New Century Financial no debiera transpasar hipotecas a un banco

El interventor federal en la firma cuyos préstamos a deudores insolventes terminaron en bancarrota desaprueba la venta de hipotecas por US$ 50 millones. La interesada es subsidiaria de Royal Bank of Scotland (entidad privada británica).

9 abril, 2007

Antes de cerrar esa operación, MCF debiera ser obligada a reducir sus propias comisiones (ligadas a tasas usurarias) y explicar en detalle cómo protegerá los datos financieros de los prestatarios. Joseph McMahon, interventor fiscal de la compañía en convocatoria, impuso esas condiciones en memoriales presentados ante los tribunales de Delaware.

Se trata de una plaza financiera “off shore”, pero dentro de territorio norteamericano, donde están registradas sociedades como la subsidiaria de RBofS, Greenwich Capital. También se pide que la eventual tomadora de esas hipotecas desista de percibir “honorarios” por un millón de dólares, que supuestamente pagaría New Century si la transacción se frustrase.

Cabe señalar que el departamento federal de justicia nombra “ex officio” interventores fiscales en casos de quiebras como ésta. Establecida en California, NCF se especializaba en préstamos hipotecarios predatorios –o sea, con tasas hasta cinco puntos sobre las normales- a personas de malos antecentes financieros o escasa solvencia.

La crisis del segmento, cifrada justamente en carteras morosas o incobrables, condujo a la convocatoria de NCF, el lunes 2 de abril. Ahora, la compañía intenta vender la mayoría de sus activos. Esto incluye hipotecas que aún no cayeron, servicios financieros y la unidad que genera préstamos predatorios.

Al respecto, New Century reveló que Carrington Capital Management ha ofrecido US$ 133 millones por la división servicios, que cobra y administra hipotecas. La subsidiaria de Royal Bank of Scotland propone abonar hasta US$ 50 millones por dos mil créditos, la mayoría en cese de pagos. Eso despierta sospechas en McMahon.

Antes de cerrar esa operación, MCF debiera ser obligada a reducir sus propias comisiones (ligadas a tasas usurarias) y explicar en detalle cómo protegerá los datos financieros de los prestatarios. Joseph McMahon, interventor fiscal de la compañía en convocatoria, impuso esas condiciones en memoriales presentados ante los tribunales de Delaware.

Se trata de una plaza financiera “off shore”, pero dentro de territorio norteamericano, donde están registradas sociedades como la subsidiaria de RBofS, Greenwich Capital. También se pide que la eventual tomadora de esas hipotecas desista de percibir “honorarios” por un millón de dólares, que supuestamente pagaría New Century si la transacción se frustrase.

Cabe señalar que el departamento federal de justicia nombra “ex officio” interventores fiscales en casos de quiebras como ésta. Establecida en California, NCF se especializaba en préstamos hipotecarios predatorios –o sea, con tasas hasta cinco puntos sobre las normales- a personas de malos antecentes financieros o escasa solvencia.

La crisis del segmento, cifrada justamente en carteras morosas o incobrables, condujo a la convocatoria de NCF, el lunes 2 de abril. Ahora, la compañía intenta vender la mayoría de sus activos. Esto incluye hipotecas que aún no cayeron, servicios financieros y la unidad que genera préstamos predatorios.

Al respecto, New Century reveló que Carrington Capital Management ha ofrecido US$ 133 millones por la división servicios, que cobra y administra hipotecas. La subsidiaria de Royal Bank of Scotland propone abonar hasta US$ 50 millones por dos mil créditos, la mayoría en cese de pagos. Eso despierta sospechas en McMahon.

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