Bernanke y los duros dilemas que hoy afronta la Reserva Federal

Titular de la RF desde hace 18 meses, enfrenta su primer peligro y fuertes presiones en direcciones contrarias. ¿Debe asistir a los fondos y especuladores que compraron las hipotecas que ha llevado a esta turbulencia mundial?

12 agosto, 2007

O por el contrario, como parece que es su verdadera intención, debe inyectar liquidez suficiente para que los bancos sigan prestando y los pequeños inversionistas sigan adquiriendo títulos y acciones.

Una corriente de opinión pretende que la Reserva Federal disminuya la tasa básica de referencia. Con interés menor, los operadores de los peligrosos “hedge funds” se verán favorecidos porque el mercado inmobiliario podría detener su caída e incluso fortalecerse (caerían las tasas de los préstamos hipotecarios).

Pero otra línea de pensamiento, la que suscita más apoyo entre analistas y economistas cree que reducir la tasa de interés es lo último en lo que hay que pensar. Se puede estimular –sostienen- un resurgimiento de la famosa burbuja inmobiliaria, realimentando la crisis que se quiere evitar.

Bernanke prefiere llevar tranquilidad al sistema bancario y a los inversores institucionales para que sigan operando normalmente. Para eso, inyectará toda la liquidez que haga falta.

Intervención masiva

Tras el panorama lúgubre del jueves pasado, los bancos centrales de todo el mundo actuaron al unísono el viernes para calmar los mercados financieros mediante una fuerte inyección de dinero. No obstante, los depósitos experimentaron una abrupta caída en Asia y Europa; en Wall Street también la jornada fue nerviosa, con caída de los índices bursátiles por la mañana, y luego una leve recuperación para cerrar sin grandes cambios.
Como viene ocurriendo en las últimas semanas, los mercados sufrieron fuertes sacudones – pronunciadas caídas seguidas por grandes subidas y viceversa – que agigantan el clima de incertidumbre. Los inversores temen que las pérdidas registradas en el mercado hipotecario estadounidense se agudicen y que la economía global no pueda resistir un shock adicional.

La Reserva Federal hizo su más grande intervención desde la reapertura de los mercados el 19 de septiembre 2001 luego de los ataques terroristas. El banco central inyectó US$ 38.000 millones al sistema financiero además de los US$ 24.000 que había colocado el jueves.

Los bancos centrales de todo el mundo incrementaron esfuerzos para demorar las pérdidas. El Banco de Japón agregó liquidez por primera vez desde que comenzaron los problemas del mercado.

El Banco Central Europeo inyectó dinero en el sistema por segundo día, agregando otros 61.000 millones de euros (US$ 84.000 millones) luego de aportar 95.000 millones de euros el día anterior. La Reserva Federal agregó el viernes US$ 19.000 millones al sistema a través de la compra de títulos respaldados por hipotecas, luego otros $19.000 millones en acuerdos de recompra a tres días. En síntesis, una intervención masiva del orden de US$ 330 mil millones.

La intervención estabilizó los mercados, al menos por el día. El índice Standard & Poor’s cerró a 1.453,64, con una ganancia de 0,55 puntos y el Dow Jones cayó a 13.239,54 (31,14 puntos). Tomando en su conjunto toda la semana que finalizó el viernes, el Dow subió 0,4%, el S.& P. 500 1,4% y el Nasdaq terminó 1,3% arriba.
Lo que queda por ver es hasta qué punto están expuestos el sistema financiero y la economía a las pérdidas en los mercados de crédito y al aumento en los costos de los préstamos hipotecarios.

La FED se guiará por su evaluación de cuánto pueden llegar a perder los bancos, fondos de cobertura, fondos de pensión y otras entidades y si consumidores y empresas podrán digerir mayores tasas de interés y más exigencias para obtener préstamos.

En Asia y Europa, los temores sobre el mercado inmobiliario estadounidense instaron a los inversores a vender activos y obligaron a los bancos comerciales a retirar sus líneas de crédito.

O por el contrario, como parece que es su verdadera intención, debe inyectar liquidez suficiente para que los bancos sigan prestando y los pequeños inversionistas sigan adquiriendo títulos y acciones.

Una corriente de opinión pretende que la Reserva Federal disminuya la tasa básica de referencia. Con interés menor, los operadores de los peligrosos “hedge funds” se verán favorecidos porque el mercado inmobiliario podría detener su caída e incluso fortalecerse (caerían las tasas de los préstamos hipotecarios).

Pero otra línea de pensamiento, la que suscita más apoyo entre analistas y economistas cree que reducir la tasa de interés es lo último en lo que hay que pensar. Se puede estimular –sostienen- un resurgimiento de la famosa burbuja inmobiliaria, realimentando la crisis que se quiere evitar.

Bernanke prefiere llevar tranquilidad al sistema bancario y a los inversores institucionales para que sigan operando normalmente. Para eso, inyectará toda la liquidez que haga falta.

Intervención masiva

Tras el panorama lúgubre del jueves pasado, los bancos centrales de todo el mundo actuaron al unísono el viernes para calmar los mercados financieros mediante una fuerte inyección de dinero. No obstante, los depósitos experimentaron una abrupta caída en Asia y Europa; en Wall Street también la jornada fue nerviosa, con caída de los índices bursátiles por la mañana, y luego una leve recuperación para cerrar sin grandes cambios.
Como viene ocurriendo en las últimas semanas, los mercados sufrieron fuertes sacudones – pronunciadas caídas seguidas por grandes subidas y viceversa – que agigantan el clima de incertidumbre. Los inversores temen que las pérdidas registradas en el mercado hipotecario estadounidense se agudicen y que la economía global no pueda resistir un shock adicional.

La Reserva Federal hizo su más grande intervención desde la reapertura de los mercados el 19 de septiembre 2001 luego de los ataques terroristas. El banco central inyectó US$ 38.000 millones al sistema financiero además de los US$ 24.000 que había colocado el jueves.

Los bancos centrales de todo el mundo incrementaron esfuerzos para demorar las pérdidas. El Banco de Japón agregó liquidez por primera vez desde que comenzaron los problemas del mercado.

El Banco Central Europeo inyectó dinero en el sistema por segundo día, agregando otros 61.000 millones de euros (US$ 84.000 millones) luego de aportar 95.000 millones de euros el día anterior. La Reserva Federal agregó el viernes US$ 19.000 millones al sistema a través de la compra de títulos respaldados por hipotecas, luego otros $19.000 millones en acuerdos de recompra a tres días. En síntesis, una intervención masiva del orden de US$ 330 mil millones.

La intervención estabilizó los mercados, al menos por el día. El índice Standard & Poor’s cerró a 1.453,64, con una ganancia de 0,55 puntos y el Dow Jones cayó a 13.239,54 (31,14 puntos). Tomando en su conjunto toda la semana que finalizó el viernes, el Dow subió 0,4%, el S.& P. 500 1,4% y el Nasdaq terminó 1,3% arriba.
Lo que queda por ver es hasta qué punto están expuestos el sistema financiero y la economía a las pérdidas en los mercados de crédito y al aumento en los costos de los préstamos hipotecarios.

La FED se guiará por su evaluación de cuánto pueden llegar a perder los bancos, fondos de cobertura, fondos de pensión y otras entidades y si consumidores y empresas podrán digerir mayores tasas de interés y más exigencias para obtener préstamos.

En Asia y Europa, los temores sobre el mercado inmobiliario estadounidense instaron a los inversores a vender activos y obligaron a los bancos comerciales a retirar sus líneas de crédito.

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