Banca europea: mejor la eficiencia que las F&A

“Los principales bancos europeos afrontan serios retos en 2004. Los mercados nacionales pierden rentabilidad rápidamente en un marco de tasas bajas. Esto significa que deberán lograr mayor eficiencia”.

5 febrero, 2004

Así empieza un artículo de Emilio Botín, CEO de Banco Santander
Central Hispano (Banco Río en Argentina), en la prensa londinense. A su
criterio, la consolidación vía fusiones y adquisiciones (F&A)
avanza en Estados Unidos, como lo subraya el reciente caso JP Morgan Chase-BankOne.
En la Unión Europea, España inclusive, el fenómeno se da,
aunque en menor grado.

“En muchos países -apunta el directivo-, los bancos grandes ya
han alcanzado a una masa crítica en sus mercados locales. Esto les dificulta
crecer vía consolidación, debido a la reglas de la competencia,
el alto costo de las F&A y la necesidad de generar dividendos a los accionistas”.

Por otra parte, “en doce meses, se aplicarán nuevas pautas contables
internacionales (definidas por la junta homónima, es decir la IASB: International
Accounting Standards Board), a las que seguirá -en 2007- el acuerdo Basilea
II sobre exigencia de capital”. Todo ello requiera actualizar modelos de
riesgo y mejorar disciplina en el uso de capitales.

Ese conjunto de nuevas normas, sostiene Botín, “no frenará
la acumulación de capitales excedentes que ya se nota en los libros de
los bancos más grandes y mejor manejados”. Un reciente estudio de
Salomon Smith Barney (Citigroup) prevé la generación de más
de € 84.000 millones en esos excedentes, por parte de entidades europeas
en el trienio 2004-6.

Por ende, el problema será “emplear esos fondos para obtener crecimiento
sustentable y elevar los dividendos al accionista. En tiempos como éstos,
entonces, puede haber errores por falta de opciones estratégicas obvias.
Quienes manejamos bancos -señala el presidente de BSCH- tenemos la responsabilidad,
ante clientes, personal y accionistas, de ser cautelosos y no prestar oídos
a cantos de sirenas”

Un camino factible es la diversificación en escala internacional. Gestionada
con sensatez, esta opción puede neutralizar riesgos y generar oportunidades
de desarrollo. Esta variante, aun mediante F& selectivas en Europa, “exige
prudencia y paciencia. No es fácil identificar plazas donde un banco
tenga claras ventajas competitivas y obtener una porción de mercado que
depare retornos aceptables”. No obstante, sabiamente conducida, esta estrategia
es muy promisoria.

Otra alternativa, muy debatida en la actualidad, reside en grandes F&A
multinacionales; especialmente, entre bancos europeos. “Algunos creen,
quizá viendo su éxito en EE.UU. -observa Botín-, el avance
hacia mayor integración en la UE torna aconsejables esas F&A. Personalmente,
soy escéptico sobre sus méritos”.

En la visión del ejecutivo, “pasará algún tiempo
antes de que Europa esté lo bastante integrada como para superar las
tantas trabas regulatorias, fiscales y culturales que impiden el funcionamiento
de un mercado único. Todavía muchos consideran inaceptable que
un banco local principal sea absorbido por uno del extranjero”.

Aun sin esas barreras, “una fusión multinacional podría
crear más problemas de los que resolviese. Las dificultades para compatibilizar
estilos de management y establecer nítidas cadenas de mando son obvias.
Tampoco existen ventajas claras cuando, en el segmento minorista, no hay ahorros
operacionales significativos”.

En cuanto a banca de inversión y manejo de carteras, las F&A “debieran
en teoría rendir beneficios asociados a economías de escala. Pero
ahí es aun más difícil armonizar equipos gerenciales y
culturas”. El banquero no descarta un futuro para F&A multinacionales
en la UE, pero no las estima convenientes en la coyuntura actual.

Así empieza un artículo de Emilio Botín, CEO de Banco Santander
Central Hispano (Banco Río en Argentina), en la prensa londinense. A su
criterio, la consolidación vía fusiones y adquisiciones (F&A)
avanza en Estados Unidos, como lo subraya el reciente caso JP Morgan Chase-BankOne.
En la Unión Europea, España inclusive, el fenómeno se da,
aunque en menor grado.

“En muchos países -apunta el directivo-, los bancos grandes ya
han alcanzado a una masa crítica en sus mercados locales. Esto les dificulta
crecer vía consolidación, debido a la reglas de la competencia,
el alto costo de las F&A y la necesidad de generar dividendos a los accionistas”.

Por otra parte, “en doce meses, se aplicarán nuevas pautas contables
internacionales (definidas por la junta homónima, es decir la IASB: International
Accounting Standards Board), a las que seguirá -en 2007- el acuerdo Basilea
II sobre exigencia de capital”. Todo ello requiera actualizar modelos de
riesgo y mejorar disciplina en el uso de capitales.

Ese conjunto de nuevas normas, sostiene Botín, “no frenará
la acumulación de capitales excedentes que ya se nota en los libros de
los bancos más grandes y mejor manejados”. Un reciente estudio de
Salomon Smith Barney (Citigroup) prevé la generación de más
de € 84.000 millones en esos excedentes, por parte de entidades europeas
en el trienio 2004-6.

Por ende, el problema será “emplear esos fondos para obtener crecimiento
sustentable y elevar los dividendos al accionista. En tiempos como éstos,
entonces, puede haber errores por falta de opciones estratégicas obvias.
Quienes manejamos bancos -señala el presidente de BSCH- tenemos la responsabilidad,
ante clientes, personal y accionistas, de ser cautelosos y no prestar oídos
a cantos de sirenas”

Un camino factible es la diversificación en escala internacional. Gestionada
con sensatez, esta opción puede neutralizar riesgos y generar oportunidades
de desarrollo. Esta variante, aun mediante F& selectivas en Europa, “exige
prudencia y paciencia. No es fácil identificar plazas donde un banco
tenga claras ventajas competitivas y obtener una porción de mercado que
depare retornos aceptables”. No obstante, sabiamente conducida, esta estrategia
es muy promisoria.

Otra alternativa, muy debatida en la actualidad, reside en grandes F&A
multinacionales; especialmente, entre bancos europeos. “Algunos creen,
quizá viendo su éxito en EE.UU. -observa Botín-, el avance
hacia mayor integración en la UE torna aconsejables esas F&A. Personalmente,
soy escéptico sobre sus méritos”.

En la visión del ejecutivo, “pasará algún tiempo
antes de que Europa esté lo bastante integrada como para superar las
tantas trabas regulatorias, fiscales y culturales que impiden el funcionamiento
de un mercado único. Todavía muchos consideran inaceptable que
un banco local principal sea absorbido por uno del extranjero”.

Aun sin esas barreras, “una fusión multinacional podría
crear más problemas de los que resolviese. Las dificultades para compatibilizar
estilos de management y establecer nítidas cadenas de mando son obvias.
Tampoco existen ventajas claras cuando, en el segmento minorista, no hay ahorros
operacionales significativos”.

En cuanto a banca de inversión y manejo de carteras, las F&A “debieran
en teoría rendir beneficios asociados a economías de escala. Pero
ahí es aun más difícil armonizar equipos gerenciales y
culturas”. El banquero no descarta un futuro para F&A multinacionales
en la UE, pero no las estima convenientes en la coyuntura actual.

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