John Snow se declaró partidario de un dólar fuerte

Exponiendo ayer ante el Senado, John Snow –propuesto por George W.Bush para la secretaría de Hacienda- se declaró partidario de un dólar fuerte. El lunes, empero, el euro había llegado al máximo desde que existe: US$ 1,087.

29 enero, 2003

Por cierto, la postura pro dólar fuerte de quien debe suceder a Paul O´Neill
al frente de Tesorería logró que el euro cediese y cerrara alrededor
de US$ 1,082, la primera baja en once días. No obstante, este precio era
inimaginable hace menos de una quincena. Por lo demás, también O´Neill
apoyaba un dólar sólido y, durante su gestión el euro fue
subiendo de US$ 0,858 a 1,04 (al momento de su renuncia en diciembre).

Snow, en realidad, se limitó a leer un texto preparado para la comisión
senatorial de Finanzas. Esta debe resolver la confirmación del nombramiento,
un resorte de la cámara alta. En cuanto a política cambiaria, los
analistas subrayan dos aspectos: (a) en los últimos ocho años, todos
los titulares a Hacienda se pronunciaron por un dólar alto, y (b) las medidas
que afectan a la moneda son dominio de un área autónoma, el Sistema
de Reserva Federal (o sea, el banco central múltiple que tiene EE.UU.).

En otro plano, Snow contradijo su compromiso con un dólar fuerte, pues
se mostró proclive a tasas bajas. Además, elogió el segundo
paquete de incentivos tributarios presentado al Congreso por el presidente Bush.
De aprobarse, durante 2002-11 el fisco dejará de percibir US$ 670.000 millones
en ingresos genuinos, lo cual presionará sobre el costo del dinero o, si
éste se mantiene reducido, lo hará contra el propio dólar.

Por cierto, la postura pro dólar fuerte de quien debe suceder a Paul O´Neill
al frente de Tesorería logró que el euro cediese y cerrara alrededor
de US$ 1,082, la primera baja en once días. No obstante, este precio era
inimaginable hace menos de una quincena. Por lo demás, también O´Neill
apoyaba un dólar sólido y, durante su gestión el euro fue
subiendo de US$ 0,858 a 1,04 (al momento de su renuncia en diciembre).

Snow, en realidad, se limitó a leer un texto preparado para la comisión
senatorial de Finanzas. Esta debe resolver la confirmación del nombramiento,
un resorte de la cámara alta. En cuanto a política cambiaria, los
analistas subrayan dos aspectos: (a) en los últimos ocho años, todos
los titulares a Hacienda se pronunciaron por un dólar alto, y (b) las medidas
que afectan a la moneda son dominio de un área autónoma, el Sistema
de Reserva Federal (o sea, el banco central múltiple que tiene EE.UU.).

En otro plano, Snow contradijo su compromiso con un dólar fuerte, pues
se mostró proclive a tasas bajas. Además, elogió el segundo
paquete de incentivos tributarios presentado al Congreso por el presidente Bush.
De aprobarse, durante 2002-11 el fisco dejará de percibir US$ 670.000 millones
en ingresos genuinos, lo cual presionará sobre el costo del dinero o, si
éste se mantiene reducido, lo hará contra el propio dólar.

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