Grimaldi, ha pedido explicaciones personales- y Suiza. Un nexo entre Berna y Vaduz, la banca Vontobel, interesa especialmente a Berlín.

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