Nasdaq: otro intento fallido echa dudas sobre el futuro

Nasdad stock markets (NSM) deberá reconsiderar su expansión en el exterior, tras el duro rechazo a la segunda oferta por London stock exchange (LSE). También éste se halla ante disyuntivas propias.

17 febrero, 2007

La propuesta, que equivalía a US$ 24,35 por acción o sea un total de 5.300 millones, generó mal clima entre ambas sociedades. Londres sostuvo que el precio era demasiado exiguo. Por consiguiente, los dos se quedaron sin una presencia internacional más fuerte, justamente mientras el mercado se globaliza velozmente. NYSE Group, controlante del New York stock exchange (bolsa de Nueva York), está fusionándose con Euronext (París) y, en pocos meses, ha cerrado acuerdos con otras tres plazas.

Uno de ellos consiste en expandir la alianza con Tokyo stock exchange (TSE) que, entretanto, negocia con London stock exchange una relación similar. Si se juntasen, aplicarían presiones más fuertes sobre NSM para encontrar socios externos. Cabe recordar que la sigla responde a “Nasdaq stock exchanges”, pero su lejano origen son las cotizaciones electrónicas (“automated quotations”) manejadas por la National association de security dealers (NASD).

El nuevo arreglo NYSE-TSE incluye paneles conjuntos de bonos, fondos, intercambio de tecnología y –posteriormente- inversiones accionarias mutuas. Tokio es la mayor bolsa en toda Asia y la segunda del mundo, luego de Nueva York.

En cuanto a LSE, ha declinado una serie de proponentes en los últimos doce meses, pese a presiones de sectores especulativos (fondos de cubertura y de compras apalancadas) para abandonar su “espléndido aislamiento”. Tras el fracaso de NSM, LSE señaló que “busca convertirse en el mercado central del mundo”, propósito algo desmedido.

El Nadaq reaccionó indicando que continuará “en pos de otras oportunidades para mejorar su actual posición internacional como plaza electrónica”. Las normas británicas le impiden a NSM hacer otra oferta, a menos que alguien haga una entretanto. Sea como fuere, la sociedad tiene 27,85% del paquete LSE y sería difícil que un tercero tomase la firma sin aprobación de los neoyorquinos.

Sin embargo, el NYSE parece interesado potencial. John Thain, su presidente ejecutivo, suele elogiar al LSE definiéndolo como “segunda marca bursátil global”, después de la suya. Por lo visto, olvida su socia al otro lado del Pacífico. No obstante, Thain no se interesa en fusión alguna mientras no se haya completdao NYSE-Euronext, que llevará el resto de 2007.

Volviendo a NSM, mantener su parte en LSE –financiada mayormente con fondos prestados- parece inconsistente con su propio argumento de que Londres está sobrevaluada. De una forma u otra, si alguien gana con esto es NYSE, que ha sacado amplia ventaja en su vieja puja con el Nasdaq.

La propuesta, que equivalía a US$ 24,35 por acción o sea un total de 5.300 millones, generó mal clima entre ambas sociedades. Londres sostuvo que el precio era demasiado exiguo. Por consiguiente, los dos se quedaron sin una presencia internacional más fuerte, justamente mientras el mercado se globaliza velozmente. NYSE Group, controlante del New York stock exchange (bolsa de Nueva York), está fusionándose con Euronext (París) y, en pocos meses, ha cerrado acuerdos con otras tres plazas.

Uno de ellos consiste en expandir la alianza con Tokyo stock exchange (TSE) que, entretanto, negocia con London stock exchange una relación similar. Si se juntasen, aplicarían presiones más fuertes sobre NSM para encontrar socios externos. Cabe recordar que la sigla responde a “Nasdaq stock exchanges”, pero su lejano origen son las cotizaciones electrónicas (“automated quotations”) manejadas por la National association de security dealers (NASD).

El nuevo arreglo NYSE-TSE incluye paneles conjuntos de bonos, fondos, intercambio de tecnología y –posteriormente- inversiones accionarias mutuas. Tokio es la mayor bolsa en toda Asia y la segunda del mundo, luego de Nueva York.

En cuanto a LSE, ha declinado una serie de proponentes en los últimos doce meses, pese a presiones de sectores especulativos (fondos de cubertura y de compras apalancadas) para abandonar su “espléndido aislamiento”. Tras el fracaso de NSM, LSE señaló que “busca convertirse en el mercado central del mundo”, propósito algo desmedido.

El Nadaq reaccionó indicando que continuará “en pos de otras oportunidades para mejorar su actual posición internacional como plaza electrónica”. Las normas británicas le impiden a NSM hacer otra oferta, a menos que alguien haga una entretanto. Sea como fuere, la sociedad tiene 27,85% del paquete LSE y sería difícil que un tercero tomase la firma sin aprobación de los neoyorquinos.

Sin embargo, el NYSE parece interesado potencial. John Thain, su presidente ejecutivo, suele elogiar al LSE definiéndolo como “segunda marca bursátil global”, después de la suya. Por lo visto, olvida su socia al otro lado del Pacífico. No obstante, Thain no se interesa en fusión alguna mientras no se haya completdao NYSE-Euronext, que llevará el resto de 2007.

Volviendo a NSM, mantener su parte en LSE –financiada mayormente con fondos prestados- parece inconsistente con su propio argumento de que Londres está sobrevaluada. De una forma u otra, si alguien gana con esto es NYSE, que ha sacado amplia ventaja en su vieja puja con el Nasdaq.

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