Ahora, la SEC detecta venganzas contra analistas poco influibles

La Securities & Exchange Commission arma otra ofensiva sobre el negocio bursátil y los conflictos de interés. Ahora, investigará “venganzas” de ciertas empresas contra analistas que emiten veredictos negativos sobre sus acciones, bonos, etc.

23 junio, 2003

Luego de discretas investigaciones, la SEC llegó a una conclusión: abundan empresas y bancas que adoptan diversos tipos de represalias contra analistas de Wall Street que no recomiendan sus papeles. Hace algunas semanas, la entidad envió una nota confidencial al New York Stock Exchange (NYSE), la National Association of Securities Dealers (NASD, administradora de los paneles tecnológicos Nasdaq) y el American Stock Exchange (AmEx) sugiriéndoles “considerar nuevas pautas para evitar que las empresas presionen a los analistas”.

La actitud de la comisión pone en evidencia un problema tan viejo como generalizado en el mundillo bursátil –no exclusivo de Nueva York, claro-, recién hoy factible de encarar vía la ley general Sarbanes-Oxley. En otras palabras, los conflictos de intereses no se limitan a las firmas de valores y sus actividades como bancas de inversión (o sea, sobrecalificar firmas que sean potenciales clientes de otros servicios). También abarcan lo inverso, es decir las “venganzas” de clientes calificados negativamente.

“Establecer parámetros para las relaciones con los calificadores puede ser la solución más sencilla y eficaz. Esta comisión –reza la nota de la SEC- espera propuestas en firme antes de terminar julio”. Las normas explícitas tienen la ventaja de ser obligatorias pues, si las transgreden o no las respetan, las cotizantes pueden ser retiradas de los paneles bursátiles. En caso de que las represalias personales se sancionen por vía reglamentaria, los analistas ya no quedarán tan expuestos.

¿Cuáles son las represalias habituales? Por ejemplo, la empresa o el banco afectados presionan para que la firma de valores margine a un analista “hostil”. A otros ya no se los invita a reuniones con ejecutivos de la empresas ofendidas, se les traba el acceso a información o, directamente, algún gerente con visos autoritarios los amenaza en persona. Para peor, la separación entre funciones de consultoría y banca de inversión puede agravar ese riesgo para los profesionales, cualquiera sea la división donde operen. Ello explica que la Association for Investment Management & Research haya salido el martes apoyando la iniciativa de la SEC.

Luego de discretas investigaciones, la SEC llegó a una conclusión: abundan empresas y bancas que adoptan diversos tipos de represalias contra analistas de Wall Street que no recomiendan sus papeles. Hace algunas semanas, la entidad envió una nota confidencial al New York Stock Exchange (NYSE), la National Association of Securities Dealers (NASD, administradora de los paneles tecnológicos Nasdaq) y el American Stock Exchange (AmEx) sugiriéndoles “considerar nuevas pautas para evitar que las empresas presionen a los analistas”.

La actitud de la comisión pone en evidencia un problema tan viejo como generalizado en el mundillo bursátil –no exclusivo de Nueva York, claro-, recién hoy factible de encarar vía la ley general Sarbanes-Oxley. En otras palabras, los conflictos de intereses no se limitan a las firmas de valores y sus actividades como bancas de inversión (o sea, sobrecalificar firmas que sean potenciales clientes de otros servicios). También abarcan lo inverso, es decir las “venganzas” de clientes calificados negativamente.

“Establecer parámetros para las relaciones con los calificadores puede ser la solución más sencilla y eficaz. Esta comisión –reza la nota de la SEC- espera propuestas en firme antes de terminar julio”. Las normas explícitas tienen la ventaja de ser obligatorias pues, si las transgreden o no las respetan, las cotizantes pueden ser retiradas de los paneles bursátiles. En caso de que las represalias personales se sancionen por vía reglamentaria, los analistas ya no quedarán tan expuestos.

¿Cuáles son las represalias habituales? Por ejemplo, la empresa o el banco afectados presionan para que la firma de valores margine a un analista “hostil”. A otros ya no se los invita a reuniones con ejecutivos de la empresas ofendidas, se les traba el acceso a información o, directamente, algún gerente con visos autoritarios los amenaza en persona. Para peor, la separación entre funciones de consultoría y banca de inversión puede agravar ese riesgo para los profesionales, cualquiera sea la división donde operen. Ello explica que la Association for Investment Management & Research haya salido el martes apoyando la iniciativa de la SEC.

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