Banqueros insistentes y una pugna en escala internacional

Más allá de las cumbres de los 20, del anacrónico G-7 o del Fondo Monetario, el poder de la gran banca sigue siendo un peligro. Acaudillada por Lloyd Blankfein (Goldman Sachs), Morgan Stanley, JPMorgan Chase y otros lucha con denuedo contra topes remuneratorios.

8 diciembre, 2009

<p>Ese elenco incluye adem&aacute;s Deustche Bank, Citigroup, Soci&eacute;t&eacute; G&eacute;n&eacute;rale, Bank of America, Union des Banques Suisses, Royal Bank of Scotland, Barclay&rsquo;s, Hongkong &amp; Shanghai Banking Corporation, etc. Pero el alma es Goldman Sachs.<br />
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Como s&iacute;mbolo, Blankfein &ndash;su presidente- no tiene rival. Hijo de un cartero de Brooklyn, la crisis sist&eacute;mica estallada en 2006 v&iacute;a malas hipotecas le hizo un regalo institucional: en octubre de 2008, Henry Paulson (ex empleado suyo, entonces secretario del Tesoro) arm&oacute; un rescate a medida de sus colegas banqueros. Era el programa pro alivio de activos t&oacute;xicos, TARP, por US$ 700.000 millones.<br />
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Pero GS fue m&aacute;s sutil. Recurri&oacute; a la agencia del seguro federal sobre dep&oacute;sitos (FDIC), obtuvo un pr&eacute;stamo a tasa exigua, se convirti&oacute; de firma de valores en banca de inversi&oacute;n y us&oacute; US$ 11.400 millones &ndash;era dinero del contribuyente- para premiar a ejecutivos y operadores. Estas remuneraciones cubr&iacute;an el primer semestre de 2009. En el siguiente, torna a hacer lo mismo.<br />
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Desde octubre, el cabildeo formal del negocio (se llama Instituto Internacional de Finanzas y lo conduce Charles Dallara, experto en fondos buitres) se lanz&oacute; a impedir que se limiten bonificaciones a ejecutivos y operadores estelares. Poco antes, el G-20 hab&iacute;a interpelado a veinticinco banqueros, de los cuales veinte repitieron el libreto de Blankfein y, luego, de Dallara: &ldquo;los topes propuestos no son viables y dificultan contratar o retener buenos profesionales&rdquo;.<br />
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Esos &ldquo;talentos&rdquo; son los mismos que acabaron con Bear Stearns, Lehman Brothers, Wachovia, Countrywide Financial y Merrill Lynch. Tambi&eacute;n llevaron a rescatar Citigroup y Bank of America por US$ 45.000 millones cada uno o a la aseguradora American International Group (US$ 170.000 millones en fondos p&uacute;blicos). &ldquo;El G-20 nos pide dejar hacer lo que nuestra &eacute;lite ha hecho por a&ntilde;os: retribuir bien a los buenos operadores&rdquo;, sosten&iacute;a James O&rsquo;Neill, analista principal de GS.<br />
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Sin duda el G-20 fue duro. Exigi&oacute; postergar tres a&ntilde;os los pagos de bonificaciones, restituirlas en caso de p&eacute;rdidas y eliminar garant&iacute;as plurianuales. Virtualmente nada de eso se consider&oacute; en la &uacute;ltima reuni&oacute;n del FMI, gracias a presiones de Josef Ackermann (Deutsche Bank) y de un grupo londinense de fondos especulativos, <em>Silk Invest</em>.<br />
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No obstante, los propios banqueros privados est&aacute;n divididos. La mitad, encabezada por Blankfein, suizos y anglosajones, sostiene que las normas del G-20 son casi socialistas. La otra mitad las apoya. Pero, sugestivamente, 80% del conjunto no cree que se apliquen. &ldquo;Ser&aacute;n letra muerta hasta una pr&oacute;xima crisis sist&eacute;mica&rdquo;, ironiza Paul Krugman, Nobel 2008.</p>
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