Obtener dinero fresco será cada día más caro para los banqueros

Los inversores pronto serán atosigados por una masa superior a US$ 130.000 millones en deuda y títulos. Muchas entidades financieras norteamericanas necesitan fondos para recomponer posiciones, en un contexto de prestamistas reticentes.

3 abril, 2008

Esta situación contrasta con periódicas euforias en Wall Street, cada vez que un banco o una firma de valores consigue plata. Nadie se fija en cuánto le cuesta, porque la serie de rebajas en tasas básicas dispuesta por la Reserva Federal enmascara ese factor. Pero inversores de todo tipo ve que sus tenencias accionarias en esas entidades pierden valor real, mientras sus ingresos y márgenes son presionados por la crisis de liquidez.

Con la economía estadounidense cerca de la contracción (la RF teme que el PBI suba apenas 0,5% este semestre y el FMI no espera más de 0,6% en 2009), las instituciones financieras privadas se exponen a más acreencias de mala calidad. Un analista tras otro repite lo mismo: el sector precisará más capitales para equilibrar balances.

Un grupo de “bancas fantasmas” será obligado a obtener fondos muy caros, castigar sus estados o ambas cosas. Eso cree Pacific Investment Management, que controla el mayor fondo de bonos privados en el mundo. Este segmento del sistema financiero incluye vehículos de inversión estructurados (VIE) y otros instrumentos especulativos creados por grandes bancas de inversión. Hoy los “fantasmas” afrontan insuficiencias de liquidez.

Esto no ayuda al negocio. En los últimos seis meses, para colocar sus bonos los bancos han pagado hasta cien puntos básicos de rendimiento adicional por tomas adicionales de dinero. Desde octubre o noviembre, pesos pesados como Citigroup, Union des Banques Suisse –ambos despidieron a sus máximos directivos-, Morgan Stanley, Merrill Lynch o Lehman Brothers ha recauidadso unos US$ 100.000 millones en dinero fresco. Pero son apenas la punta del témpano.

Esta situación contrasta con periódicas euforias en Wall Street, cada vez que un banco o una firma de valores consigue plata. Nadie se fija en cuánto le cuesta, porque la serie de rebajas en tasas básicas dispuesta por la Reserva Federal enmascara ese factor. Pero inversores de todo tipo ve que sus tenencias accionarias en esas entidades pierden valor real, mientras sus ingresos y márgenes son presionados por la crisis de liquidez.

Con la economía estadounidense cerca de la contracción (la RF teme que el PBI suba apenas 0,5% este semestre y el FMI no espera más de 0,6% en 2009), las instituciones financieras privadas se exponen a más acreencias de mala calidad. Un analista tras otro repite lo mismo: el sector precisará más capitales para equilibrar balances.

Un grupo de “bancas fantasmas” será obligado a obtener fondos muy caros, castigar sus estados o ambas cosas. Eso cree Pacific Investment Management, que controla el mayor fondo de bonos privados en el mundo. Este segmento del sistema financiero incluye vehículos de inversión estructurados (VIE) y otros instrumentos especulativos creados por grandes bancas de inversión. Hoy los “fantasmas” afrontan insuficiencias de liquidez.

Esto no ayuda al negocio. En los últimos seis meses, para colocar sus bonos los bancos han pagado hasta cien puntos básicos de rendimiento adicional por tomas adicionales de dinero. Desde octubre o noviembre, pesos pesados como Citigroup, Union des Banques Suisse –ambos despidieron a sus máximos directivos-, Morgan Stanley, Merrill Lynch o Lehman Brothers ha recauidadso unos US$ 100.000 millones en dinero fresco. Pero son apenas la punta del témpano.

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