Gasto social en EE.UU.: diez veces la deuda externa argentina

Según cifras oficiales, el gasto asistencial en Estados Unidos subió 9,3% en 2002 –máximo aumento en once años- y totalizó US$ 1,55 billón. O sea, 15% del PBI local y más de diez veces la deuda externa argentina.

9 enero, 2004

Según el departamento de Salud y Servicios Sociales, su presupuesto equivale
a una media de US$ 5.440 ($ 15.885, unos 44 salarios mínimos argentinos)
por habitante. Esto demuestra que, pese a la “sapiencia convencional”
de tantos analistas, medios y dirigentes políticos argentinos, un gobierno
tan conservador como el de George W. Bush continúa la política de
Bill Clinton y gasta más en asistencia por persona que México, Brasil,
Argentina, Chile, Colombia y Perú juntos.

Los servicios hospitalarios y los medicamentos bajo receta han sido claves
en la tendencia alcista, que superó el ritmo del PBI por cuarto año
seguido. Aún sin datos oficiales, se presume que 2003 prolongará
la tendencia y los anuncios presidenciales de la semana pasada indican que 2004
será el sexto año ascendente. Los ejercicios fiscales van de octubre
a septiembre, por lo cual al actual le restan casi tres trimestres.

A criterio del especialista alemán Uwe E. Reinhardt (Princeton),”estos
aumentos no sorprenden a nadie. Sencillamente, son lo que pedía el público
al apoyar la abolición de restricciones en el sistema de salud”.
En los 90, los usuarios -no “consumidores” como dice Reinhardt- se
rebelaron contra las limitaciones para elegir médicos y clínicas

Por otra parte, la tendencia precede al próximo hito en la materia,
cuando la generación de posguerra (producto del “baby boom”)
acuda masivamente a la asistencia social. Pero no refleja la demanda por medicamentos
bajo receta, pues la ley que reforma el sistema Medicare recién fue firmada
a fin de 2003.

Algunas proyecciones oficiales estiman en 17,7% del PBI (en dólares
corrientes) el impacto del gasto médico para 2012. La diferencia entre
los ejercicios 2000 (13,3%), 2002 (15%) y las estimaciones para 2003 (15,4%)
o 2012 reflejan un factor ajeno al sector: el menor crecimiento de la economía
real.

De 1992 a 1999, la proporción fue estable, porque el PBI subía
a mayor ritmo. Por otra parte, el alza del desempleo -de 4,3% en 2000 a 5,9%
ahora- hace que más gente acuda a prestaciones solventadas por el Estado.
Dado que las tendencias económicas generales tardan dos o tres años
en afectar el gasto social, la recesión de 2001/2 posiblemente siga notándose
este año.

Dentro del presupuesto social, la atención clínica alcanzó
US$ 486.500 millones en 2002, cifra comparable con el déficit fiscal
de 2003 (451.000 millones). Ese ejercicio fue el primero, desde 1991, en que
el gasto hospitalario subió más que el insumido en atención
general.

Aun cuando más de 43 millones de norteamericanos no tienen seguro médico,
el gobierno federal también gasta relativamente más que otros
estados industriales. En 2001, último año sobre el cual hay estadísticas
comparables, el sector insumía 10.9% del PBI suizo, 10,7% del alemán,
9,7% del canadiense y 9,5% del francés.

Las erogaciones públicas en salud representan 45% del total en EE.UU.,
contra 72% promedio en los 24 miembros de la Organización de Cooperación
pro Desarrollo Económico. No obstante, en la mayoría de ellos
priman tendencias al aumento de esos gastos, factor que desvela a entidades
que, como la OCDE, adhieren a la economía de mercado.

Otro rasgo que desespera a los contadores explica por qué los costos
farmacéuticos se han convertido en tema político. Representan
23% de lo que los norteamericanos compran de su bolsillo (US$ 48.600 millones
en 2002), por lo que el resto (77%, es decir 374.600 millones) sale de arcas
fiscales.

Según el departamento de Salud y Servicios Sociales, su presupuesto equivale
a una media de US$ 5.440 ($ 15.885, unos 44 salarios mínimos argentinos)
por habitante. Esto demuestra que, pese a la “sapiencia convencional”
de tantos analistas, medios y dirigentes políticos argentinos, un gobierno
tan conservador como el de George W. Bush continúa la política de
Bill Clinton y gasta más en asistencia por persona que México, Brasil,
Argentina, Chile, Colombia y Perú juntos.

Los servicios hospitalarios y los medicamentos bajo receta han sido claves
en la tendencia alcista, que superó el ritmo del PBI por cuarto año
seguido. Aún sin datos oficiales, se presume que 2003 prolongará
la tendencia y los anuncios presidenciales de la semana pasada indican que 2004
será el sexto año ascendente. Los ejercicios fiscales van de octubre
a septiembre, por lo cual al actual le restan casi tres trimestres.

A criterio del especialista alemán Uwe E. Reinhardt (Princeton),”estos
aumentos no sorprenden a nadie. Sencillamente, son lo que pedía el público
al apoyar la abolición de restricciones en el sistema de salud”.
En los 90, los usuarios -no “consumidores” como dice Reinhardt- se
rebelaron contra las limitaciones para elegir médicos y clínicas

Por otra parte, la tendencia precede al próximo hito en la materia,
cuando la generación de posguerra (producto del “baby boom”)
acuda masivamente a la asistencia social. Pero no refleja la demanda por medicamentos
bajo receta, pues la ley que reforma el sistema Medicare recién fue firmada
a fin de 2003.

Algunas proyecciones oficiales estiman en 17,7% del PBI (en dólares
corrientes) el impacto del gasto médico para 2012. La diferencia entre
los ejercicios 2000 (13,3%), 2002 (15%) y las estimaciones para 2003 (15,4%)
o 2012 reflejan un factor ajeno al sector: el menor crecimiento de la economía
real.

De 1992 a 1999, la proporción fue estable, porque el PBI subía
a mayor ritmo. Por otra parte, el alza del desempleo -de 4,3% en 2000 a 5,9%
ahora- hace que más gente acuda a prestaciones solventadas por el Estado.
Dado que las tendencias económicas generales tardan dos o tres años
en afectar el gasto social, la recesión de 2001/2 posiblemente siga notándose
este año.

Dentro del presupuesto social, la atención clínica alcanzó
US$ 486.500 millones en 2002, cifra comparable con el déficit fiscal
de 2003 (451.000 millones). Ese ejercicio fue el primero, desde 1991, en que
el gasto hospitalario subió más que el insumido en atención
general.

Aun cuando más de 43 millones de norteamericanos no tienen seguro médico,
el gobierno federal también gasta relativamente más que otros
estados industriales. En 2001, último año sobre el cual hay estadísticas
comparables, el sector insumía 10.9% del PBI suizo, 10,7% del alemán,
9,7% del canadiense y 9,5% del francés.

Las erogaciones públicas en salud representan 45% del total en EE.UU.,
contra 72% promedio en los 24 miembros de la Organización de Cooperación
pro Desarrollo Económico. No obstante, en la mayoría de ellos
priman tendencias al aumento de esos gastos, factor que desvela a entidades
que, como la OCDE, adhieren a la economía de mercado.

Otro rasgo que desespera a los contadores explica por qué los costos
farmacéuticos se han convertido en tema político. Representan
23% de lo que los norteamericanos compran de su bolsillo (US$ 48.600 millones
en 2002), por lo que el resto (77%, es decir 374.600 millones) sale de arcas
fiscales.

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