Europa impone sanciones comerciales millonarias a EEUU

La Unión Europea impondrá el lunes multas por casi mil millones de dólares a EEUU si no retira antes un subsidio a la exportación declarado ilegal por la Organización Mundial del Comercio (OMC).

1 marzo, 2004

La Unión Europea hará pagar a las empresas estadounidenses aranceles extraordinarios de US$315 millones este año y US$666 millones el próximo si Estados Unidos no suprime las subvenciones.
En total, 1.800 importaciones están sujetas a las sanciones comerciales, entre las cuales se incluyen el papel, el acero y productos agrícolas (tomates, piñas), textiles (trajes y pantalones), industriales (herramientas) y electrónicos (frigoríficos).

El Congreso estadounidense tiene hasta este martes para eliminar la “Corporación de Ventas Extranjeras”, como se denomina el subsidio, pero quiere sustituirlo por otras ayudas para las empresas, lo que ha atrasado su intervención.
Además, entre las compañías beneficiadas están gigantes como Microsoft, Boeing, Caterpillar y General Electric, que cuentan con amplias influencias políticas a través de las cuales aletargan la determinación.
No obstante, el Comisario de Comercio de la Unión Europea, Pascal Lamy, reiteró esta semana durante un viaje de dos días a Estados Unidos que las sanciones “entrarán en vigor el lunes”.

La OMC declaró ilegales estos subsidios hace cuatro años, y dos años después permitió la imposición de sanciones de hasta US$4.000 millones, que era aproximadamente el valor anual de esa ayuda, aunque desde entonces ha aumentado a US$5.000 millones.
Se trata de la mayor multa impuesta por esta organización hasta ahora, sin embargo las sanciones de la Unión Europea no llegan a ese monto máximo.
Las multas por unos US$1.000 millones comenzarán este martes con un arancel especial del 5% a los productos en su lista, que se incrementará un 1% cada mes hasta llegar al límite de 17%.

De todas maneras, la debilidad actual del dólar frente al euro -ha caído más de 40% en los últimos dos años-, que abarata los productos estadounidenses, hará que sus exportadores no se vean seriamente afectados.

El secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, dijo el viernes pasado a Lamy que la Casa Blanca “ha enfatizado al Congreso la necesidad urgente de aprobar una ley de forma rápida para cumplir con la decisión” de la OMC, según el portavoz de este Departamento, Rob Nichols.
Lamy se reunió con el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Charles Grassley, y el líder demócrata en este Comité, Max Baucus, quienes han elaborado un proyecto de ley para corregir la situación.
Su iniciativa reduciría los impuestos a los manufactureros del 35 al 32 por ciento para que no se vieran perjudicados por el corte en las ayudas a las ventas en el extranjero.

El debate para su aprobación podría comenzar el próximo martes, según Grassley, pero incluso si la Cámara Alta lo ratifica, el proyecto de ley tiene que ser armonizado con el que salga de la Cámara de Representantes, donde el proceso está más atrasado.

Los demócratas iniciaron esta semana una campaña de firmas para obligar a los líderes republicanos de la Cámara Baja a que se vote un proyecto de ley patrocinado por el demócrata Charles Rangel, para lo cual necesitan el apoyo de la mayoría de los legisladores.
Como el del Senado, el proyecto de Rangel prevé una disminución de los impuestos a las empresas manufactureras y cuenta con bastante apoyo en la Cámara de Representantes.
Sin embargo, compite con otra iniciativa elaborada por el presidente del Comité de Medios y Arbitrios, el republicano Bill Thomas, que otorgaría ayudas también a corporaciones estadounidenses que producen en el extranjero, lo que le costaría al erario público US$60.000 millones en 10 años.

La Unión Europea hará pagar a las empresas estadounidenses aranceles extraordinarios de US$315 millones este año y US$666 millones el próximo si Estados Unidos no suprime las subvenciones.
En total, 1.800 importaciones están sujetas a las sanciones comerciales, entre las cuales se incluyen el papel, el acero y productos agrícolas (tomates, piñas), textiles (trajes y pantalones), industriales (herramientas) y electrónicos (frigoríficos).

El Congreso estadounidense tiene hasta este martes para eliminar la “Corporación de Ventas Extranjeras”, como se denomina el subsidio, pero quiere sustituirlo por otras ayudas para las empresas, lo que ha atrasado su intervención.
Además, entre las compañías beneficiadas están gigantes como Microsoft, Boeing, Caterpillar y General Electric, que cuentan con amplias influencias políticas a través de las cuales aletargan la determinación.
No obstante, el Comisario de Comercio de la Unión Europea, Pascal Lamy, reiteró esta semana durante un viaje de dos días a Estados Unidos que las sanciones “entrarán en vigor el lunes”.

La OMC declaró ilegales estos subsidios hace cuatro años, y dos años después permitió la imposición de sanciones de hasta US$4.000 millones, que era aproximadamente el valor anual de esa ayuda, aunque desde entonces ha aumentado a US$5.000 millones.
Se trata de la mayor multa impuesta por esta organización hasta ahora, sin embargo las sanciones de la Unión Europea no llegan a ese monto máximo.
Las multas por unos US$1.000 millones comenzarán este martes con un arancel especial del 5% a los productos en su lista, que se incrementará un 1% cada mes hasta llegar al límite de 17%.

De todas maneras, la debilidad actual del dólar frente al euro -ha caído más de 40% en los últimos dos años-, que abarata los productos estadounidenses, hará que sus exportadores no se vean seriamente afectados.

El secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, dijo el viernes pasado a Lamy que la Casa Blanca “ha enfatizado al Congreso la necesidad urgente de aprobar una ley de forma rápida para cumplir con la decisión” de la OMC, según el portavoz de este Departamento, Rob Nichols.
Lamy se reunió con el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Charles Grassley, y el líder demócrata en este Comité, Max Baucus, quienes han elaborado un proyecto de ley para corregir la situación.
Su iniciativa reduciría los impuestos a los manufactureros del 35 al 32 por ciento para que no se vieran perjudicados por el corte en las ayudas a las ventas en el extranjero.

El debate para su aprobación podría comenzar el próximo martes, según Grassley, pero incluso si la Cámara Alta lo ratifica, el proyecto de ley tiene que ser armonizado con el que salga de la Cámara de Representantes, donde el proceso está más atrasado.

Los demócratas iniciaron esta semana una campaña de firmas para obligar a los líderes republicanos de la Cámara Baja a que se vote un proyecto de ley patrocinado por el demócrata Charles Rangel, para lo cual necesitan el apoyo de la mayoría de los legisladores.
Como el del Senado, el proyecto de Rangel prevé una disminución de los impuestos a las empresas manufactureras y cuenta con bastante apoyo en la Cámara de Representantes.
Sin embargo, compite con otra iniciativa elaborada por el presidente del Comité de Medios y Arbitrios, el republicano Bill Thomas, que otorgaría ayudas también a corporaciones estadounidenses que producen en el extranjero, lo que le costaría al erario público US$60.000 millones en 10 años.

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