Japón parece a punto de abandonar quince años de deflación

El Sol Naciente tal vez esté ganado una batalla iniciada en 1990/1. Pero los precios internos no se recobrarán tan velozmente como quisieran algunos. No obstante, la política monetaria quizá sea más flexible en el próximo año fiscal.

9 noviembre, 2005

Pero, en realidad, no hay señales claras. Por emeplo, el índice básico de precios al público (o sea, excluyendo alimentos frescos) cedió levemente en septiembre y octubre. Para noviembre, se estima que volverá una suave tendencia alcista a este indicador, clave para medir la deflación.

Al terminar el mes anterior, el Banco de Japón (central) mostró compartir esos pronósticos, aunque hasta cierto punto. Por un lado, espera una “inflación” muy pausada hasta el cierre del año fiscal 2005 (31 de marzo de 2006), Por el otro, ele misor continúa sosteniendo en niveles tan altos como artificiales el precio del dólar: más de ¥ 115, cuando la paridad de equlibrio no debiera pasar de 107,50.

En conjunto, el ejercicio 2005 sería el primero, en siete años, con el indicador básico recobrando algo de terreno. Si esta tendencia se acentuase, el banco central podría poner fin a una política extrañamente calificada de “superflexible”. En realidad, es tan poco flexible que muchos atribuyen el término a una mala traducción del japonés al inglés, defecto común en medios financieros.

Se llame como se llamare, la política del banco central dura y rída, aunque potyencialmente orientada a la inflación, no a la deflación. Por ejemplo, la tasa larga básica (sobre bonos a diez años), subió este año apenas de 1,3 a 1,5% anual. A su vez, el “call” interbancario a cortisimo plazo no llega siquiera a 0,25% anual. Ambas cosas con una paridad dólar-yen que trecuna unamoneda local tan subvaluada como la china, si bien por motivos y mecanismos distintos.

Pero, en realidad, no hay señales claras. Por emeplo, el índice básico de precios al público (o sea, excluyendo alimentos frescos) cedió levemente en septiembre y octubre. Para noviembre, se estima que volverá una suave tendencia alcista a este indicador, clave para medir la deflación.

Al terminar el mes anterior, el Banco de Japón (central) mostró compartir esos pronósticos, aunque hasta cierto punto. Por un lado, espera una “inflación” muy pausada hasta el cierre del año fiscal 2005 (31 de marzo de 2006), Por el otro, ele misor continúa sosteniendo en niveles tan altos como artificiales el precio del dólar: más de ¥ 115, cuando la paridad de equlibrio no debiera pasar de 107,50.

En conjunto, el ejercicio 2005 sería el primero, en siete años, con el indicador básico recobrando algo de terreno. Si esta tendencia se acentuase, el banco central podría poner fin a una política extrañamente calificada de “superflexible”. En realidad, es tan poco flexible que muchos atribuyen el término a una mala traducción del japonés al inglés, defecto común en medios financieros.

Se llame como se llamare, la política del banco central dura y rída, aunque potyencialmente orientada a la inflación, no a la deflación. Por ejemplo, la tasa larga básica (sobre bonos a diez años), subió este año apenas de 1,3 a 1,5% anual. A su vez, el “call” interbancario a cortisimo plazo no llega siquiera a 0,25% anual. Ambas cosas con una paridad dólar-yen que trecuna unamoneda local tan subvaluada como la china, si bien por motivos y mecanismos distintos.

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