Baja la productividad y sube la mano de obra en EE.UU.

Para alarma de los ortodoxos, la productividad laboral cedía durante el último trimestre. Eso es socialmente positivo, pero disgusta al Sistema de Reserva Federal, que apuesta a la contracción del salario.

7 septiembre, 2006

Las minutas de la última reunión del comité monetario –efectuada el 8 de agosto- sostenían que “la inflación se enfriará junto con la economía”. Al mismo tiempo, el salario real continuaría bajando, perspectiva que también cundía en Wall Street, pero molestaba a los legisladores, que en noviembre deben defender sus bancas.

En realidad, la “productividad”, que sólo define la eficiencia del personal –o sea, más horas trabajado por igual o menor salario- dejó de crecer al ritmo imperante hasta marzo, pero no es negativa. En el primer trimestre del año, por cierto, subió 4,3%. En el segundo, lo hizo en apenas 1,6%, según el departamento federal de Trabajo.

Curiosamente, el costo de mano de obra aumentó 4,9%, contra 9% en enero-marzo (entonces, el alza máxima desde 2000). Esto tiene una lectura que el SRF y la bolsa no suelen hacer: dado que el componente laboral en los costos empresarios no llega ni a 10%, parece obvio que la contracción de “productividad” se origina en otros factores.

Esas cifras encajan en las de otro sondeo, según el cual los servicios muestran una expansión superior a la calculada. Como este sector representa 75% de la economía total, su nuevo perfil disgusta a Benjamin Bernanke y le da la razón al único gobernador del SRF que no votó por mantener en 5,25% la tasa básica.

Casi por coincidencia, un informe difundido el martes por el SRF (el “libro beige”) admite que la industria encuentra problemas para transferir el alza de costos laborales a los clientes. En otras palabras, el público compra menos, lo cual contradice el aumento de salarios reales que imagina el SRF. Por supuesto, la ficción estadística favorita de su técnicos –el índice de precios minoristas excluyendo alimentos, energía y combustibles- todavía no refleja la menor “productividad” laboral.

Entretanto, analistas y gurúes de Wall Street insisten en que el SRF mantendrá el tipo referencial en 5,25% anual. El comité monetario debe sesionar el 20 de este mes. Pero, como el SRF señala que el gasto de los consumidores sigue subiendo lentamente –eso contradice las dificultades de la industria pasa pasar costos laborales a sus clientes-, la tasa básica inmóvil es una expresión bursátil de deseos.

Las minutas de la última reunión del comité monetario –efectuada el 8 de agosto- sostenían que “la inflación se enfriará junto con la economía”. Al mismo tiempo, el salario real continuaría bajando, perspectiva que también cundía en Wall Street, pero molestaba a los legisladores, que en noviembre deben defender sus bancas.

En realidad, la “productividad”, que sólo define la eficiencia del personal –o sea, más horas trabajado por igual o menor salario- dejó de crecer al ritmo imperante hasta marzo, pero no es negativa. En el primer trimestre del año, por cierto, subió 4,3%. En el segundo, lo hizo en apenas 1,6%, según el departamento federal de Trabajo.

Curiosamente, el costo de mano de obra aumentó 4,9%, contra 9% en enero-marzo (entonces, el alza máxima desde 2000). Esto tiene una lectura que el SRF y la bolsa no suelen hacer: dado que el componente laboral en los costos empresarios no llega ni a 10%, parece obvio que la contracción de “productividad” se origina en otros factores.

Esas cifras encajan en las de otro sondeo, según el cual los servicios muestran una expansión superior a la calculada. Como este sector representa 75% de la economía total, su nuevo perfil disgusta a Benjamin Bernanke y le da la razón al único gobernador del SRF que no votó por mantener en 5,25% la tasa básica.

Casi por coincidencia, un informe difundido el martes por el SRF (el “libro beige”) admite que la industria encuentra problemas para transferir el alza de costos laborales a los clientes. En otras palabras, el público compra menos, lo cual contradice el aumento de salarios reales que imagina el SRF. Por supuesto, la ficción estadística favorita de su técnicos –el índice de precios minoristas excluyendo alimentos, energía y combustibles- todavía no refleja la menor “productividad” laboral.

Entretanto, analistas y gurúes de Wall Street insisten en que el SRF mantendrá el tipo referencial en 5,25% anual. El comité monetario debe sesionar el 20 de este mes. Pero, como el SRF señala que el gasto de los consumidores sigue subiendo lentamente –eso contradice las dificultades de la industria pasa pasar costos laborales a sus clientes-, la tasa básica inmóvil es una expresión bursátil de deseos.

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