Gente sin banco suma US$ 170.000 millones

Se trata de un mercado oculto que, en Estados Unidos, abarca nueve millones de hogares. Este mismo segmento ofrece claras oportunidades para servicios financieros a hispanos. Así sostiene el analista Gregory Fairchild (universidad de Virginia).

28 diciembre, 2011

<p>Durante decenios, los bancos privados han tratado de ganarse clientes en la base de la pir&aacute;mide social. Muchos concluyeron que sus esfuerzos eran demasiado riesgosos y no lo bastante lucrativos. El experto sugiere que planteos o m&eacute;todos diferentes a los habituales podr&iacute;an resultar m&aacute;s adecuados para atraer millones de dep&oacute;sitos familiares que no acuden a bancos, cajas de ahorro, cooperativas, etc.<br />
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La poblaci&oacute;n hispana, en franco crecimiento, se halla particularmente mal servida en esa materia. As&iacute; demuestra un estudio de alcances nacionales hecho en Virginia, apoyado en entrevistas y en datos de la Corporaci&oacute;n Federal de Seguros a Dep&oacute;sitos (FDIC en la sigla inglesa). A ello se a&ntilde;ade un caso basado en cooperativas de Norcarolina. <br />
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&ldquo;El objeto &ndash;se&ntilde;ala Fairchild- es ofrecer al sector de servicios financieros y sus jerarqu&iacute;as decisorias informaci&oacute;n pertinente sobre los alcances de aquel mercado oculto&rdquo;. El investigador encar&oacute; primero datos de la FDIC, que en 2010 hab&iacute;a coordinado un examen sobre el grado de bancarizaci&oacute;n de casi 50.000 hogares en todo Estados Unidos. Ese informe defin&iacute;a como &ldquo;bancarizadas&rdquo; a familias donde por lo menos un adulto ten&iacute;a cuenta. Por ende, &ldquo;sub bancarizados&rdquo; eran los hogares que tambi&eacute;n apelaban a proveedores alternativos (prestamistas, cambio de cheques) y &ldquo;no bancarizadas&rdquo; las familias sin relaciones con servicios financieros.<br />
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Seg&uacute;n datos de la corporaci&oacute;n, alrededor de 7,7% de hogares (unos nueve millones) no estaba bancarizado. En promedio, este grupo tiene ingresos anuales por US$ 18.600. As&iacute; se llega a un total de casi US$ 170.000 millones en transacciones que no pasan por bancos, cajas de ahorro, cooperativas, etc. Unos US$ 52.000 millones de esa suma (32,7%) proviene de 2.500.000 familias hispanas no bancarizadas cuyos ingresos anuales promedian US$ 20.800.<br />
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Si bien la investigaci&oacute;n recalca que todos los clientes potenciales no cubiertos por entidades financieras, sin tener presente la demograf&iacute;a, pueden interesar al negocio, varios factores tornan a los hispanos en un segmento atractivo. Por lo com&uacute;n, sus hogares contienen m&aacute;s de un adulto generador de ingresos y su participaci&oacute;n en la fuerza laboral es alta. Por ejemplo, 90% de hispanos adultos en Virginia trabaja, contra 74% de todos los adultos. Adem&aacute;s, son la etnia en mayor expansi&oacute;n de EE.UU. De acuerdo con la oficina federal del censo, el n&uacute;mero de hispanos creci&oacute; 24,3% de mediados de 2000 a mediados de 2009 para alcanzar 44.300.000 habitantes. En igual lapso, la poblaci&oacute;n total del pa&iacute;s aument&oacute; s&oacute;lo 6,1%. <br />
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Naturalmente, una cantidad de hispanos no bancarizados no tienen documentos y encuentran obst&aacute;culos para abrir cuentas sin el n&uacute;mero de seguridad social. Pero muchos m&aacute;s son excluidos por exigencias desmedidas o barreras idiom&aacute;ticas. Por tanto, apelan a cambistas de cheques y prestamistas sobre el salario, en general leoninos.<br />
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Para entender los pasos que las instituciones financieras podr&iacute;an encarar para captar estos clientes potenciales, Fairchild efectu&oacute; un estudio piloto en la Cooperativa Comunitaria Latina (LCCU en ingl&eacute;s), que abri&oacute; en Durham, Norcarolina (2000). Desde entonces, sus socios fueron subiendo hasta sumar 53.073 en 2009, servidos por diez sucursales. La cooperativa requiere mantener en dep&oacute;sito un m&iacute;nimo de diez d&oacute;lares, tambi&eacute;n aplicable a la apertura de cuentas, y acepta identificaci&oacute;n fotogr&aacute;fica de cualquier pa&iacute;s latinoamericano. Pero hay que presentar el n&uacute;mero tributario o de seguridad social para obtener intereses v&iacute;a plazos fijos.<br />
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La investigaci&oacute;n encontr&oacute; que LCCU, comparada con sus pares, hab&iacute;a experimentado un crecimiento notable de 2001 a/ 2009 en &aacute;reas tan claves como activos, pr&eacute;stamos y dep&oacute;sitos. Ello pese a que 97% de sus socios tienen bajos ingresos y 75% no hab&iacute;an operado antes con bancos. LCCU era segunda entre sus pares en generadora de entradas. Aunque los sectores de bajos ingresos suelen considerarse insolventes o riesgosos, Fairchild descubri&oacute;, comparando la proporci&oacute;n de malos activos contra cr&eacute;ditos de sus pares, su exposici&oacute;n a ceses de pagos era baja. Esto era v&aacute;lido para diversos par&aacute;metros de rentabilidad, por ejemplo retorno sobre activos, total de ingresos v&iacute;a intereses divido por activos o utilidades operativas sobre inversiones. En resumen, LCCU es un ejemplo para la comunidad de negocios en cuanto a ayudar minor&iacute;as obteniendo ganancias.</p>
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