Brasil: a menos de R 1,90, el dólar perfora pisos en varios años

Desde inicios de julio, el dólar quedó bajo 1,9i reales. El martes 10, costaba apenas R 1,895 (y el real ascendía a US$ 0,528). Al parecer, el banco central se esfuerza cada vez menos que su colega argentino en mantener un piso.

11 julio, 2007

A principios de mayo, el dólar quebraba la barrera “psicológica” de dos reales (es decir, el real subía a 50 centavos). Hasta entonces, el emisor compraba dólares diariamente y vendía pases inversos, para frenar el auge de su propia moneda. En cuanto al dólar turista, oscilaba alrededor de R 2,07/11 y hoy no pasa de 1,925.

Desde hace meses, el banco central deja entrever que ya no está tan interesado en “defender” el dólar, aunque tampoco abandona totalmente la intervención en el mercado. Eso preocupa en Argentina, cuyo emisor a veces no consigue que el dólar quede a más de $ 3,08/10 mayorista, y en el pequeño Uruguay, cuyos operadores “off shore” –virtualmente manejan el banco central- hacen mantener el dólar en $Ur. 24,50/25, cuando el precio debiera pasar de 31/32 en función de paridades cruzadas con el peso argentino y el real.

Por el momento, analistas de San Pablo esperan que el emisor intente reducir la volatilidad instalada en mayo, aunque interviniendo poco en plaza. Ello parece alegrar a la bolsa –la única de proyección global en Sudamérica-, cuyo índice principal se acerca a los 56.000 puntos (+37% sobre el piso del año). Por el contrario, sus pequeños satélites regionales (Buenos Aires, Montevideo) no logran acompañarla todo el tiempo.

En rigor, el real gana 15% en 2007. Es la moneda que más avanza a costa del dólar en un grupo de dieciséis, que incluye el euro, el yen, la libra y el yüan, pero no otras denominaciones latinoamericanas.

Durante cuatro años hasta ahora, el dólar retrocedió 34,7% ante el real (de 2,91 a 1,90). En buena medida, por el largo auge mundial en materias primas que exporta Brasil, en particular porotos de soya, mineral de hierro, jugo de naranja y, últimamente, etanol. Pero el mayor incentivo y el más peligroso reside en la política de tasas altas. Aun tras varias rebajas, el tipo referencial está en 12,5% anual, uno de los más caros del mundo, y atrae colocaciones en títulos locales.

La inflación, artificialmente baja (3,2% anual), ofrece a inversores y especuladores alrededor de 9,5% de tasa real. El desmedido entusiasmo del mercado no para mientes en que el sector bursátil y financiero vive una burbuja tan marcada como la violencia social y el delito organizado en San Pablo, Río de Janeiro y otras ciudades. Pero una actividad clave para el país, la automotriz, empieza a estudiar la mudanza parcial a la Argentina.

A principios de mayo, el dólar quebraba la barrera “psicológica” de dos reales (es decir, el real subía a 50 centavos). Hasta entonces, el emisor compraba dólares diariamente y vendía pases inversos, para frenar el auge de su propia moneda. En cuanto al dólar turista, oscilaba alrededor de R 2,07/11 y hoy no pasa de 1,925.

Desde hace meses, el banco central deja entrever que ya no está tan interesado en “defender” el dólar, aunque tampoco abandona totalmente la intervención en el mercado. Eso preocupa en Argentina, cuyo emisor a veces no consigue que el dólar quede a más de $ 3,08/10 mayorista, y en el pequeño Uruguay, cuyos operadores “off shore” –virtualmente manejan el banco central- hacen mantener el dólar en $Ur. 24,50/25, cuando el precio debiera pasar de 31/32 en función de paridades cruzadas con el peso argentino y el real.

Por el momento, analistas de San Pablo esperan que el emisor intente reducir la volatilidad instalada en mayo, aunque interviniendo poco en plaza. Ello parece alegrar a la bolsa –la única de proyección global en Sudamérica-, cuyo índice principal se acerca a los 56.000 puntos (+37% sobre el piso del año). Por el contrario, sus pequeños satélites regionales (Buenos Aires, Montevideo) no logran acompañarla todo el tiempo.

En rigor, el real gana 15% en 2007. Es la moneda que más avanza a costa del dólar en un grupo de dieciséis, que incluye el euro, el yen, la libra y el yüan, pero no otras denominaciones latinoamericanas.

Durante cuatro años hasta ahora, el dólar retrocedió 34,7% ante el real (de 2,91 a 1,90). En buena medida, por el largo auge mundial en materias primas que exporta Brasil, en particular porotos de soya, mineral de hierro, jugo de naranja y, últimamente, etanol. Pero el mayor incentivo y el más peligroso reside en la política de tasas altas. Aun tras varias rebajas, el tipo referencial está en 12,5% anual, uno de los más caros del mundo, y atrae colocaciones en títulos locales.

La inflación, artificialmente baja (3,2% anual), ofrece a inversores y especuladores alrededor de 9,5% de tasa real. El desmedido entusiasmo del mercado no para mientes en que el sector bursátil y financiero vive una burbuja tan marcada como la violencia social y el delito organizado en San Pablo, Río de Janeiro y otras ciudades. Pero una actividad clave para el país, la automotriz, empieza a estudiar la mudanza parcial a la Argentina.

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