Expectativa por la reunión del G-7 en París

Los integrantes del G-7 están divididos en casi todo, desde tasas de interés hasta la guerra con Iraq. Por eso, es poco probable que el viernes traten los grandes temas de la economía global.

18 febrero, 2003

Son tantas las diferencias que los separan en casi todos los grandes temas
que se cree que cuando el próximo viernes se reúnan en París
los ministros de finanzas de los siete países que integran el G-7(Canadá,
Francia, Alemania, Italia, Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos)
sólo se limitarán a tratar los asuntos menos comprometidos.

"Esta reunión se realiza en un momento particularmente delicado
en cuestiones económicas. Por eso creo que nuestra misión será
enviar un mensaje al mundo para que la economía mundial funcione un poquito
menos mal", dijo a la prensa Francis Mer, ministro de finanzas de Francia
y anfitrión del encuentro.

Los países del G-7 representan dos terceras partes de la economía
mundial. Ahora, inmersas en diferencias políticas, esas grandes economías
toman rumbos diferentes en sus intentos por recuperarse de la recesión.
Las diferencias sobre si atacar a Iraq para desarmar al país y defenestrar
a Saddam Hussein se intensificaron durante el fin de semana cuando millones
de personas en Estados Unidos, Europa y el mundo, salieron a la calle a manifestarse
contra la Guerra.

También existen diferencias económicas. El presidente Bush proyecta
recortar impuestos, Alemania y Francia las suben. El Banco Central Europeo redujo
el costo del crédito a menos de la mitad del ritmo de la Reserva Federal
de Estados Unidos.

Las tres economías más grandes del G-7 están en dificultades.
El PBI alemán subió apenas 0,2% el año pasado, su menor
aumento desde 1993. La economía de Estados Unidos, la mayor del mundo,
creció a una tasa anual de 0,7% en el cuarto trimestre, 4% menos que
en el período anterior julio-septiembre. La economía japonesa,
ayudada por un aumento de las exportaciones en el cuarto trimestre, creció
sólo 0,3% en 2002.

Empresarios e inversionistas esperan ansiosos que la reunión de ministros
decida a favor de una estrategia común de crecimiento económico.
“Necesitamos algo parecido a un Plan Marshall,´´ dijo Gilles Granier, CEO de
la subsidiaria francesa de Intel Corp., la fabricante de microprocesadores más
grande del mundo" “El G-7 debe actuar.´´

Son tantas las diferencias que los separan en casi todos los grandes temas
que se cree que cuando el próximo viernes se reúnan en París
los ministros de finanzas de los siete países que integran el G-7(Canadá,
Francia, Alemania, Italia, Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos)
sólo se limitarán a tratar los asuntos menos comprometidos.

"Esta reunión se realiza en un momento particularmente delicado
en cuestiones económicas. Por eso creo que nuestra misión será
enviar un mensaje al mundo para que la economía mundial funcione un poquito
menos mal", dijo a la prensa Francis Mer, ministro de finanzas de Francia
y anfitrión del encuentro.

Los países del G-7 representan dos terceras partes de la economía
mundial. Ahora, inmersas en diferencias políticas, esas grandes economías
toman rumbos diferentes en sus intentos por recuperarse de la recesión.
Las diferencias sobre si atacar a Iraq para desarmar al país y defenestrar
a Saddam Hussein se intensificaron durante el fin de semana cuando millones
de personas en Estados Unidos, Europa y el mundo, salieron a la calle a manifestarse
contra la Guerra.

También existen diferencias económicas. El presidente Bush proyecta
recortar impuestos, Alemania y Francia las suben. El Banco Central Europeo redujo
el costo del crédito a menos de la mitad del ritmo de la Reserva Federal
de Estados Unidos.

Las tres economías más grandes del G-7 están en dificultades.
El PBI alemán subió apenas 0,2% el año pasado, su menor
aumento desde 1993. La economía de Estados Unidos, la mayor del mundo,
creció a una tasa anual de 0,7% en el cuarto trimestre, 4% menos que
en el período anterior julio-septiembre. La economía japonesa,
ayudada por un aumento de las exportaciones en el cuarto trimestre, creció
sólo 0,3% en 2002.

Empresarios e inversionistas esperan ansiosos que la reunión de ministros
decida a favor de una estrategia común de crecimiento económico.
“Necesitamos algo parecido a un Plan Marshall,´´ dijo Gilles Granier, CEO de
la subsidiaria francesa de Intel Corp., la fabricante de microprocesadores más
grande del mundo" “El G-7 debe actuar.´´

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