Así se ha convertido en una de las actividades ilícitas más lucrativas, con un valor estimado de entre 15 y 20 mil millones de dólares estadounidenses al año.
Situándose en el cuarto puesto de las actividades ilícitas a nivel mundial, después de delitos vinculados al narcotráfico, falsificación y tráfico de personas, el comercio ilegal de fauna, impacta en Argentina
de manera directa a más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos. Entre ellas, unas 20 entran en una categoría de amenaza.
A medida que el mercado crece silenciosamente, sus consecuencias devastadoras se extienden más allá de las fronteras, amenazando la diversidad biológica, la estabilidad de los ecosistemas y la salud pública. Ante esta situación, nos adentraremos en un análisis detenido sobre su alcance y estrategias disponibles para abordarlo.
El tráfico ilegal de fauna se refiere a la actividad ilícita que involucra la captura, el transporte, el comercio (por medios como ferias, comercios, redes sociales y comercio electrónico, etc) y la tenencia de animales silvestres, ya sea vivos o productos derivados de ellos.
En verdad, el comercio de fauna no se encuentra completamente prohibido, sino más bien regulado a nivel nacional e internacional. De hecho, existen criaderos autorizados de vida silvestre que se
encuentran sujetos a una supervisión constante por parte de las autoridades encargadas de hacer cumplir las normativas ambientales que los rigen. No obstante, no todas las especies pueden ser comercializadas, debido a que algunas tienen restricciones de comercio y tránsito.
En nuestro país, las especies más afectadas por el tráfico ilegal son las aves y reptiles autóctonos, entre los que se encuentran las tortugas de tierra, las tortugas de río y laguna, y la boa lampalagua.
Particularmente, en el caso del tráfico internacional, Argentina intenta llevar a cabo la comercialización ilícita de diversas especies entre las que se incluyen aves como el cardenal, el federal, el tucán
y el loro hablador; reptiles como las tortugas; mamíferos que comprenden monos, felinos y ciervos; así como también mamíferos marinos.