¿Cómo funciona la bancarización en Latinoamérica?

Las bondades de mejorar los servicios bancarios están ampliamente documentadas. Se ha demostrado la importancia crítica de la “profundización financiera” (relación agregados/producto bruto interno) sobre el crecimiento económico.

6 noviembre, 2007

Un análisis de la Federación de Bancos Latinoamericanos (Felaban), surgido de encuestas propias, derivó en recomendaciones de políticas diversas. Inclusive en materia de regulación y supervisión, tendientes a mayor profundización financiera. Asimismo, estudios teóricos presumen que la relación entre acceso a servicios financieros –como porcentaje de población que puede usarlos libremente– reduce pobreza y desigualdades.

Sin embargo, en contraste con el indicador de PF, los trabajos empíricos sobre acceso son mucho más escasos y no brindan resultados concluyentes acerca de causas y consecuencias de un bajo acceso a servicios financieros. Una de las principales razones es que los datos son insuficientes e inadecuados.

Captar el problema por falta es particularmente importante en América latina. A pesar de las muchas reformas realizadas en la región, los niveles de pobreza se mantienen altísimos y el área es la de mayor desigualdad por ingresos en el mundo.

En el subcontinente, empero, los bancos son la fuente clave de servicios financieros. No obstante, los intermediarios no bancarios, especialmente los orientados hacia el microcrédito, han venido aumentando recientemente. Pero su participación en el sistema es aún realmente pequeña . De ahí que sea esencial analizar y entender el proceso de provisión de servicios financieros vía la banca.

El problema es que, al igual que en otras áreas del mundo en desarrollo, los datos sobre bancarización -en general- y acceso, en particular, son extremadamente limitados. Este trabajo, pues, busca avanzar en el conocimiento del proceso regional empleando una nueva base de datos, creada por Felaban. Deriva de una encuesta entre las asociaciones bancarias locales.

Los sondeos tienes dos características relevantes. Primero, cubren una serie de temas simultáneamente, desde cifras sobre acceso de la población a servicios financieros hasta identificación de problemas institucionales y regulatorios que dificultan la provisión. Segundo, los datos son pertinentes a la banca local en general . En síntesis, la encuesta es específica a Latinoamérica, tiene cobertura amplia y representativa cada sistema financiero de la región.

La consulta fue respondida por las entidades bancarias de diecisiete países. A saber, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. El documento analiza la información de la encuesta. Una sección presenta datos disponibles de acceso de la población a servicios financieros. Otro capítulo identifica los obstáculos más importantes que afrontan entidades y clientes en el proceso de bancarización. Abarcan (a) problemas de pobreza e informalidad, (b) deficiencias, (c) problemas institucionales y (d) obstáculos regulatorios.

Cabe preguntarse cuán bancarizada está Latinoamérica. Los indicadores son muchos y variados. Por un lado, se encuentra el de “profundización financiera”, ya citado. Por otro, figuras los de acceso propiamente dicho, que miden el porcentaje de población que, de hecho, usa servicios financieros. Este factor exige encuestas de hogares, un proceso costoso, largo, cuyos resultados son proclive a volverse rápidamente obsoletos. Especialmente, en países cuyos sistemas bancarios hayan iniciado programas orientados a aumentar aquel acceso.

Acceso y grado PF pueden diferir en forma significativa, como lo señala Bolivia. En otros casos, sin embargo, ambos indicadores se relacionan íntimamente. Por ejemplo, en Chile y Panamá, dos de los países con las relaciones depósitos/PBI y crédito/PBI más altas.

Un análisis de la Federación de Bancos Latinoamericanos (Felaban), surgido de encuestas propias, derivó en recomendaciones de políticas diversas. Inclusive en materia de regulación y supervisión, tendientes a mayor profundización financiera. Asimismo, estudios teóricos presumen que la relación entre acceso a servicios financieros –como porcentaje de población que puede usarlos libremente– reduce pobreza y desigualdades.

Sin embargo, en contraste con el indicador de PF, los trabajos empíricos sobre acceso son mucho más escasos y no brindan resultados concluyentes acerca de causas y consecuencias de un bajo acceso a servicios financieros. Una de las principales razones es que los datos son insuficientes e inadecuados.

Captar el problema por falta es particularmente importante en América latina. A pesar de las muchas reformas realizadas en la región, los niveles de pobreza se mantienen altísimos y el área es la de mayor desigualdad por ingresos en el mundo.

En el subcontinente, empero, los bancos son la fuente clave de servicios financieros. No obstante, los intermediarios no bancarios, especialmente los orientados hacia el microcrédito, han venido aumentando recientemente. Pero su participación en el sistema es aún realmente pequeña . De ahí que sea esencial analizar y entender el proceso de provisión de servicios financieros vía la banca.

El problema es que, al igual que en otras áreas del mundo en desarrollo, los datos sobre bancarización -en general- y acceso, en particular, son extremadamente limitados. Este trabajo, pues, busca avanzar en el conocimiento del proceso regional empleando una nueva base de datos, creada por Felaban. Deriva de una encuesta entre las asociaciones bancarias locales.

Los sondeos tienes dos características relevantes. Primero, cubren una serie de temas simultáneamente, desde cifras sobre acceso de la población a servicios financieros hasta identificación de problemas institucionales y regulatorios que dificultan la provisión. Segundo, los datos son pertinentes a la banca local en general . En síntesis, la encuesta es específica a Latinoamérica, tiene cobertura amplia y representativa cada sistema financiero de la región.

La consulta fue respondida por las entidades bancarias de diecisiete países. A saber, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. El documento analiza la información de la encuesta. Una sección presenta datos disponibles de acceso de la población a servicios financieros. Otro capítulo identifica los obstáculos más importantes que afrontan entidades y clientes en el proceso de bancarización. Abarcan (a) problemas de pobreza e informalidad, (b) deficiencias, (c) problemas institucionales y (d) obstáculos regulatorios.

Cabe preguntarse cuán bancarizada está Latinoamérica. Los indicadores son muchos y variados. Por un lado, se encuentra el de “profundización financiera”, ya citado. Por otro, figuras los de acceso propiamente dicho, que miden el porcentaje de población que, de hecho, usa servicios financieros. Este factor exige encuestas de hogares, un proceso costoso, largo, cuyos resultados son proclive a volverse rápidamente obsoletos. Especialmente, en países cuyos sistemas bancarios hayan iniciado programas orientados a aumentar aquel acceso.

Acceso y grado PF pueden diferir en forma significativa, como lo señala Bolivia. En otros casos, sin embargo, ambos indicadores se relacionan íntimamente. Por ejemplo, en Chile y Panamá, dos de los países con las relaciones depósitos/PBI y crédito/PBI más altas.

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