¿Cuántos vendrán después de Salomon Smith Barney?…

Legisladores estadounidenses analizan la posibilidad de ampliar las investigaciones iniciadas con el caso Salomon Smith Barney. Sospechan que esta filial de Citigroup no es la única que ha reservados acciones a clientes importantes.

30 agosto, 2002

Los documentos divulgados con detalles sobre asignación “privilegiada” de papeles emitidos vía ofertas públicas iniciales (OPI) a ejecutivos de WorldCom –para asegurarse negocios con la empresa- hacen pensar que otras bancas de inversión, que suelen timonear OPI, también promovían sus negocios mediante recursos como los de SSB. “Debemos examinar a fondo las prácticas privadas en este sector”, sostiene el diputado demócrata John LaFalce, del comité de Servicios Financieros.

También se cuestiona el ambiguo papel de analistas, gurúes y hasta columnistas mediáticos induciendo a comprar acciones durante tres “exuberancias irracionales”: las puntocom, la vanguardia tecnológica y las fusiones y adquisiciones en dos áreas (telcos y medios). “No creo que Salomon haya sido una mosca blanca”, manifiesta al respecto el senador Peter Fitzgerald (está en un subcomité que investiga los escándalos recientes a la luz de los perjuicios ocasionados a con ahorristas comunes y fondos jubilatorios).

Operadores del piso en Wall Street admiten que lo de SSB ha sido una costumbre generalizada desde que, a mediados de los 90, se pusieron de moda la “nueva economía”, sus apóstoles, analistas al servicio de las grandes firmas bursátiles. A ejecutivos de grandes clientes se les asignaban acciones antes de cada OPI, que éstos vendían a pocos días del lanzamiento. Como las habían pagado al precio base, por lo común bajo, las diferencias eran enormes. Los propios consultores recomendaban comprar esos papeles, inclusive por diarios y TV.

Los documentos divulgados con detalles sobre asignación “privilegiada” de papeles emitidos vía ofertas públicas iniciales (OPI) a ejecutivos de WorldCom –para asegurarse negocios con la empresa- hacen pensar que otras bancas de inversión, que suelen timonear OPI, también promovían sus negocios mediante recursos como los de SSB. “Debemos examinar a fondo las prácticas privadas en este sector”, sostiene el diputado demócrata John LaFalce, del comité de Servicios Financieros.

También se cuestiona el ambiguo papel de analistas, gurúes y hasta columnistas mediáticos induciendo a comprar acciones durante tres “exuberancias irracionales”: las puntocom, la vanguardia tecnológica y las fusiones y adquisiciones en dos áreas (telcos y medios). “No creo que Salomon haya sido una mosca blanca”, manifiesta al respecto el senador Peter Fitzgerald (está en un subcomité que investiga los escándalos recientes a la luz de los perjuicios ocasionados a con ahorristas comunes y fondos jubilatorios).

Operadores del piso en Wall Street admiten que lo de SSB ha sido una costumbre generalizada desde que, a mediados de los 90, se pusieron de moda la “nueva economía”, sus apóstoles, analistas al servicio de las grandes firmas bursátiles. A ejecutivos de grandes clientes se les asignaban acciones antes de cada OPI, que éstos vendían a pocos días del lanzamiento. Como las habían pagado al precio base, por lo común bajo, las diferencias eran enormes. Los propios consultores recomendaban comprar esos papeles, inclusive por diarios y TV.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades