De pronto, los déficit imparables y China alarman a Alan Greenspan

Dejando de lado su teoría del optimismo ilimitado, el jefe de la Reserva Federal alertó por el avance de los déficit, olvidando que –poco antes- su “libro beige” auguraba “impetuosa prosperidad”. También exigió a China dejar flotar el yüan.

22 abril, 2005

Mientras Wall Street fabricaba una explosión eufórica sin mayor asidero (los paneles princjkpales saltaron de 2 a 2,5%), el jueves Greenspan endureció de pronto su deicurso sobre los déficit “que amenazan el ulterior crecimiento de la economía real”. La gestión fiscal del gobierno “persiste en recorrer una senda insostenible. Vamos hacía el estancanmiento o algo peor”, sostuvo ante el comité bicameral de Hacienda.

Por supuesto, el jefe saliente del sistema de Reserva Federal (SRF) insiste en exagerar la situación en seguridad social, cuco de la ortodoxia financiera y de los ultraconsevradores en torno de George W.Bush. En otras palabras, uno de los mayores riesgos es la creciente cantidad de gente en edad de jubilarse y la “necesidad” de que, a largo plazo, cobre mucho menos que ahora. Algo así como aplicar al campo social el tipo de “productidad” en boga: reducir salarios y plantillas laborales.

Por eso, Greenspan apoya la privatiación del sistema jubilatorio que ha propuesto Bush. Fiel a su ambigüedad, el funcionario aclara que el peligro de estancamiento no es actual y remite al futuro. Pero el problema de fondo no cambia: es la combinación de déficit en presupuesto, pagos externos, comercio y seguridad social. Todo ello más el endeudamiento del público. “El gasto social –supone Greenspan- absorbe hoy 8% del producto bruto interno y puede llegar a 13%”. Paralelamente, los rojos fiscal y de pagos significan ya mismo 9% del PBI. La deuda de las familias representa casi 7%.

En otro plano, el presidente del SRF demoniza la política cambiaria china. Beijing “deberá dejar flotar la moneda por su propio bien. La paridad fija comienza a deteriorar esa economía”. Técnicanente, Greenspan define el problema chino como “la dificuktad en esterilizar las transacciones monetarias, para evitar que la revaluación genere inflación”.

De inmediaro y tal vez sin querer, el inefable banquero central pone el dedo en la verdadera llaga. “La caída del dólar –explica a los legisladores- en los últomos tres años ha forzado a China a emitir para comprar crecientes montos de bonos norteamericanos. Lo hizo para impedir la repreciación del yüan”. Enmtonces ¿dónde está el pecado original? ¿en la moneda china o en la estadounidense? La clave de la respuesta es simple: Japón, Surcorea, Taiwán y Singaper están haciendo lo mismo…

Mientras Wall Street fabricaba una explosión eufórica sin mayor asidero (los paneles princjkpales saltaron de 2 a 2,5%), el jueves Greenspan endureció de pronto su deicurso sobre los déficit “que amenazan el ulterior crecimiento de la economía real”. La gestión fiscal del gobierno “persiste en recorrer una senda insostenible. Vamos hacía el estancanmiento o algo peor”, sostuvo ante el comité bicameral de Hacienda.

Por supuesto, el jefe saliente del sistema de Reserva Federal (SRF) insiste en exagerar la situación en seguridad social, cuco de la ortodoxia financiera y de los ultraconsevradores en torno de George W.Bush. En otras palabras, uno de los mayores riesgos es la creciente cantidad de gente en edad de jubilarse y la “necesidad” de que, a largo plazo, cobre mucho menos que ahora. Algo así como aplicar al campo social el tipo de “productidad” en boga: reducir salarios y plantillas laborales.

Por eso, Greenspan apoya la privatiación del sistema jubilatorio que ha propuesto Bush. Fiel a su ambigüedad, el funcionario aclara que el peligro de estancamiento no es actual y remite al futuro. Pero el problema de fondo no cambia: es la combinación de déficit en presupuesto, pagos externos, comercio y seguridad social. Todo ello más el endeudamiento del público. “El gasto social –supone Greenspan- absorbe hoy 8% del producto bruto interno y puede llegar a 13%”. Paralelamente, los rojos fiscal y de pagos significan ya mismo 9% del PBI. La deuda de las familias representa casi 7%.

En otro plano, el presidente del SRF demoniza la política cambiaria china. Beijing “deberá dejar flotar la moneda por su propio bien. La paridad fija comienza a deteriorar esa economía”. Técnicanente, Greenspan define el problema chino como “la dificuktad en esterilizar las transacciones monetarias, para evitar que la revaluación genere inflación”.

De inmediaro y tal vez sin querer, el inefable banquero central pone el dedo en la verdadera llaga. “La caída del dólar –explica a los legisladores- en los últomos tres años ha forzado a China a emitir para comprar crecientes montos de bonos norteamericanos. Lo hizo para impedir la repreciación del yüan”. Enmtonces ¿dónde está el pecado original? ¿en la moneda china o en la estadounidense? La clave de la respuesta es simple: Japón, Surcorea, Taiwán y Singaper están haciendo lo mismo…

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