Atos, firma global en transformación digital, publicó ‘Journey 2024 – Redefining Enterprise Purpose’, su último informe en el que comparte su visión del mundo en lo referente a la evolución de los negocios, la sociedad y la tecnología.
Anticipa las tendencias tecnológicas y de negocio que se espera que traigan algunas de las mayores disrupciones y den forma a las empresas en los próximos cuatro años. Este informe se basa en una extensa investigación realizada por la Comunidad Científica de Atos, una red global de 160 de los mejores científicos, ingenieros y pensadores avanzados de todo el Grupo.
Redefinir el propósito de negocio
Una vez en la era post-COVID-19, las empresas se enfrentarán al impacto causado por importantes cambios e incertidumbres. El informe desafía a las empresas a reconsiderar el pensamiento convencional y a repensar su “propósito” para mantener su relevancia y prosperar.
El informe sugiere que (en un contexto digital) habrá 3 vías clave para conseguir un “propósito de negocio” fuerte y sostenible, y las empresas deberán construir y mantener su coherencia en las siguientes áreas:
- “Potencial“ (aprovechando todo el potencialde la tecnología digital en su contexto más amplio, yendo más allá de las capacidades técnicas en bruto de los sistemas, procesos y desarrollos digitales),
- “Colectivo“ (conductas colectivasy conectadas que reflejen intercambios de valor razonable), y
- “Consenso” (el consensode los ecosistemas comprometidos es un factor crítico de éxito para la confianza operativa en el futuro. Las organizaciones deben identificar cómo lograrán y mantendrán un “consenso de confianza” en el contexto de las posibilidades digitales en constante cambio).
¨Para las compañías en toda la región de América Latina, incluso Argentina, que han comenzado o reforzado sus procesos digitales durante el confinamiento es una excelente oportunidad para identificar aquellos procesos que se vieron más afectados por las medidas de la pandemia y comenzar a poner foco en ellos para digitalizarlos.
“En un contexto tradicional, los cambios que impactan en el negocio, al igual que el COVID-19, caen inesperadamente y causan daño, al igual que lo ha sucedido ahora, en distintas medidas, así que hay que aprovechar esta oportunidad para acelerar la digitalización¨, afirma Carlos Abril, CEO de la Región Austral Andina.
La importancia de la fuerza y la coherencia del propósito se establece en el contexto de interrupciones anticipadas pero impredecibles que cambian el juego, desencadenadas por cosas como: pandemias, colapso económico, crisis ambiental o ascendencia tecnológica. Dichas situaciones se denominan “Horizontes de eventos”, y puede ser necesaria una remodelación de los negocios o incluso un propósito social para gestionarlos con éxito.
“Al entrar en la era post-COVID, las empresas se enfrentarán a la “nueva normalidad “, que estará llena de oportunidades y cambios. Sin embargo, es necesario revaluar la relevancia y el impacto del negocio, con una perspectiva más equilibrada sobre los valores y los factores económicos para abordar los desafíos a largo plazo del mañana con respecto a la sostenibilidad, la descarbonización, la desigualdad, la seguridad y el impacto ético de las TI “, explica John Hall, editor jefe de la Comunidad Científica Atos.
¿Nueva norma o continuidad de cambios?
A medida que miramos hacia la era post-crisis, queda por ver si las empresas y la sociedad harán la transición a una nueva normalidad o experimentarán una continuidad de cambios que exijan regularmente ajustes en el propósito. Los cambios podrían materializarse mediante el rediseño de las cadenas de suministro y los ecosistemas de valor, enfoques renovados a las regulaciones de privacidad de datos, nuevos modelos de asociaciones comerciales y actividades disruptivas de fusiones y adquisiciones.
También podrían incluir un enfoque en modelos de sostenibilidad, descarbonización y economía circular, y una adopción acelerada de tecnologías con un cambio hacia el trabajo remoto y el aumento de habilidades habilitadas por la tecnología.
Es probable que la nueva normalidad incluya una revaluación de lo que se considera esencial y lo que podría descartarse como un lujo innecesario, lo que lleva a una revaluación de los propósitos centrales que sustentan las actividades empresariales, gubernamentales y sociales.
