Moodys rebaja a chatarra los bonos de Cable & Wireless
La deuda a largo plazo del grupo británico Cable & Wireless ha sido bajada dos escalones por Moody´s. Es decir, pasa a chatarra, pues el mayor administrador de sitios en el mundo gastará demasiado para reorganizar su principal división.
10 diciembre, 2002
La degradación va de Baa2 a Ba1 y afecta casi US$ 2.500 millones en bonos,
explica el comunicado de Moody´s Investors Service. Además, la deuda
queda sujeta a ulteriores revisiones hacia abajo, en parte por sus fracasos en
la zona del Caribe.
En noviembre, Cable & Wireless decidió reducir operaciones en EE.UU,
y la Unión Europea, luego de que sus pérdidas semestrales acumularan
alrededor de US$ 7.000 millones. En adelante, los servicios de datos que presta
su división Global C&W se concentrarán sólo en clientes
multinacionales, lo cual puede hacerle perder ventas por US$ 1.200 millones.
Por otra parte, el CEO Graham Wallace invirtió más de US$ 7.500
millones para convertir una compañía fundada, hace 130 años,
para manejar las comunicaciones del hoy extinto Imperio Británico, en una
proveedora de datos… justo mientras las tarifas se venían abajo. La empresa
ha eliminado 37% de su dotación laboral en dos años. El próximo
despedido podría ser Graham. Sobre todo porque su negocio en EE.UU. compite
en pésimas condiciones con AT&T y Sprint.
La degradación va de Baa2 a Ba1 y afecta casi US$ 2.500 millones en bonos,
explica el comunicado de Moody´s Investors Service. Además, la deuda
queda sujeta a ulteriores revisiones hacia abajo, en parte por sus fracasos en
la zona del Caribe.
En noviembre, Cable & Wireless decidió reducir operaciones en EE.UU,
y la Unión Europea, luego de que sus pérdidas semestrales acumularan
alrededor de US$ 7.000 millones. En adelante, los servicios de datos que presta
su división Global C&W se concentrarán sólo en clientes
multinacionales, lo cual puede hacerle perder ventas por US$ 1.200 millones.
Por otra parte, el CEO Graham Wallace invirtió más de US$ 7.500
millones para convertir una compañía fundada, hace 130 años,
para manejar las comunicaciones del hoy extinto Imperio Británico, en una
proveedora de datos… justo mientras las tarifas se venían abajo. La empresa
ha eliminado 37% de su dotación laboral en dos años. El próximo
despedido podría ser Graham. Sobre todo porque su negocio en EE.UU. compite
en pésimas condiciones con AT&T y Sprint.