AirFrance-KLM se retira y deja casi sin opciones a Alitalia

Para no ser manoseado por Silvio Berlusconi, el grupo francoholandés desiste de comprar una compañía que pierde un millón de euros al día. Harto de presiones, renunció el interventor Maurizio Prato. Ahora, Roma piensa en los sindicatos.

8 abril, 2008

Quince meses de esfuerzos han quedado en la nada. El miércoles cerca de medianoche (plazo final), el corso Jean-Cyril Spinetta –director gerente de AirFrance-KLM- dio por terminadas las negociaciones. Por su parte, el ministro interino de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, admitía que la aerolínea de bandera (que no logra privatizar 49,9% del paquete) podría apelar a la ley italiana de quiebras o a su versión para la Eurozona. Resta una posibilidad, cifrada en tratativas entre el gobierno y los sindicatos

El problema se complica porque se avecinan los comicios parlamentarios (domingo 13, lunes 14). Acéfala, Alitalia dispone de efectivo para algunas semanas. El actual gabinete transitorio, encabezado por Romano Prodi, es casi la única instancia que apoyaba la venta.

La clave de la crisis es el irrefrenable oportunismo de Berlusconi. Este populista de derecha –a quien las encuestas dan ganador, evidenciando la escasa sensatez de los votantes- quiere que un grupo de inversores locales haga una oferta ya. Pero no es fácil: la empresa acumula un déficit superior a € 3.000 millones en siete años hasta diciembre último y hoy le restan menos de 200 millones para operar.

Exponiendo en el parlamento, Padoa-Schioppa descartó posibilidades de una nueva propuesta. Advirtió que la compañía deberá a una ley especial de bancarrotas, adoptada en 2003 a raíz del colapso fraudulento de Parmalat. Pero eso exigirá un achicamiento de estructuras más duro que el propuesto por AF-KLM y rechazado por los sindicatos.

Quince meses de esfuerzos han quedado en la nada. El miércoles cerca de medianoche (plazo final), el corso Jean-Cyril Spinetta –director gerente de AirFrance-KLM- dio por terminadas las negociaciones. Por su parte, el ministro interino de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, admitía que la aerolínea de bandera (que no logra privatizar 49,9% del paquete) podría apelar a la ley italiana de quiebras o a su versión para la Eurozona. Resta una posibilidad, cifrada en tratativas entre el gobierno y los sindicatos

El problema se complica porque se avecinan los comicios parlamentarios (domingo 13, lunes 14). Acéfala, Alitalia dispone de efectivo para algunas semanas. El actual gabinete transitorio, encabezado por Romano Prodi, es casi la única instancia que apoyaba la venta.

La clave de la crisis es el irrefrenable oportunismo de Berlusconi. Este populista de derecha –a quien las encuestas dan ganador, evidenciando la escasa sensatez de los votantes- quiere que un grupo de inversores locales haga una oferta ya. Pero no es fácil: la empresa acumula un déficit superior a € 3.000 millones en siete años hasta diciembre último y hoy le restan menos de 200 millones para operar.

Exponiendo en el parlamento, Padoa-Schioppa descartó posibilidades de una nueva propuesta. Advirtió que la compañía deberá a una ley especial de bancarrotas, adoptada en 2003 a raíz del colapso fraudulento de Parmalat. Pero eso exigirá un achicamiento de estructuras más duro que el propuesto por AF-KLM y rechazado por los sindicatos.

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