La transición demandará que los gobiernos impulsen nuevos marcos legales y políticas de inversión para el sector. La problemática del cambio climático y la necesidad global por reducir las emisiones contaminantes han impulsado el interés de los gobiernos y “policy-makers” alrededor del mundo por el hidrógeno bajo en carbono, especialmente el “verde”.
En Latinoamérica, región a la cual los especialistas auguran un alto potencial para producir y exportar de manera competitiva grandes volúmenes de este producto a futuro, las buenas condiciones “productivas” existentes sumado una oportunidad latente han impulsado un conjunto nutrido de iniciativas orientadas a la producción de hidrógeno bajo en carbono, las que se encuentran en distintas etapas de desarrollo.
El informe de KPMG en América del Sur “La producción de Hidrógeno con tecnologías limpias como medio para acelerar la transformación energética en la región”, efectúa una descripción sucinta de las perspectivas que la región tiene en materia de hidrógeno bajo en carbono (especialmente el de origen renovable, o “verde”) y cómo éste puede contribuir a la transformación de las matrices energéticas globales y la transición hacia una economía global más limpia.
Principales puntos del trabajo
- El mayor desarrollo de las energías renovables y, en paralelo, de la producción de hidrógenos bajos en carbono resultan cruciales para mitigar las emisiones de CO2 y cumplir las metas estipuladas en el Acuerdo de París, remarcadas recientemente en la última Conferencia de Cambio Climático de la ONU (COP26).
- Ello demandará no solo un reacomodo de los costos y precios involucrados en la producción de hidrógeno, sino también en la capacidad de producción mediante electrólisis, que es la tecnología utilizada para generar hidrógeno verde.
- Teniendo en cuenta que se estima que para 2050 alrededor del 99% del hidrógeno producido globalmente será bajo en carbono, es esperable que los sectores altamente contaminantes, como la generación eléctrica (que aun depende en gran parte de las fuentes fósiles), la industria y el transporte, entre otros; comiencen a trasladar sus necesidades energéticas a este combustible durante los próximos 30 años.
- En este contexto, Latinoamérica tendrá un papel fundamental, ya que no solo cuenta con una dotación abundante de recursos naturales y fuentes renovables cuyo desarrollo ya están nutriendo los sistemas energéticos de varios de sus países, sino que está dando pasos firmes para transformarse en una región referente en la producción y exportación futura de hidrógeno verde.
- Esta transición demandará que los gobiernos de la región impulsen nuevos marcos legales y políticas acordes que propicien las inversiones hacia este combustible y brinden el apoyo público y financiamiento necesarios para desarrollarlo.
Manuel Fernandes, Socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG en América Latina, comentó: “En este objetivo, también serán importantes la cooperación internacional y la disponibilidad y acceso al financiamiento, con el objetivo de mitigar el elevado riesgo financiero asociado a las etapas tempranas de desarrollo de un producto, funcionando como soporte para impulsar su desarrollo de mediano plazo”.
Por su parte, Diego Calvetti, Socio líder de Energía y Recursos Naturales KPMG Argentina, afirmó que “el desarrollo del hidrógeno verde representa una oportunidad para darle a las energías renovables en la Argentina un enorme salto de calidad, permitiéndonos ampliar la oferta de renovables, tomando en cuenta el avance de esta tecnología y, en paralelo, la reducción de los riesgos financiados asociados a su madurez.”