A diferencia de William Gates, Warren Buffett no se jubila
A los 77, el megainversor lanza su mayor ola de compras desde 1998. Así, dejó frio a Wall Street metiéndose en un negocio con serios problemas: los seguros sobre bonos. También pagó US$ 440 millones por una división del holandés ING Groep.
Días antes, adquiría en US$ 4.500 millones una parte en el conglomerado industrial de la familia Pritzker. Eso, a poco que incursionar en el segmento de bonos chatarra tomando en US$ 2.100 millones de deuda emitida por TXU, una compañía eléctrica. Mientras grandes firmas de valores zozobran, las acciones de Berkshire Hathaway –el holding de Buffett- subieron 27% en 2007 (el mejor año desde aquel 52% de 1998), en tanto el Standard&Poor’s 500 avanzaba apenas 4,25%.
Entretanto, el magnate insiste en que no planea salir al rescate de bancos ni firmas de valores. No obstante, miles de inversores y especuladores penden de lo que o diga y es lógico: en cuarenta años, Berkshire Hathaway se ha convertido en una cartera múltiple de US$ 216.000 millones. Sus colocaciones van de seguros a helados, ropa interior y Coca-Cola. En ese lapso, el valor en libros de BH ha aumentado más de 3.600 veces
Durante las turbulencias en la segunda mitad de 2007, Buffett jugó discretamente con su cartera bursátil, que representaba unos US$ 78.000 millones a fin del tercer trimestre. Por ejemplo, aumento participaciones en US Bancorp y Wells Fargo. Ahora, acaba de comprar NRG, la división reaseguros de ING Groep. Con casi US$ 47.000 millones en efectivo a mano, meses atrás el financista se declaró dispuesto a considerar transacciones por hasta 60.000 millones.
Sin embargo, hace una semana advirtió que la crisis iniciada con malas hipotecas no muestra señales claras de que esté cediendo. Pero igual crea su propia aseguradora de títulos empaquetados en vez de comprar una, pues no desea hacerse cargo de complicaciones ajenas. Berkshire, a quien las calificadores le asignan AAA, ingresa pues a un segmentos cuyos protagonistas (MBIA, Ambac) se desesperan por reunir capital y salvar sus propias calificaciones. Fuera de esa incursión, a juicio de Buffett el sector financiero no ofrece propuestas serias.
Días antes, adquiría en US$ 4.500 millones una parte en el conglomerado industrial de la familia Pritzker. Eso, a poco que incursionar en el segmento de bonos chatarra tomando en US$ 2.100 millones de deuda emitida por TXU, una compañía eléctrica. Mientras grandes firmas de valores zozobran, las acciones de Berkshire Hathaway –el holding de Buffett- subieron 27% en 2007 (el mejor año desde aquel 52% de 1998), en tanto el Standard&Poor’s 500 avanzaba apenas 4,25%.
Entretanto, el magnate insiste en que no planea salir al rescate de bancos ni firmas de valores. No obstante, miles de inversores y especuladores penden de lo que o diga y es lógico: en cuarenta años, Berkshire Hathaway se ha convertido en una cartera múltiple de US$ 216.000 millones. Sus colocaciones van de seguros a helados, ropa interior y Coca-Cola. En ese lapso, el valor en libros de BH ha aumentado más de 3.600 veces
Durante las turbulencias en la segunda mitad de 2007, Buffett jugó discretamente con su cartera bursátil, que representaba unos US$ 78.000 millones a fin del tercer trimestre. Por ejemplo, aumento participaciones en US Bancorp y Wells Fargo. Ahora, acaba de comprar NRG, la división reaseguros de ING Groep. Con casi US$ 47.000 millones en efectivo a mano, meses atrás el financista se declaró dispuesto a considerar transacciones por hasta 60.000 millones.
Sin embargo, hace una semana advirtió que la crisis iniciada con malas hipotecas no muestra señales claras de que esté cediendo. Pero igual crea su propia aseguradora de títulos empaquetados en vez de comprar una, pues no desea hacerse cargo de complicaciones ajenas. Berkshire, a quien las calificadores le asignan AAA, ingresa pues a un segmentos cuyos protagonistas (MBIA, Ambac) se desesperan por reunir capital y salvar sus propias calificaciones. Fuera de esa incursión, a juicio de Buffett el sector financiero no ofrece propuestas serias.
