Morgan Stanley no quiere pagar multas ni hacer reformas internas

Ejecutivos de Morgan Stanley, la segunda firma mundial de valores - en capital- objetó una multa ante la Securities & Exchange Commission. Además, no quiere separar negocio bursátil y banca de inversión, como han propuesto algunas competidoras.

21 octubre, 2002

Según Eliot Spitzer, fiscal general de Nueva York, MS da menos importancia que Merrill Lynch o Salomon Smith Barney (Citigroup) a los conflictos de intereses entre análisis de valores o empresas y promoción de inversiones, funciones que han acabado casi en las mismas manos dentro de cada grupo. Por ello, las autoridades judiciales y la SEC prosiguen investigando a los líderes de Wall Street.

La postura de MS dificulta las acciones de los reguladores para que las propias firmas se reformen o separen actividades, única manera de terminar con sumarios e investigaciones que minan la confianza de accionistas, inversores y público en el sector. Por otra parte, Spitzer y la SEC contemplan endurecer sus posiciones.

Hace algunos días, Crédit Suisse First Boston y Goldman Sachs Group, siguiendo el ejemplo de Citigroup, comenzaban a estudiar la separación entre banca de inversión y manejo de valores (calificación, emisiones, etc). Ya están en tratativas con la SEC. Entretanto, Salomon, tras admitir irregularidades en ofertas públicas iniciales (OPI) de acciones y bonos, ofrecía abonar multas por hasta US$ 100 millones -medida que MS resiste- y separar actividades. Esto entrañaría volver atrás en la política de fusiones y adquisiciones de todo un sector, máxime si CSFB y GSG emulan a Citigroup.

Según Eliot Spitzer, fiscal general de Nueva York, MS da menos importancia que Merrill Lynch o Salomon Smith Barney (Citigroup) a los conflictos de intereses entre análisis de valores o empresas y promoción de inversiones, funciones que han acabado casi en las mismas manos dentro de cada grupo. Por ello, las autoridades judiciales y la SEC prosiguen investigando a los líderes de Wall Street.

La postura de MS dificulta las acciones de los reguladores para que las propias firmas se reformen o separen actividades, única manera de terminar con sumarios e investigaciones que minan la confianza de accionistas, inversores y público en el sector. Por otra parte, Spitzer y la SEC contemplan endurecer sus posiciones.

Hace algunos días, Crédit Suisse First Boston y Goldman Sachs Group, siguiendo el ejemplo de Citigroup, comenzaban a estudiar la separación entre banca de inversión y manejo de valores (calificación, emisiones, etc). Ya están en tratativas con la SEC. Entretanto, Salomon, tras admitir irregularidades en ofertas públicas iniciales (OPI) de acciones y bonos, ofrecía abonar multas por hasta US$ 100 millones -medida que MS resiste- y separar actividades. Esto entrañaría volver atrás en la política de fusiones y adquisiciones de todo un sector, máxime si CSFB y GSG emulan a Citigroup.

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