Obligaciones en riesgo provocaron una baja generalizada

La crisis generada por préstamos hipotecarios a deudores poco solventes golpea las obligaciones en deuda colateral (ODC). Es decir, las bases mismas de las compras apalancadas –hoy en pleno auge- y otras franjas especulativas.

14 marzo, 2007

En esencia, el fenómeno afecta a bonistas, pero la peculiar volatidad instalada en los mercados desde el 27 de febrero lo contagia a las acciones. No obstante, lo del martes no ha sido una corrida ni, mucho menos –como imaginan algunos despistados-, su nodo estaba en alguna bolsa de escasa monta. Por ejemplo, en el cono sur la baja en San Pablo (3,4%) arrastró a pequeños satélites como Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile, etc.

En el gran mundo, el Dow Jones industrial perdió casi 2% y 2,15% el Nasdaq compuesto. No obstante, ningún mercado volvió a los mínimos del año, que siguen clavado en el lunes 5.

La venta de ODC, que empacan préstamos, bonos y derivados en forma de “multitítulos” por demás explosivos, ya había acumulado US$ 918.000 millones en 2006. Así señala JP Morgan Chase. La demanda de inversiones que apelean a esos instrumentos disminuía artificialmente las primas sobre una larga serie de operaciones. Desde créditos hipotecarios de baja calidad hasta bonos de alto riesgo (chatarra). Por consiguiente, los administradores de carteras -mutados en ludópatas- tomaban más y más fondos para mantener retornos y hacer frente a sus competidores (e iguales).

“Eventualmente, todo desembocará en un cimbronazo”, sostiene un informe de GoldenTree Asset Management (Nueva York), una cartera con US$ 8.000 millones en ODC. “Muchos operadores bisoños carecen de experiencia y casi no saben lo que es bailar con la más fea”. Por ende, quienes manejan ODC respaldados por préstamos especulativos están tomando hasta trece veces el monto en títulos que pueden reunir entre inversores. Esto, señala GTAM, es casi diez veces superior a la proporción de 2005.

“Existe una oferta masiva de préstamos y se multiplican los apostadores”, observa Christopher Ricciardi, de Cohen & Co (Nueva York), la mayor emisora de ODC en 2006. “Sin duda, los excesos potenciales (¿?) pueden afectar a todo el segmento”.

Esos instrumentos están financiando una cantidad récord de préstamos usurarios a tomadores de baja calidad (o sea, alto riesgo). Alrededor de US$ 36.000 millones son créditos otorgados este año, cuyo primer trimestre aún no termina. Este monto supera el acumulado en los últimos diez años (1997-2006). Entretanto, muchas carteras hipotecarias “sub prime” se han mimetizado en ODC

Por otra parte, al 31 de diciembre casi 10% de los préstamos de baja calidad respaldados con títulos acumulaba no menos de noventa días de mora o causaban ya embargos de propiedades. Así lo señala una firma especializada, Friedman, Billings & Ramsey (Virginia). Es lógico: la gente que paga tres a cinco puntos sobre lo normal acaba sepultada en punitorios y no puede afrontarlos. Se explica, entonces, que circulen en el senado dos proyectos para armar una red de salvamento social y evitar males mayores.

Los morosos e incobrables de la categoría empezaron el año representando 13,3% de las carteras, admite la Mortgage Bankers association. “Al tratarse de créditos indocumentados, semejantes extremos resultan inevitables”, opina la consultoría FridsonVision (Nueva York). “Ante ese panorama, los prestamistas se pasan a ODC y se hunden en basura tóxica”. Según JP Moprgan Chase, esa chatarra significó US$ 173.000 millones creados sólo en 2006.

En esencia, el fenómeno afecta a bonistas, pero la peculiar volatidad instalada en los mercados desde el 27 de febrero lo contagia a las acciones. No obstante, lo del martes no ha sido una corrida ni, mucho menos –como imaginan algunos despistados-, su nodo estaba en alguna bolsa de escasa monta. Por ejemplo, en el cono sur la baja en San Pablo (3,4%) arrastró a pequeños satélites como Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile, etc.

En el gran mundo, el Dow Jones industrial perdió casi 2% y 2,15% el Nasdaq compuesto. No obstante, ningún mercado volvió a los mínimos del año, que siguen clavado en el lunes 5.

La venta de ODC, que empacan préstamos, bonos y derivados en forma de “multitítulos” por demás explosivos, ya había acumulado US$ 918.000 millones en 2006. Así señala JP Morgan Chase. La demanda de inversiones que apelean a esos instrumentos disminuía artificialmente las primas sobre una larga serie de operaciones. Desde créditos hipotecarios de baja calidad hasta bonos de alto riesgo (chatarra). Por consiguiente, los administradores de carteras -mutados en ludópatas- tomaban más y más fondos para mantener retornos y hacer frente a sus competidores (e iguales).

“Eventualmente, todo desembocará en un cimbronazo”, sostiene un informe de GoldenTree Asset Management (Nueva York), una cartera con US$ 8.000 millones en ODC. “Muchos operadores bisoños carecen de experiencia y casi no saben lo que es bailar con la más fea”. Por ende, quienes manejan ODC respaldados por préstamos especulativos están tomando hasta trece veces el monto en títulos que pueden reunir entre inversores. Esto, señala GTAM, es casi diez veces superior a la proporción de 2005.

“Existe una oferta masiva de préstamos y se multiplican los apostadores”, observa Christopher Ricciardi, de Cohen & Co (Nueva York), la mayor emisora de ODC en 2006. “Sin duda, los excesos potenciales (¿?) pueden afectar a todo el segmento”.

Esos instrumentos están financiando una cantidad récord de préstamos usurarios a tomadores de baja calidad (o sea, alto riesgo). Alrededor de US$ 36.000 millones son créditos otorgados este año, cuyo primer trimestre aún no termina. Este monto supera el acumulado en los últimos diez años (1997-2006). Entretanto, muchas carteras hipotecarias “sub prime” se han mimetizado en ODC

Por otra parte, al 31 de diciembre casi 10% de los préstamos de baja calidad respaldados con títulos acumulaba no menos de noventa días de mora o causaban ya embargos de propiedades. Así lo señala una firma especializada, Friedman, Billings & Ramsey (Virginia). Es lógico: la gente que paga tres a cinco puntos sobre lo normal acaba sepultada en punitorios y no puede afrontarlos. Se explica, entonces, que circulen en el senado dos proyectos para armar una red de salvamento social y evitar males mayores.

Los morosos e incobrables de la categoría empezaron el año representando 13,3% de las carteras, admite la Mortgage Bankers association. “Al tratarse de créditos indocumentados, semejantes extremos resultan inevitables”, opina la consultoría FridsonVision (Nueva York). “Ante ese panorama, los prestamistas se pasan a ODC y se hunden en basura tóxica”. Según JP Moprgan Chase, esa chatarra significó US$ 173.000 millones creados sólo en 2006.

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