EE.UU.: escándalo en un mercado de US$85.000 millones anuales

Inesperadamente, la cámara de diputados pasó por amplia mayoría un proyecto tendiente a eliminar de cuajo conflictos de intereses relativos a créditos estudiantiles. Esto en medio de un creciente escándalo.

10 mayo, 2007

La futura ley exigirá a instituciones terciarias y prestamistas atenerse a normas estrictas de conducta y vedará “regalos y otros estímulos” por parte de entidades financieras o sus agentes en los claustros. También requerirá divulgar nexos entre instituciones educativas y bancos, con el objeto de impedir que los estudiantes sean víctimas del marketing abusivo.

Investigaciones encaradas por el congreso y el procurador general del estado neoyorquino, Andrea Cuomo (sucedió a Eliot Spitzer), develaron que varias entidades crediticias sobornaban a funcionarios universitarios para figurar en las “listas preferenciales” se muestran a estudiantes en pos de financiar sus estudios. Esto deriva de un viejo rasgo norteamericano: la educación como negocio privado, no como servicio público.

Esta misma semana, un comité parlamentario acusó a JP Morgan Chase de pagar “sueldos” a cinco jerárquicos de nivel terciario sin que abandonaran cargos rentados en sus facultades. En 2006, el banco también gastó US$ 70.000 en un “crucero de cortesía” para doscientos funcionarios vinculados a créditos estudiantiles.

Ya en clima de escándalo, varios investigadores difundieron documentos que detallan arreglos entre JMPCh y ejecutivos de pequeñas instituciones terciarias. A bordo de un lujoso barco, se los agasajaba con todo tipo de bebidas, fastuosas comidas y bailes.Estas prácticas involucran un mercado de US$ 85.000 millones anuales en préstamos a estudiantes.

La futura ley exigirá a instituciones terciarias y prestamistas atenerse a normas estrictas de conducta y vedará “regalos y otros estímulos” por parte de entidades financieras o sus agentes en los claustros. También requerirá divulgar nexos entre instituciones educativas y bancos, con el objeto de impedir que los estudiantes sean víctimas del marketing abusivo.

Investigaciones encaradas por el congreso y el procurador general del estado neoyorquino, Andrea Cuomo (sucedió a Eliot Spitzer), develaron que varias entidades crediticias sobornaban a funcionarios universitarios para figurar en las “listas preferenciales” se muestran a estudiantes en pos de financiar sus estudios. Esto deriva de un viejo rasgo norteamericano: la educación como negocio privado, no como servicio público.

Esta misma semana, un comité parlamentario acusó a JP Morgan Chase de pagar “sueldos” a cinco jerárquicos de nivel terciario sin que abandonaran cargos rentados en sus facultades. En 2006, el banco también gastó US$ 70.000 en un “crucero de cortesía” para doscientos funcionarios vinculados a créditos estudiantiles.

Ya en clima de escándalo, varios investigadores difundieron documentos que detallan arreglos entre JMPCh y ejecutivos de pequeñas instituciones terciarias. A bordo de un lujoso barco, se los agasajaba con todo tipo de bebidas, fastuosas comidas y bailes.Estas prácticas involucran un mercado de US$ 85.000 millones anuales en préstamos a estudiantes.

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