Fraudes en el sector privado de países centrales
Varios analistas ajenos a los negocios bursátiles o financieros coinciden: los delitos y abusos entre banqueros o empresarios del gran mundo desmienten la idea de buena gestión. Pese a la imagen que tantos medios y gurúes difunden constantemente.
26 mayo, 2011
<p>Sin duda, señala Jeffrey Sachs -fundador del hoy intrascendente foro económico de Davos-, “los Gobiernos de países subdesarrollados son más corruptos, pero los que albergan compañías o entidades multinacionales se exponen a fraudes de mayor cuantía”. Así señalan casos como la aseguradora American International Group y su rescate por US$ 170.000 millones o la multa de 1.700 millones a la firma de medicina rentada Columbia/HCA por defraudar al Gobierno federal.<br />
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Durante los últimos diez años, en Estados Unidos y Gran Bretaña fue incrementándose el delito en versiones ejecutiva. Varias firmas de Wall Street o Londres han pagado significativas multas por contabilidad falsa, uso de información privilegiada (<em>insider’s trading</em>), fraude con valores o, sencillamente, malversación.<br />
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No obstante, pocos reos han recorrido los tribunales ni han rendido cuentas. “Dos años después de la crisis sistémica occidental (2007/09), promovida por comportamientos inescrupulosos de sus protagonistas –observa Joseph Stiglitz-, ni un solo culpable ha ido a la cárcel”. Sólo estafadores lisos y llanos (Bernard Madoff, Rajendra Rajaratnam) o transgresores (Dominique Strauss-Kahn) han afrontado la vindicta pública.<br />
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Barack Obama aportó pecados propios a una historia dominada por cabilderos como el entonces vicepresidente Richard Cheney. Era director ejecutivo de Halliburton cuando la firma fue procesada por abusos en Irak. Así también, recuerda Sachs, cuando el Presidente precisó alguien que lo asesorara en el rescate de la industria automotriz, apelo a un turbio operador de Wall Street, Steven Rattner. Sabía, sin embargo, que el hombre estaba siendo investigado por sobornar funcionarios.<br />
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Pero quizás los casos más cuestionables los hayan protagonizado Henry Paulson y su sucesor como secretario de hacienda, Timothy Geithner. Ambos virtualmente se coaligaron para conceder a malos banqueros rescates por un total superior al billón de dólares. El primero pasó de Goldman Sachs a la Casa Blanca, el segundo estaba en la Reserva Federal con George Bush y reemplazó a Paulson. La bisagra de la operación presidía la RF bajo Bush y ha sido confirmado por Obama: Benjamin Bernanke.<br />
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