Merrill Lynch se desploma en un escándalo con tintes legislativos

ML cayó 8,6% el viernes: un informe de Deustsche Bank había revelado pérdidas adicionales por US$ 10.000 millones vía malas hipotecas. Entretanto, el senado objeta los US$160 millones regalados a Stanley O’Neal, responsable del descalabro.

3 noviembre, 2007

En realidad, la decisión de varios legisladores fue anterior al cierre, pero se difundió el sábado. Por otra parte, se trata de reactivar un proyecto tendiente a limitar remuneraciones excesivas a directivos y elencos superiores. La escandalosa “indemnización” a O’Neal simplemente puso en marcha un proceso hasta ahora congelado por presiones de Wall Street y la derecha republicana.

Entretanto, el hecho de que los quebrantos de Merrill Lynch hayan saltado de US$ 8.400 millones en julio-septiembre a 10.000 millones este trimestre (eso suma 18.400 millones) “hace perder la confianza en la firma de valores”. Así sostiene el informe de Deutsche Bank, el mayor conglomerado de la Eurozona. Mandar a pérdidas semejante monto en un semestre “obligará a las calificadoras a degradar varios escalones la nota de ML”.

El consiguiente derrape de la acción ML es el peor desde los ataques terroristas en septiembre de 2001. Por supuesto, la compañía venia ya muy afectada por los US$ 8.400 millones descargados del III trimestral, cuando el mercado no esperaba más de 4.500 millones. Ahora, resulta que pueden ser US$ 10.000 millones en el corriente trimestre.

En esa oportunidad, se vino abajo Stanley O’Neal, presidente ejecutivo, que abacababa de echar a tres altos funcionarios. Poco después, mientras las pérdidas de octubre-diciembre se proyectaban en US$ 4.000 millones, la junta de ML negoció con el ex CEO una indemnización de US$ 160 millones. De paso, se nombró a un amigo suyo para buscarle sucesor.

Ahora, si Deutsche Bank tiene razón y los quebrantos vía malas hipotecas ascienden a US$ 10.000 millones este trimestre, habrá un escándalo múltiple. ¿Por qué? Porque muchos sospechan, en Nueva York, que O’Neal no ha sido el único en ocultar pésimos negocios con malas hipotecas o compras apalancadas. Amén del senado, la Securities & Exchange commission (comisión federal de valores) acaba de abrir un sumario sobre presuntas maniobras en Merrill Lynch.

En igual sentido, la fiscalía estadual de Nueva York tiene en la mira al propio directorio de la firma: el apuro en darle tantos millones a O’Neal sugiere que se ha comprado su silencio. Tampoco es clara la conducta complaciente de varios analistas y medios o espacios especializados. Observadores británicos y suizos no descartan una crisis en ML que la lleve a fusionarse con alguna rival; por ejemplo, Wachovia.

En realidad, la decisión de varios legisladores fue anterior al cierre, pero se difundió el sábado. Por otra parte, se trata de reactivar un proyecto tendiente a limitar remuneraciones excesivas a directivos y elencos superiores. La escandalosa “indemnización” a O’Neal simplemente puso en marcha un proceso hasta ahora congelado por presiones de Wall Street y la derecha republicana.

Entretanto, el hecho de que los quebrantos de Merrill Lynch hayan saltado de US$ 8.400 millones en julio-septiembre a 10.000 millones este trimestre (eso suma 18.400 millones) “hace perder la confianza en la firma de valores”. Así sostiene el informe de Deutsche Bank, el mayor conglomerado de la Eurozona. Mandar a pérdidas semejante monto en un semestre “obligará a las calificadoras a degradar varios escalones la nota de ML”.

El consiguiente derrape de la acción ML es el peor desde los ataques terroristas en septiembre de 2001. Por supuesto, la compañía venia ya muy afectada por los US$ 8.400 millones descargados del III trimestral, cuando el mercado no esperaba más de 4.500 millones. Ahora, resulta que pueden ser US$ 10.000 millones en el corriente trimestre.

En esa oportunidad, se vino abajo Stanley O’Neal, presidente ejecutivo, que abacababa de echar a tres altos funcionarios. Poco después, mientras las pérdidas de octubre-diciembre se proyectaban en US$ 4.000 millones, la junta de ML negoció con el ex CEO una indemnización de US$ 160 millones. De paso, se nombró a un amigo suyo para buscarle sucesor.

Ahora, si Deutsche Bank tiene razón y los quebrantos vía malas hipotecas ascienden a US$ 10.000 millones este trimestre, habrá un escándalo múltiple. ¿Por qué? Porque muchos sospechan, en Nueva York, que O’Neal no ha sido el único en ocultar pésimos negocios con malas hipotecas o compras apalancadas. Amén del senado, la Securities & Exchange commission (comisión federal de valores) acaba de abrir un sumario sobre presuntas maniobras en Merrill Lynch.

En igual sentido, la fiscalía estadual de Nueva York tiene en la mira al propio directorio de la firma: el apuro en darle tantos millones a O’Neal sugiere que se ha comprado su silencio. Tampoco es clara la conducta complaciente de varios analistas y medios o espacios especializados. Observadores británicos y suizos no descartan una crisis en ML que la lleve a fusionarse con alguna rival; por ejemplo, Wachovia.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades