Al subir el nivel del mar como consecuencia del calentamiento global, peligran las carreteras costeras porque las aguas subterráneas, al no poder descender al océano, tienden a subir a la superficie.
Ya hace varias décadas que el calentamiento global provocado por las emisiones humanas provocaron deshielo en los polos, lo cual a su vez provocó el aumento del nivel del mar. En Estados Unidos los científicos vienen advirtiendo que la aceleración del aumento del nivel del mar terminará por amenazar toda la costa del país. Esas advertencias ya no son teóricas.
La Universidad de New Hampshire explica en un comunicado que las aguas subterráneas tiempre han tenido un nivel más alto que el del mar y que por eso y que por eso esos caudales discurren hacia el mar y no perjudican la estabilidad de las carreteras. Pero el ascenso del nivel del mar cambió la situación y está obligando a las aguas subterráneas a buscar otras salidas y por ello están empezando a ascender hacia la superficie, amenazando a las carreteras que coincidan con su trayectoria.
Las capas que sustentan el asfalto de las carreteras deben permanecer secas para asegurar su estabilidad, por lo que al ser inundadas pueden provocar enormes socavones en las zonas cercanas al litoral. Según uno de los investigadores, Jo Daniel, el peor enemigo para el pavimento de las carreteras es el agua.
Si el suelo y el sustrato bajo el pavimento se humedecen, entonces desaparece la resistencia que la carretera necesita para permitir el paso del tráfico sin riesgos. Cuando en el pavimento aparecen surcos y grietas, ello permite que más agua penetre en las capas subyacentes, lo que empeora la situación, hasta el punto de que la carretera deba cerrarse durante periodos largos, con las consecuencias negativas que eso tiene para la gente que necesita usarla, sobre todo si es una carretera muy transitada.