Sigue cayéndose el dólar, con Wall Street y crudos sostenidos (5-11)

Esta vez, la divisa norteamericana quebró los pisos del año respecto del euro y el franco suizo. No aún ante el yen, por intervención del banco central japonés. Mientras, los crudos tejanos subían 2,2%.

5 noviembre, 2004

Así como la bolsa neoyorquina no mantuvo el impulso originado ayer –subía apenas de 0,3 a 0,7%-, el dólar no consiguió afirmar un amague de repunte y concluyó la semana en extremo débil. Técnicamente, el desarme de posiciones pudo más que las compras oportunistas, aun en Tokio (por eso, ahí el dólar cedía a ¥ 105,75, aunque el mínimo del año siga siendo el 104,20 del 31 de marzo).

El euro, por el contrario, superó una toma de ganancias (US$ 1,285) y repuntó hasta 1,293 –el récord de febrero- en Londres. Más tarde, avanzaba a US$ 1,295 en Nueva York. Por su parte, la divisa referencial descendía en Zürich a FS 1,182, también el piso del año.

Estadísticamente, el índice que define el desempeño del dólar ante una canasta de monedas marcaba el mínimo en nueve años. Los propios operadores se manifestaban sorprendidos por el grado de vulnerabilidad exhibido por la divisa estadounidense, pese a indicadores positivos en materia de empleo publicados también el viernes.

Por lo común remiso a fijarse en causales más profundas que la mera especulación cotidiana, el mercado cambiario internacional ahora no tiene más remedio que aceptar otra realidad. Los déficit en Estados Unidos –fiscal, comercial, de pagos externos, asistencia social- son un problema estructural, debido a que el primer gobierno de George W.Bush no les prestó atención. Por el contrario, US$ 2,35 billones en rebajas tributarias (para el lapso 2001-12) agravaron las perspectivas de ingresos a mediano y largo plazos.

Así como la bolsa neoyorquina no mantuvo el impulso originado ayer –subía apenas de 0,3 a 0,7%-, el dólar no consiguió afirmar un amague de repunte y concluyó la semana en extremo débil. Técnicamente, el desarme de posiciones pudo más que las compras oportunistas, aun en Tokio (por eso, ahí el dólar cedía a ¥ 105,75, aunque el mínimo del año siga siendo el 104,20 del 31 de marzo).

El euro, por el contrario, superó una toma de ganancias (US$ 1,285) y repuntó hasta 1,293 –el récord de febrero- en Londres. Más tarde, avanzaba a US$ 1,295 en Nueva York. Por su parte, la divisa referencial descendía en Zürich a FS 1,182, también el piso del año.

Estadísticamente, el índice que define el desempeño del dólar ante una canasta de monedas marcaba el mínimo en nueve años. Los propios operadores se manifestaban sorprendidos por el grado de vulnerabilidad exhibido por la divisa estadounidense, pese a indicadores positivos en materia de empleo publicados también el viernes.

Por lo común remiso a fijarse en causales más profundas que la mera especulación cotidiana, el mercado cambiario internacional ahora no tiene más remedio que aceptar otra realidad. Los déficit en Estados Unidos –fiscal, comercial, de pagos externos, asistencia social- son un problema estructural, debido a que el primer gobierno de George W.Bush no les prestó atención. Por el contrario, US$ 2,35 billones en rebajas tributarias (para el lapso 2001-12) agravaron las perspectivas de ingresos a mediano y largo plazos.

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